Monterrey.- Trasladar y cuidar los combustibles a través del ducto que conecta la refinería de Pemex en Cadereyta con la de Madero, Tamaulipas, que es el segundo más robado del sistema nacional de Pemex, cuesta casi 2 millones de pesos diarios a los mexicanos.
De acuerdo con un análisis de Grupo Reforma, con información de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), el Gobierno gasta hasta un millón 910 mil pesos en un día normal de operación de este conducto, de 488.5 kilómetros y capacidad operativa de 38 mil barriles diarios.
Esto lo convierte en el más caro para trasladar combustibles y vigilar.
Según datos que Pemex entregó a la CRE, el costo toma en cuenta el volumen transportado, la distancia y aspectos de seguridad del tramo.
El pasado 11 de abril se publicó que este poliducto, que transporta gasolinas y diesel, es el segundo más ordeñado en el País.
Una fuente cercana a Pemex señaló en esa ocasión que la mayoría de lo robado a ese ducto se registra en Tamaulipas, aunque aseguró que en los primeros meses del 2017 ya se habían detectado al menos dos tomas clandestinas en Nuevo León.
Tan sólo en el último trimestre del 2016, de ese ducto se sustrajeron unos 2 mil 880 barriles diarios en el sentido Madero-Cadereyta.
Debido a que la mayor parte del flujo es en ese sentido, vigilar el envío de combustibles a Cadereyta acapara los costos, con un millón 609 mil 150 pesos al día.
En contraparte, de Cadereyta a Madero cuesta hasta 300 mil 850 pesos diarios.
Ramsés Pech, socio de la consultoría Caraiva y Asociados, señaló que estos costos no los está incorporando la empresa a las tarifas de transporte que la misma CRE le aprobó, ya que los está recuperando por medio del Gobierno federal, pero que será un problema para quienes construyan ductos privados.
“El detalle es”, dijo el especialista, “ver cuánto le cuesta al Gobierno y cuánto le costará después a las empresas productivas del Estado o privados en la seguridad en su inversión de ductos”.
En un mercado abierto ideal, señaló Pech, el costo por pérdida de mermas deberá estar relacionado con la medición o las condiciones físicas del producto o materia prima que se transporte, añadiendo el gasto en seguridad para el control de tomas clandestinas a los ductos, que deberán ser agregados en el costo final al público.
Eduardo Rodríguez, presidente del fondo FlatStone Capital Advisors, con sede en Canadá, señaló que, mientras no haya certeza de que los costos por ordeña se puedan internalizar en los cobros por transporte en ductos privados, difícilmente podrían prosperar nuevos proyectos en el corto plazo.
Después de ese poliducto, el más caro de vigilar, en base a los datos de la CRE, es el que va de la refinería de Minatitlán, Veracruz, a la Terminal de Almacenamiento y Reparto (TAR) de Tierra Blanca, también en Veracruz, que alcanza los 781 mil pesos al día.
Fuente: Reforma