Tienen probables efectos cancerígenos y pueden afectar el riñón y el hígado
En el mundo cada minuto muere una persona a causa de la exposición a sustancias tóxicas en el trabajo. Entre ellas están los contaminantes orgánicos persistentes (COP), que incluyen plaguicidas utilizados en el campo. Se trata de tres productos que pese a ser dañinos para la salud aún cuentan con registros comerciales para su uso en el país.
Uno de ellos es el pentaclorofenol, que todavía se utiliza como conservador de madera, por lo cual es usado por la Comisión Federal de Electricidad para tratar postes y crucetas. Se producen entre 6 mil y 7 mil toneladas al año y es exportado en 99.98 por ciento a Estados Unidos, indica el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (Inecc).
Las otras sustancias son el endosulfán y el clordano, que, al igual que el pentaclorofenol, tienen probables efectos cancerígenos sobre las personas que tienen contacto con ellos. También pueden dañar el riñón y el hígado. El DDT, con efectos similares, tampoco se ha cancelado, aunque es de uso exclusivo de la Secretaría de Salud (Ssa).
Estos químicos aparecen en la lista de 25 COP que forman parte del Convenio de Estocolmo, aprobado en 2002 por el Senado, cuyo fin es proteger la salud y el medio ambiente, con la supresión de estas sustancias que se bioacumulan y son de difícil eliminación.
De la relación de sustancias catalogadas por el citado convenio, las cuatro ya mencionadas tienen registros de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris). El endosulfán tiene 82 registros comerciales, de los cuales 30 están cancelados y el resto se encuentran en revisión; el clordano tiene nueve registros: cuatro en revisión y el resto cancelados, y hay nueve para el pentaclorofenol, con vigencia indeterminada.
El Inecc refiere que otros cinco plaguicidas ya están prohibidos en el país: aldrín, dieldrín, endrín, mirex y clordecona. Dos más se producían antes de que se hicieran los registros: el hexaclorobenceno y el toxafeno.
México tenía un plan para ponerlo en práctica desde el Convenio de Estocolmo, pero en 2015 comenzó la actualización porque la cifra de contaminantes orgánicos persistentes creció a 25, el doble de los que había originalmente, explicó Arturo Gavilán, director de investigación para el manejo sustentable de sustancias químicas, productos y residuos del Inecc.
Fernando Bejarano, de la Red de Acción sobre Plaguicidas y sus Alternativas en México (Rapam), señaló que el pentaclorofeno aparece en el catálogo nacional de plaguicidas con nueve permisos para seis empresas. Indicó que ha recibido reportes de que en casas particulares se ha utilizado para pintar madera.
Añadió que no hay fecha para dejar de utilizar esta sustancia. En cuanto al DDT, con uso restringido para la Ssa y que era utilizado para atacar al vector del paludismo,
no entendemos por qué no se prohíbe, como han hecho otros países de América Latina, como Brasil y Panamá.
Bejarano explicó que
no hay un procedimiento expedito para la cancelación de plaguicidas, que evite que la sociedad se exponga a las sustancias y se cumpla con rapidez el Convenio de Estocolmo. La Cofepris busca llegar a acuerdos con las empresas para su eliminación, pero en el caso del lindano tardó mucho en eliminarlo, y sólo era una compañía
Fuente : La Jornada