La caída en la producción de gas natural, un año seco e infraestructura de transporte insuficiente, se perfilan como las causas de una crisis eléctrica en el verano que afectará principalmente al sector industrial.
Desde finales de abril, la demanda máxima de electricidad estuvo apenas 2 por ciento debajo de la máxima del verano del 2016 –alrededor de 46 mil megawatts– y se anticipa un verano caluroso, con elevada demanda de luz por el uso de aires acondicionados.
Ante esto, será necesario utilizar toda la capacidad de plantas disponibles, principalmente de gas natural, anticipa el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace), encargado de operar el sistema eléctrico. El problema es que no hay gas suficiente.
Sólo en un año, la producción de gas cayó 10.7 por ciento para llegar a 5 mil 383 millones de pies cúbicos diarios en marzo pasado, de acuerdo con datos de Pemex.
Respecto a marzo del 2015, la producción de gas disminuyó 18.3 por ciento.
El principal gasoducto con el que se cubriría la demanda de gas de importación, Los Ramones, no opera a toda su capacidad, confirmó Eduardo Prud’homme, jefe de Planeación técnica del Centro Nacional de Control de Gas Natural.
Así, todo se conjuntó para que desde ahora, dos clientes industriales de Coatzacoalcos y tres de Puebla, tuvieran que reducir su demanda, explicó la Comisión Federal de Electricidad (CFE) por escrito.
Estos clientes tienen la tarifa interrumpible, I-15 que brinda beneficios económicos por estar “disponibles” y bajar el switch.
Son 19 usuarios de alta tensión los que tienen este beneficio y a fines de abril, cuando el Cenace los requirió, evitaron 365 megawatts, según refirió el organismo.
Además, actualmente la CFE tiene en mantenimiento 14 unidades de gas natural repartidas en todo el País.
El Cenace agregó que estas unidades representan mil 204 megawatts, que también incluyen plantas privadas que operan como productores externos de energía.
La última vez que el Centro aplicó el recurso de reducción de demanda fue el 26 de julio de 2016, por la saturación de enlaces de transmisión en la zona de la Huasteca, lo que afectó a la Ciudad de Monterrey.
La CFE ha tenido que importar gas natural licuado -más caro- para hacer frente a la demanda inusual. A la fecha, lleva 15 barcos de gas licuado.
Alfredo Álvarez, socio líder de Energía de EY, y Luis Miguel Labardini, analista de Marcos y Asociados, coincidieron en que la escasez de gas obedece a la caída en la producción nacional.
Juan Acra, presidente del Consejo Mexicano de Energía, dijo que la alternativa es impulsar el desarrollo de cuencas no convencionales.
Fuente: Reforma