Martín Esparza, dirigente del SME, durante su participación en el Foro Nacional Sindical, en Colima.
Foto: Jonathan Núñez.
Durante su participación en el Foro Sindical Nacional Colima 2014, el dirigente obrero planteó: “Tenemos que hacer una nueva revolución, una revolución social, no con las armas, porque ante ese escenario estamos perdidos, hoy tienen militarizado al país, tienen el control de los medios de comunicación y todo el dinero, pero no tienen lo que nosotros tenemos, una visión de proyecto político, que es lo que debemos impulsar con nuestros compañeros de base”.
Ante representantes de decenas de organizaciones sindicales del país, Esparza Flores se mostró convencido de que sí es posible avanzar en un proyecto político nacional que permita a los sindicatos independientes revertir las reformas constitucionales que se han realizado, siempre y cuando se trabaje en la organización y se envíen mensajes muy claros de unidad entre los trabajadores.
Advirtió sin embargo que los sindicatos independientes que tienen trayectoria de lucha en México se encuentran en la mira de los neoliberales. “Si no aceptas sus condiciones te tratan a golpes y te echan a la calle, como ocurrió con los 44 mil trabajadores electricistas que de un día para otro fuimos despedidos con la fuerza armada y militar. Luchar por la autonomía y la contratación colectiva no es fácil, es enfrentar no sólo a un gobierno, sino a una clase política y a todas las corporaciones financieras internacionales”.
Por ahora, estableció, “debemos definir los sindicatos qué nos conviene, porque hasta este momento han avanzado muy bien los neoliberales en dividir a la clase obrera, ellos no van a cambiar su proyecto: quieren una democracia nada más representativa, no participativa”.
Martín Esparza criticó el hecho de que en estos momentos los partidos políticos proponen consultas a la población. “Los sinvergüenzas del PAN nos van a preguntar sobre el salario mínimo, que se aumente en la elección del año que viene; otros nos van a preguntar sobre la reforma constitucional, cuando ya se hizo, y otros plantean que se disminuya el número de diputados y senadores plurinominales, cuando ya hicieron una reforma para reelegirse, nos preguntan cuando ya impusieron sus reformas”.
En el foro sindical, denominado “Problemática actual de los sindicatos en México y del sindicalismo universitario independiente”, participan representantes del SME, Nueva Central de Trabajadores (NCT), Coordinadora Nacional de Sindicatos Universitarios, Educación Superior, Investigación y Cultura (CNSUESIC), el ala independiente del Sindicato Único de Trabajadores de la Universidad de Colima (SUTUC), Sindicato Independiente de Trabajadores Universitarios (SITU), Frente Cívico Colimense (FCC), Sindicato Independiente de la Universidad Autónoma Metropolitana (SITUAM), Centro de Investigación Laboral y Asesoría Sindical (CILAS), así como entre otros.
En su participación, el catedrático universitario Manuel Salvador González Villa señaló que se requiere reconstruir a la clase trabajadora para que tenga conciencia de sus posibilidades en caso de que decida no tolerar más salarios mínimos, contratos temporales, disminución de los salarios vencidos en un juicio y tribunales que no la apoyan.
“Si no se reestructura todo el sindicalismo mexicano, si no se hace un análisis y una auténtica autocrítica interna, los patrones y el gobierno irán por todo: acabarán con la Ley Federal del Trabajo, impondrán la reforma laboral definitivamente, recrudecerán el castigo a los salarios y, al paso actual, los grandes contratos colectivos serán cosa del pasado, las conquistas de décadas se eliminarán y los contratos ley se verán reducidos a su mínima expresión”, advirtió.
De acuerdo con González Villa, está probado que casi siempre que surge un movimiento sindical en el seno de la sociedad, existe un mínimo pero importante valor e interés de identidad. “Esto es lo que debemos valorar y analizarlo para construir un frente sindical local y nacional que actúen en forma coordinada y solidaria”.
Estimó que la situación que se vive actualmente en el SUTUC es inadmisible, porque la primera vez que un líder sindical le exigió a la autoridad universitaria que aclare las cuentas del fondo de pensiones, la rectoría de la institución mostró su intolerancia y maniobró para destituir en marzo pasado al secretario general, Leonardo Gutiérrez Chávez, valiéndose de la complicidad con el gobernador y de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje.
El historiador Héctor Porfirio Ochoa Rodríguez, a su vez, hizo un recuento del sindicalismo en Colima desde el siglo XIX hasta la actualidad y calificó el movimiento del SUTUC por la transparencia del fondo de pensiones como un hito en las luchas de los trabajadores de la entidad, pues “marca una diferencia ante el aletargamiento del sindicalismo en la actualidad”.
Ochoa Rodríguez comparó la destitución de Gutiérrez Chávez de la dirigencia del SUTUC con el golpe asestado por el presidente Miguel Alemán Valdés contra el sindicato ferrocarrilero en los años 40, cuando actuó contra el movimiento de Valentín Campa e instaló como dirigente a su incondicional Jesús Díaz de León, conocido como El Charro, lo que dio origen al término conocido como “charrismo” en el ámbito sindical.
Por su parte, Leonardo Gutiérrez Chávez, el depuesto dirigente del SUTUC, denunció que las irregularidades en los fondos de pensiones constituyen un problema que afecta no sólo a la Universidad de Colima, sino a instituciones educativas de prácticamente todo el país.
En el caso de la institución educativa colimense, expuso que en violación al reglamento durante el periodo de 2005 a 2013 la rectoría dejó de depositar 474 millones 581 mil pesos al Fondo Social de Apoyo al Pensionado (Fosap), en donde se incluyen aportaciones realizadas por los trabajadores y los montos correspondientes a la propia institución.
Consideró asimismo que el propósito de las reformas estructurales realizadas en el país es “agredirnos con pensiones humillantes, vergonzosas para cualquier trabajador, pero esto no puede ser, no podemos regresarnos a tener condiciones que afectan a la clase trabajadora e impactan en las familias y en la sociedad”.
A juicio de Gutiérrez Chávez, la reforma laboral se realizó prácticamente para que los empresarios y las instituciones “expriman” al trabajador aumentando a 35 los años de servicio y a 65 los años de edad para poder tener una pensión.
Dijo que en la Universidad de Colima se pretende aplicar esta medida, igual que en otras del país, pero “es una indicación del gobierno federal, no es propuesta de los trabajadores ni de las universidades, es una violación a la autonomía universitaria por parte de autoridades federales”.
Fuente: Proceso| PEDRO ZAMORA BRISEÑO