lunes, 4 de enero de 2016

Gobierno de Peña Nieto gastó mil 181 mdp en promoción de la reforma energética| Peña será recordado por “eludir a toda costa la rendición de cuentas”: New York Times

Peña y Videgaray durante la promulgación de la reforma energética en agosto de 2014. 
Foto: Benjamin Flores

El gobierno federal gastó poco más de mil 181 millones de pesos en la propaganda que realizó sobre la reforma energética durante todo el año que duró el proceso legislativo para su aprobación.

De acuerdo con un reporte del portal Aristegui Noticias, desde el 12 de agosto del 2013, cuando el presidente Enrique Peña Nieto presentó la iniciativa al Senado de la República, hasta el 11 de agosto del 2014, cuando se aprobaron las leyes secundarias, la estrategia de comunicación desplegada en televisión, radio, medios impresos e internet usó fondos públicos de Petróleos Mexicanos (Pemex), la Secretaría de Energía (Sener) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

Tal información es resultado de respuestas a solicitudes de información hechas por el equipo de Carmen Aristegui, quien aseguró que los montos gastados en esa campaña no se habían hecho públicos hasta ahora.

Esos mil 181 millones de pesos contrastan con lo que el gobierno de Felipe Calderón invirtió en el 2008 a la publicidad de su reforma energética, en la cual gastó 258 millones de pesos, casi 25% de lo que gastó su sucesor priista para echar adelante su reforma.

La campaña consistió en la difusión de spots televisivos y radiofónicos, desplegados en páginas enteras en periódicos y revistas, así como publicidad en páginas de internet. El propósito: difundir “los beneficios” de la reforma, por ejemplo, la reducción de los costos de la gasolina, el gas y la luz, así como la creación de más empleos.

Para muestra del gasto, el texto menciona que el primer día de la campaña de Peña Nieto, el gobierno federal pagó 2.7 millones de pesos por inserciones en 80 diarios del país.

Sin embargo, asegura que el gasto millonario en la campaña no fue decisivo para la aprobación de la reforma peñanietista, ya que desde el inicio los votos del PRI, PAN, PVEM y Nueva Alianza sumaron los necesarios:

“En el Senado obtuvo 95 votos a favor y 28 en contra, mientras que en San Lázaro juntó 354 en pro y hubo 131 en rechazo. Algo idéntico sucedió en los estados: en menos de cuatro días, 17 congresos estatales habían aprobado los cambios a la Constitución”, dice el reporte.

La reforma fue promulgada por el presidente el 20 de diciembre en el Palacio Nacional, dieciocho semanas después de que presentó la iniciativa.

De acuerdo con las respuestas vía transparencia, la Sener, la CFE y Pemex gastaron mil 20 millones 142 mil pesos en sus ejercicios fiscales 2013 y 2014. Al siguiente año, la cifra disminuyó a casi 161 millones.

La CFE fue la que más recursos aportó, con 535.5 millones de pesos; la Sener erogó poco más de 410 millones y Pemex, 235.5 millones.

A comparación de la campaña de la reforma energética de Calderón, esastres dependencias gastaron en conjunto 258 millones de pesos.

Según el texto, la Secretaría de Energía contrató espacios en medios impresos, entre los que destacan la Organización Editorial Mexicana (OEM) –con 610 mil pesos diarios durante 36 días–, así como El Universal y Diario Imagen. La CFE distribuyó 535.5 millones de pesos en difusión en televisión, radio, prensa escrita e internet.

El gasto para la campaña de la reforma energética fue enorme, comparado con el hecho para otras reformas, por ejemplo, la educativa, en la que la Secretaría de Educación Pública (SEP) durante 2013 gastó 81 millones 435 mil pesos, casi mil 100 millones de pesos de diferencia.

Peña será recordado por “eludir a toda costa la rendición de cuentas”: New York Times

WASHINGTON.- La administración de Enrique Peña Nieto será recordada porque “eludió a toda costa la rendición de cuentas”, concluye el influyente diario estadunidense The New York Times.

En uno de los editoriales de su edición impresa de este lunes, el New York Times advierte que “todo parece indicar que él (Pena Nieto) será recordado no como un líder que transformó a los mexicanos cuando lo eligieron, sino como un político que eludió la rendición de cuentas a toda costa”.

En el editorial titulado “La terca resistencia de México a la rendición de cuentas”, el diario señala que “bajo la presidencia de Peña Nieto, el gobierno de México rápidamente y de manera sistemática escondió feas verdades e intentó minimizar escándalos”.

El diario cita como ejemplo el escándalo de la “Casa Blanca” presidencial en el que, lejos de que el gobierno indagase y castigara a los responsables, designó a “un amigo para investigar el asunto”.

Añade: “Sin que sorprendiera a nadie, el resultado de la investigación no encontró evidencias de faltas cometidas por el presidente; los periodistas, pese a un meticuloso e impecable reporteo, perdieron su trabajo”.

En otro ejemplo, The New York Times cita la segunda fuga de Joaquín “El Chapo” Guzmán, del penal de Alta Seguridad del Altiplano, en el Estado de México: “El gobierno argumentó que Guzmán escapó por un túnel que cavaron sus cómplices sin que lo supieran los funcionarios de la prisión, desestimando la posibilidad de que ‘El Chapo’ hubiese recibido apoyo desde dentro. Mientras algunos funcionarios fueron detenidos como resultado de la fuga, el gobierno aún no ha explicado las inconsistencias”.

Por encima de estos casos, el New York Times indica que aún es más “preocupante” el caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos en 2014, en Iguala, Guerrero.

El diario indica que el gobierno se empecinó en imponer su versión de los hechos, contrario a las observaciones del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA.

“Para aumentar el escepticismo del público, el gobierno ha rechazado repetidas peticiones para que el GIEI interrogue al personal militar que estaba estacionado cerca del lugar donde ocurrió la desaparición (Iguala)”, matiza el New York Times.

El periódico remata su editorial: “Es posible que sea muy tarde para salvar la reputación de Peña Nieto, pero es lo menos que puede hacer por las víctimas de una de las peores atrocidades de derechos humanos en la historia reciente”.

Fuente: Proceso| La Redacción| J. JESÚS ESQUIVEL