Resistencia Wixárika
En cinco años han combatido despojo y contaminación de ese territorio sagrado
Wirikuta, SLP. Con una velada ceremonial en el cerro El Quemado –
donde nació el universo y la vida, según la cosmovisión huichola– autoridades tradicionales agrarias y civiles wixaritari dieron por concluida una primera etapa de la lucha contra las empresas mineras trasnacionales que ha seguido el Consejo Regional Wixárika por la Defensa de Wirikuta en los cinco años recientes.
Integrado en 2012, el consejo ha logrado combatir el despojo y disminuir la contaminación de tierras en Wirikuta, en la parte más alta de la serranía de Real de Catorce, San Luis Potosí, donde también los peregrinos recordaron los dos recientes asesinatos de líderes huicholes, los hermanos Agustín y Miguel Vázquez Torres, en Tuxpan de Bolaños.
La primera etapa se termina con el cumplimiento de los cinco años, de 2012 a 2017, en los cuales de nuevo conocimos el parecer de nuestras deidades, quienes nos han liberado de la carga espiritual por dicho tiempo. Asimismo nos han comunicado que debemos seguir venerando nuestra cultura y a ellos mismos, para de esta forma seguir renovando las velas de la vida que son los soportes de la existencia del mundo wixárika y de toda la humanidad, señalaron tras una vigilia la madrugada del 24 de mayo.
Wirikuta ha sido amenazado desde hace años por la presencia de empresas mineras, sobre todo canadienses, no sólo por la explotación de la tierra que hacen en busca de minerales en ese territorio sagrado, sino por los desperdicios que generan y confinan al aire libre.
Los indígenas miembros del consejo afirmaron que los logros obtenidos, como detener algunas de esas concesiones en los recientes cinco años, fueron
gracias a la unidad de las comunidades y quienes se han unido a la causa, como intelectuales, artistas, académicos, la diócesis del estado de San luis Potosí, organizaciones de la sociedad civil, ejidatarios y comuneros del desierto de Wirikuta.
En un pronunciamiento conjunto también agradecieron la guía espiritual de su marakame, Eusebio de la Cruz González, quien sirve de enlace a los comuneros para que conozcan las encomiendas de las deidades y de los centros ceremoniales afectados por las mineras.
Seguiremos luchando por la vida y la humanidad y ante ello ratificamos una vez más nuestra exigencia al Estado mexicano de la cancelación de todas las concesiones mineras existentes en nuestro lugar sagrado Wirkuta, tanto en el bajío como en la sierra y su zona de influencia.
Apoyaron la lucha impulsada por el Comité en Defensa de la Vida de Santo Domingo, municipio de San Luis Potosí, contra el confinamiento de residuos industriales tóxicos en la comunidad de Palula, el cual afecta también lugares sagrados wixaritari.
Por último acordaron exigir a las autoridades de Jalisco que investiguen y esclarezcan los asesinatos de los hermanos Vázquez Torres, a quienes identificaron como personas comprometidas con su comunidad en la labor de la defensa del territorio y los comuneros.
No olvidaremos la labor y los conocimientos que nos compartieron y nunca morirán, pues tomaremos su ejemplo para seguir esta lucha por el bien de los lugares sagrados y del pueblo wixárika.
Deidades y oraciones
La ceremonia de agradecimiento llevada a cabo en el cerro del Quemado se inició el martes por la tarde con los preparativos: mulas de carga trasladaron leña, algunos utensilios y un becerro que luego no pudo continuar la pesada pendiente y fue dejado en el camino. Entre el frío de la montaña y liderados por su marakame Eusebio de la Cruz, los peregrinos, pasadas las 2 de la mañana, ingresaron al primer círculo formado por piedras en una ligera planicie en la hondonada del cerro, donde realizaron una serie de saludos y luego, uno de los invitados comenzó a encender el fuego en el centro ceremonial.
Después de comer algo al amparo del fuego en una de las fogatas de los invitados, los wixaritari se agruparon y comenzaron a orar, todos al mismo tiempo, mientras el marakame permanecía en silencio, para ingresar otra vez al círculo y comenzar una serie de cantos que se prolongaron hasta el amanecer.
Terminada la ceremonia, los invitados se reunieron con el marakame y hablaron de protección y organización para la defensa de la madre tierra, pequeña pausa para otra vez dar paso a las oraciones que en conjunto los indígenas realizaron hasta que los iluminó el amanecer.
Fuente: La Jornada