El titular de la Secretaría de Seguridad Pública del estado de Veracruz, Arturo Bermúdez Zurita, recomendó a la ciudadanía inconforme con la inseguridad que priva en esa entidad que compren candados, instalen alarmas o pongan perros en sus casas para protegerse de la delincuencia.
“Debemos hacer una acción, nosotros (los ciudadanos), de invertir en un candado, en una alarma que ahora son muy baratas, tener hasta un perro que pueda acreditar la seguridad en la casa”, dijo el funcionario durante una gira de trabajo por el sur del estado.
De acuerdo con el último reporte del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional, que recoge las cifras que le entregan las procuradurías estatales, entre el 1 de enero y el 31 de julio Veracruz registró 111 víctimas de secuestro.
Además, junto con Guerrero ocupa el tercer lugar entre los 32 estados con más secuestros del país en el mes de julio, sólo superados por Morelos y Tamaulipas.
Y apenas el 5 de julio la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) investigaba el hallazgo de una fosa común con restos humanos en el rancho “El Diamante”, en el municipio Tres Valles. Dos semanas antes, el 19 de junio, 31 cuerpos fueron descubiertos en 12 fosas en el municipio de Cosamaloapan, al sur de Veracruz. Todos mostraban tortura y mutilaciones.
De acuerdo con información difundida por Animal Político, desde que Javier Duarte asumió la gubernatura de Veracruz –en diciembre de 2010–, la Procuraduría General de Justicia del estado (PGJE) había tomado registro de al menos 104 casos de mujeres desaparecidas en la entidad, todos los cuales se mantenían sin resolver. De ellas, 50.5% eran menores de edad.
El 12 de marzo, sólo un mes después del secuestro y asesinato del periodista Gregorio Jiménez, Duarte negaba la situación de inseguridad local afirmando que en Veracruz “hace unos meses el problema eran las balaceras, el problema eran los secuestros, el problema eran las extorsiones, hoy por hoy no hay extorsiones, no hay balaceras, no hay secuestro“.
Pero la realidad era otra y un mes después, el 15 de abril, tuvo que admitir que el secuestro “ha tenido un repunte” y que la extorsión ha afectado incluso a los trabajadores de los medios de comunicación.
Fuente: Proceso| La Redacción