El subcomandante “Galeano” (antes Marcos) reapareció y no dejó pasar la oportunidad de referirse a la polémica Ley de Seguridad recientemente promulgada por el presidente Enrique Peña Nieto.
A su juicio, dicha ley tiene como propósito legitimar al “grupo armado del tricolor”.
‘Galeano’ participó, junto con científicos de varios países, en la segunda edición del foro ‘Conciencias por la Humanidad’, donde aseguró que en México dejó de existir el Estado.
Ahora lo que hay, subrayó, “es una banda de criminales sostenida por un grupo armado que se amparará en la Ley de Seguridad Interior”.
Prosiguió:
“Para que el dolor y la rabia no falten en las mesas cotidianas de México, el PRI en Acteal renovó su persistencia delictiva en este sexenio […], fiel a su esquema a modo.
“Al (PRI) no le basta la corrupción rampante, la ineficacia administrativa, la torpeza diplomática, la frivolidad como estilo de Gobierno. No. El PRI necesita siempre un crimen aterrador que lo mantenga en los parámetros que le dan identidad, color, vocación y proyecto.
“El PRI hecho Gobierno sostiene un cinismo escalofriante que todo lo que lo exhibe como lo que es, es decir, un sicario con gabinete graduado en el extranjero es siempre atribuible al satán en turno, en este caso, el crimen organizado en contubernio con un grupo de científicos perversos. El gobierno tricolor confiesa sí, con una imbecilidad blindada, que no es responsable de nada, porque él es, en esencia, el crimen desorganizado”, dijo.
Galeano sostuvo que el presidente Peña Nieto ha perdido la vergüenza y la decencia refiriéndose al mensaje que dio recientemente en el sentido de que el 2017 fue un buen año para México.
Previamente, el exsubcomandante Marcos habló sobre uno de los flagelos que azota el país: el feminicidio.
“Uno se pregunta si (Peña) no es alguien a quien le han amputado la vergüenza y la decencia, también el cerebro y refleja el síndrome del miembro fantasma. Y no tiene cerebro, pero actúa como si lo tuviera”, aseveró “Galeano”.
El subcomandante Galeano –antes Marcos— dijo que los miles de crímenes que ocurren en el país, sobre todo los de las mujeres, son “una aberración” tan grande, “que los deudos de las víctimas tienen que luchar ya no por la vida de sus ausentes, sino porque no mueran dos veces: una de muerte mortal y la otra de muerte de memoria.”
Galeano señaló al PRI como principal responsable de la sangre que anega a todo el país con el asesinato de niños, hombres y mujeres que al salir de su casa se preguntan si volverán.
“Fiel a su esquema a modo, el Partido Revolucionario Institucional de Acteal, renovó su persistencia delictiva en este sexenio. No le basta la corrupción rampante, la ineficacia administrativa, la torpeza diplomática, la frivolidad como estilo de gobierno. No, el PRI necesita siempre un crimen aterrador que lo mantenga en los parámetros que le dan identidad, color, vocación y proyecto”, y puso como ejemplo las masacres de Acteal y Ayotzinapa.
Violencia, muerte y feminicidios
En un largo comunicado, Galeano describió el escenario de violencia y muerte que sufre el país con el gobierno de Enrique peña Nieto, quien ha registrado los niveles más altos de asesinatos dolosos en la última década.
“Para no ir muy lejos, en México, ya se puede decir que alguien “murió de muerte natural” cuando es víctima de la violencia. Cada actividad, cada paso, cada instante de una vida otrora normal, ahora transcurre en la incertidumbre…
“¿Llegaré con vida al trabajo, a la casa, a la escuela, al día siguiente? ¿Encontrarán mi cuerpo? ¿Estará completo? ¿Dirán que yo lo provoqué y me harán responsable de mi ausencia? ¿Tendrán mis cercanos que luchar por encontrarme, por recordarme? Mi familia, mis amistades, la gente que me conoce, quien no me conoce, ¿dedicarán un pensamiento a mi muerte, un tuit, un comentario en voz baja, una lágrima? ¿Y después? ¿Seguirán adelante? ¿Guardarán silencio? ¿Cómo reaccionarán cuando no se diga que asesinaron una mujer, sino que una mujer murió? ¿Cuál su valoración cuando la nota roja detalle mi ropa, la hora, el lugar? ¿Alcanzará mi muerte al mínimo necesario para que los gobernantes decreten una alerta de género? ¿Mi asesino, sí, en masculino, será castigado? ¿Quién explicará qué del crimen que me atacó por ser mujer? Sí, joven, niña, adulta, madura, anciana, bonita, fea, flaca, gorda, alta, baja, siempre mujer.
