Representantes del pueblo Náyeri y Wixárika informaron que siguen su lucha contra la construcción del proyecto hidroeléctrico Las Cruces en sus tierras comunales del estado de Nayarit.
Se trata de una cortina de 188 metros de altura que impactará más de cuatro mil 500 hectáreas en la cuenca del río San Pedro y modificará por completo y de manera irreversible la hidrografía, la morfología, los sedimentos y minerales, así como la fauna y flora de la zona, denunciaron en conferencia en el Centro Nacional de Comunicación Social (Cencos) de la Ciudad de México.
Esa tierra no nos pertenece, pues nosotros pertenecemos a la tierra”, indicó Santos de la Cruz Carrillo, representante del Consejo Regional Wixárika de la comunidad de Bancos de San Hipólito. Agrego que, como pueblo ancestral, “están poniendo en peligro el lienzo entre territorio y hombre. Es bien común y cuando se mercantiliza, ya no hay más conciencia de conservar la vida”.
Según Nazario Navarrete Lara, gobernador tradicional de la comunidad de Bancos de Calítique, Durango, este proyecto “afecta lugares sagrados y a la cultura de los pueblos indígena de la cuenca del Río San Pedro Mezquital”.
Marcelina López de la Cruz, vocera del Consejo Náyari, advirtió: “¡No dejaremos de ser indígenas! Como raíces de México, estaremos siempre conservando nuestro modo de vida”. Julián López Cánare, habitante de este mismo pueblo, añadió que “no se hacen sentir los beneficios de tal presa. En proyectos anteriores, como el de la presa Aguamilpa, se dijo que se iban a desarrollar los pueblos indígenas, pero la presa sólo benefició a las empresas”.Es más, denunció que “las condiciones de vida se vinieron para abajo y se desintegraron las comunidades”, por no poder seguir viviendo en la zona de la presa. “Ahora los habitantes apenas tienen terrenos para vivir, no pueden ni trabajar la tierra ni dónde poner su ganado”.
Entre otras de las promesas, les dijeron que podrían vivir de la pesca; “sin embargo, concesiones de pesca están quitando todo el pescado del río”, añadió López Cánare. Para luchar contra la construcción de esa presa hidroeléctrica, los Náyeri y Wixárika llevaron a cabo una ceremonia de manda y ofrenda en Keiyatsika, ubicado en la franja del río San Pedro Mezquital, buscando la preservación de su territorio y lugares sagrados, los pasados días 28 y 29 de mayo.
Además, presentaron una demanda de amparo contra la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) por otorgar permisos que violan los derechos de los pueblos indígenas. “Ya hubo varios intentos de intimidación, de persecución por parte de gente encapuchadas. Hay persecución hacia los lideres, tentativa de debilitar al movimiento y hasta hubo un asesinato”, denunciaron.
Según el vocero del Consejo Náyari, no se sabe si ya empezó la construcción de la presa. “Ya ha habido excavaciones muy profundas. Nos dijeron que eran medidas medioambientales. Pero eso no hace pensar que es parte del inicio de la obra gigantesca”, lamentó. “Vamos a pugnar para que la UNESCO reconozca nuestros santuarios como patrimonio cultural”, indicó Santos de la Cruz Carrillo. Los Náyeri y Wixárika anunciaron que solo utilizarán recursos legales para impedir la construcción de la presa.
Pese a que, dijeron, el gobierno mexicano está apoyando a las empresas y la CFE. “Está buscando la forma de cómo legitimar esta construcción”, concluyó Julián López Cánare.
Fuente: Proceso