Propondrá reabrir el caso Pasta de Conchos para castigar a responsables
Tras 12 largos años de un exilio forzoso, Napoleón Gómez Urrutia, dirigente de los mineros, anunció que regresará a México en los próximos días para rendir protesta como senador de la República, y lo hará por la puerta principal, con la frente en alto, porque no tiene nada que esconder o de qué avergonzarse.
La Suprema Corte, recalcó, lo exoneró de las 11 causas penales que indebidamente se instrumentaron en su contra.
En entrevista con La Jornada, expuso que a pesar de la persecución política sin precedente, las amenazas de muerte y la campaña de desprestigio que padeció y que fue orquestada por los empresarios mineros más poderosos del país y los ex presidentes panistas Vicente Fox y Felipe Calderón, retorna sin rencores ni afanes de revancha, pero sí de que prevalezca la legalidad y la justicia.
Adelantó que su prioridad es colaborar para construir el proyecto de nación que impulsa el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, pugnar por mejores condiciones laborales para su gremio y para todos los trabajadores. De entrada, pedirá que se reabra el caso Pasta de Conchos y se investigue y sancione a los responsables de esa tragedia.
Detalló que estará en México a tiempo para registrarse como senador electo de Morena y para la instalación del nuevo Congreso federal, del que formará parte. Lo hará acompañado de su familia y de dirigentes de importantes sindicatos internacionales, integrantes de InsustriALL Global Union, organización que afilia a 50 millones de trabajadores de todo el mundo.
La entrevista se realizó vía telefónica, desde su domicilio actual en Canadá, donde aún reside.
La voz de Gómez Urrutia expresa pesar cuando se refiere a la explosión que se dio en uno de los túneles de la mina de carbón en Pasta de Conchos, Coahuila, el 19 de febrero del 2006, la cual provocó la muerte de 65 mineros
Además de las pésimas condiciones de seguridad que provocaron el accidente, Grupo México, propietario de la mina, se negó a rescatar a los trabajadores y una semana después, con la anuencia del entonces secretario del Trabajo, el yunquista Francisco Javier Salazar, se cancelaron las tareas de rescate, sin saber si los mineros estaban con vida.
La dirección del sindicato decidió interponer una demanda contra Germán Larrea, dueño de Grupo México, por homicidio industrial, ya que en una actitud de negligencia imperdonable se abandonó a los mineros y ahora, más de una década después, hay aún 33 cuerpos en el fondo de la mina”.
De inmediato, relata, comenzaron las amenazas e intimidaciones. Hacía ya tiempo que los poderosos empresarios mineros querían quitarlo de la dirección del sindicato, molestos por la defensa de los derechos de nuestros compañeros, de las huelgas para exigir mejores salarios.
Gómez Urrutia resaltó que Fox quería a toda costa eliminar a un sindicato independiente y democrático como el minero y se alió con Larrea y los demás empresarios. Surgieron de inmediato diversas demandas civiles y penales, una fuerte campaña de calumnias en medios impresos y electrónicos, financiadas con recursos millonarios. Agrega que él nunca hubiera querido dejar su país, pero se vio obligado a hacerlo, aunque nunca se retiró ni abandonó su patria ni sus ideales.
–¿ Temió por su vida?
–Por la mía y la de mi familia. Recibíamos amenazas de muerte vía telefónica o mediante anónimos. Mi hijo menor, que entonces tenía 18 años y estudiaba derecho en Monterrey, al salir de clases encontró en su Volkswagen una bala envuelta en papel y una nota: Si no le pides a tu padre que se calle y deje de acusar de homicidio industrial, vamos a acabar con él y con toda la familia.
El senador electo de Morena agrega que en estos 12 años, mediante sus abogados, emprendió una desigual batalla jurídica, sobre todo durante el sexenio de Calderón, para combatir las falsas acusaciones contenidas en 11 demandas violatorias de la Constitución.
Nadie puede ser juzgado dos veces por los mismos hechos, pero en mi caso lo hicieron 11 veces, debido al abuso de poder y la corrupción.
Todas las demandas giraron alrededor de la supuesta malversación de los 55 millones de dólares que el sindicato logró arrancar a Grupo México –luego de un largo juicio– por el pago de las acciones a trabajadores de Cananea”. Sin embargo, resaltó, al final fueron desechadas en tribunales y en la Suprema Corte, que me exoneró completamente de todo cargo, de forma definitiva e inapelable.
A la par de ello, dijo, Calderón fracasó en los intentos de extraditarlo. El gobierno de Canadá ni siquiera dio entrada a la demanda en ese sentido y tanto la Interpol Internacional como la Interpol México rechazaron emitir orden de captura, porque el gobierno mexicano presentó información falsa y sin sustento jurídico”.
En la conversación destacó que si hubiera sido culpable de algún ilícito no habría logrado el apoyo de sus valientes compañeros mineros para ser relecto en seis ocasiones y una gran solidaridad internacional, expresada en el respaldo de la AFL-CIO, la principal central de Estados Unidos y de formar incluso parte de la dirección de IndustriALL Global Union.
Desde su exilio, dijo, ha llevado al sindicato minero a lograr los mejores aumentos salariales y ha escrito varias obras, entre ellos el libro El colapso de la dignidad, en el que narra el caso Pasta de Conchos, otras tragedias mineras y la lucha en contra de la avaricia y la corrupción en México.
Un libro que, de acuerdo, con Jyrki Raina, secretario general de la IndustriALL Global Union, es un poderoso testimonio de políticos corruptos y empresarios cínicos que buscaron silenciar a un sindicato y su líder.
Ha recibido, además, diversos reconocimientos internacionales por su defensa de los derechos humanos y laborales. El más reciente, el martes pasado, en Washington, el Premio Global Democracia, de la Universidad de Georgetown.
Gómez Urrutia hizo notar que a pesar de ello, en México hay todavía quienes impulsan en algunos medios campañas para desprestigiarlo y hay quien sostuvo recientemente que entrará escondido al Senado.
A ellos responde: Voy a llegar al país y al Senado de frente, porque no tengo nada que ocultar o esconder. Regreso contento, luego de ganar una guerra jurídica y política de muchos años.
Gómez Urrutia resaltó también que los mineros apoyaron decididamente la campaña de López Obrador y él está contento y optimista, decidido a ser parte de la batalla que el nuevo gobierno dará por erradicar la corrupción, la injusticia y la desigualdad.
Los mineros participaron de forma voluntaria, con la confianza de que México tiene que cambiar y afortunadamente el resultado de la elección dio a López Obrador y a Morena una votación mayoritaria para avanzar en la transformación del país.
De forma particular, detalló, su trabajo como senador lo enfocará en delinear una nueva política laboral que mejore las condiciones de vida de los mexicanos, para que se acabe con la explotación, haya condiciones de seguridad, salarios dignos y respeto a la libertad sindical.
Al final, y sin mencionarlos por su nombre, se refirió a la incongruencia de empresarios que hasta el mismo día de la elección presidencial hicieron todo lo posible por evitar el triunfo de López Obrador, pero tres días después de su victoria apabullante se apresuraron a enviarle cartas y difundir desplegados para felicitarlo.
Fuente: La Jornada