“¿Por qué no me advirtieron que nacer y crecer mujer en este calendario, en cualquier geografía, reducía mi esperanza de vida y que cada maldito minuto iba a tener que luchar, ya no sólo para ser valorada y respetada por mis méritos, grandes o pequeños, para tener una retribución justa por mi trabajo, para tener oportunidades de estudio, de trabajo, de relación, para ser feliz o infeliz, según fuera arrastrándome o caminando o corriendo por los calendarios, para ir tirando pues, o como cada quien le diga a vivir; no, resulta que también tengo que luchar para que no me maten, no una, dos, tres, cien, miles de veces?”, acusó Galeano en un largo comunicado.
Y no solo señala al PRI como responsables de los multihomicidios y feminicidios sino también a miembros de la jerarquía católica, entre ellos al obispo Juan Sandoval Iñiguez, cuyas declaraciones recogió la agencia Apro:
Citó Galeano:
“Hace unos días, la agencia de noticias Apro, informó: “Al deplorar los feminicidios en el país, el cardenal Juan Sandoval Íñiguez hizo referencia a un presunto experimento en Juárez, Chihuahua, donde un policía vestido de civil a bordo de un auto de lujo “conquistaba” a mujeres para llevarlas a la presidencia municipal, donde las reprendían por su comportamiento diciéndoles “con cualquiera se suben, por eso las matan”.
“En entrevista para Canal 44, tras asistir a una plática de la Coparmex, el también obispo emérito de Guadalajara dijo hoy que el alarmante incremento de los feminicidios en el país se atribuye a la “imprudencia de las mujeres”.
“De parte de la mujer puede haber cuando menos imprudencia. Con cualquiera que sale por ahí bien vestido, se comprometen, se enganchan”, soltó Sandoval Iñiguez para enseguida hacer referencia al supuesto experimento realizado en Ciudad Juárez.
“Como pueden apreciar, aquí ni siquiera se menciona a los asesinos. La responsable de su asesinato es la mujer y su ‘natural’ imprudencia”, dijo el obispo emérito.
Luego, Galeano explicó:
“Oh, lo sé. Ustedes se preguntan a qué viene toda esta perorata sobre los feminicidios, si aquí estamos para hablar de las ciencias y el muro. Bueno, en mi defensa alego que estoy describiendo una parte de ese muro. Y lo primero que resalta en él, es un extendido grafiti, que abarca los cinco continentes, donde la sangre ocre de las mujeres víctimas de la violencia colorea la palabra “CULPABLE”.
El PRI, un grupo de científicos perversos
Al participar en el encuentro “ConCiencias por la Humanidad” de la Comisión Sexta que se celebra en el Cideci en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, Galeano habló de la responsabilidad de PRI gobierno.
“He hablado de una parte del crimen. Porque, como dije al principio, no voy a hablar de ciencia, ni de arte, ni de política, ni voy a contar un cuento. Sin embargo, al hablar del crimen hablo también de las explicaciones que de él se dan. Y la explicación de este horror cotidiano varía. Depende desde dónde se explica y depende de quién da cuenta de él.
“El PRI hecho gobierno sostiene, con un cinismo escalofriante, que todo lo que lo exhibe como lo que es, es decir, un sicario con gabinete graduado en el extranjero, es siempre atribuible al Satán en turno: el crimen organizado en contubernio con un grupo de científicos perversos.
“El gobierno tricolor confiesa así, con una imbecilidad blindada, que no es responsable de nada porque él es, en esencia, el crimen desorganizado.
“Pero, como en Acteal, en Ayotzinapa hay quien no se resigna, quien no se rinde, quien no se vende, quien no claudica, y, con tierno empeño, persiste en la demanda de verdad y justicia”.
Galeano señaló que tal vez alguna, alguno, “algunoa”, esté de acuerdo con él que los crímenes son ya parte de la realidad que se padece en México, y en cualquier parte del mundo.
“Crímenes de género o feminicidios, de homofobia, racistas, laborales, ideológicos, religiosos, por la edad, por la apariencia, por negocios, por omisión, por el color, y así”.
Y Concluyó:
“En resumen: un territorio anegado en sangre. Tanta, que las víctimas ya no tienen nombre, son sólo números, índices estadísticos, notas de interiores o de relleno en los medios de comunicación. Incluso cuando la sangre es de quienes, como ell@s, trabajan de comunicadores”.
Fuente: Proceso