El Presidente Enrique Peña Nieto enviará al Congreso de la Unión, mediante el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, su Segundo Informe de Gobierno este lunes 1 de septiembre. Especialistas consultados por SinEmbargo coincidieron que la línea discursiva del actual Jefe del Ejecutivo federal antes de este informe confluye con la que tuvo en el mismo momento político el ex Presidente Carlos Salinas de Gortari (1988-1994): el cambio y la modernización, la paz social y una indispensable transformación de la estructura legal. En su Segundo Informe de Gobierno, rendido el 1 de noviembre de 1990, Carlos Salinas de Gortari se refirió al mundo como un laboratorio de cambios en el que México “ha confirmado su decisión de cambiar y de modernizarse para fortalecerse ante el mundo y de mejorar la convivencia entre los mexicanos”.
Una vez promulgada la Reforma Energética, Peña Nieto se presentó en agosto de 2014 en el programa “Hoy” de Televisa. Entrevistado por los conductores Andrea Legarreta y Raúl Araiza, dijo que dado que el mundo ha cambiado, las reformas eran necesarias. Héctor Alejandro Quintanar Pérez, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), expresó que la palabra modernización es, principalmente, la palabra común entre los mandatarios mexicanos.
“Ellos [el ex Presidente Salinas y el Presidente Enrique Peña] entienden por modernización este proyecto donde el Estado desatiende su función económica, desatiende la empresa pública y todo queda en manos privadas”, afirmó. Quintanar Pérez explicó que Salinas de Gortari fue el primer Presidente que en su informe aludía demasiado a la importancia del contexto internacional, la importancia de la modernización global que en el fondo era una posición del lado a favor de la doctrina del neoliberalismo. “Su Segundo Informe de Gobierno fue un posicionamiento a favor de esas políticas que había emprendido y dieron el remate de empresas públicas, el abandono de políticas de desarrollo nacional, social.
En el fondo este posicionamiento de Salinas que retomaba el contexto internacional y la competencia global de este tipo de elementos tenía que ver con el proyecto neoliberal que él encabezaba”, dice. Por su parte, el politólogo y sociólogo Eduardo Bueno León comentó que hay una continuidad en el proyecto económico y político planteado desde el salinismo y que ha prevalecido hasta al actual gobierno, también priista.
En este tenor, el Presidente Enrique Peña Neto sólo ha consolidado los planes iniciados hace 25 años por Carlos Salinas de Gortari, que no son otros más que la tendencia a la privatización y renuncia de la propiedad pública. “No nos extraña que existan similitudes en los discursos políticos del [ex] Presidente Salinas y del licenciado Peña Nieto por la sencilla razón de que son dos momentos de un sólo proceso político.
Ese proceso político y económico se definió como modernización, es decir privatización, desrregularización, apertura comercial, y renuncia a lo público desde el punto de vista de la soberanía nacional”, expresó el profesor del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana. Bueno León agregó que Peña Nieto es el último eslabón en el proceso de “modernización” iniciado con Salinas de Gortari -que no es otra cosa que la implementación de una política neoliberal, a decir del especialista- y del que también fueron partícipes los ex presidentes Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa.
“Es la misma arquitectura, de modo que Peña Nieto habla usando las mismas categorías, los mismos conceptos, porque es el mismo proceso, tanto en lo político como en lo económico”, consideró. Pero a diferencia de lo logrado por Salinas de Gortari, dijo, el actual Presidente consiguió consolidar la privatización del petróleo y del gas, y darle garantías a los inversionistas extranjeros y al funcionamiento de los bancos. “Algo inédito en la historia económica del país”.
Carlos Páez Agraz, director de la consultora AdQuat, explicó que en las dos formas de comunicación se apela a las emociones, en una incitación de la confianza de los mexicanos en su Presidente; pero sin recurrir a fuentes informativas. “Se trata de obtener esperanza casi por generación espontánea. El ahora sí del cambio. El ahora sí de la modernidad”.
EL PAPEL DE LA OPOSICIÓN
La idea de que el Primer Mandatario es un gran líder, capaz de modificar leyes en el anquilosamiento, es otro punto de coincidencia entre el hombre que ocupó la Presidencia de México de 1988 a 1994 y quien la ocupa ahora. Peña Nieto ha hecho una fuerte publicidad en las últimas semanas para presumir sus reformas estructurales.
La primera reforma que él alaba y presume como un gran triunfo es la Energética, que precisamente el gobierno de Salinas trató de implementar y no logró, pero que en el contexto político actual sí se pudo dar. Héctor Quintanar señala que ésta es una gran diferencia “que tiene que ver con el sentido republicano de dar un informe: es que Salinas sí tuvo cierta oposición en el Congreso” y en esta ocasión el Partido de la Revolución Democrática (PRD) encabezará el protocolo.
El especialista de la UNAM explica que Salinas, en los informes de gobierno, aplicaba la máxima de los perredistas, que era la oposición más visible: decirles que ni los veía, ni los oía. “Ahora tienen pacto con los perredistas e incluso ellos van a presidir las juntas de coordinación política, Silvano Aureoles [Conejo] y Miguel Barbosa [Huerta] en el Senado, eso habla de qué papel está jugando la oposición en función de estos informes de gobierno”, dice.
El politólogo Eduardo Bueno detalla que la consolidación de las llamadas “reformas estructurales”, aprobadas recientemente, ha significado el agotamiento de una agenda que lleva 25 años consolidándose. La consecuencia de ello, dice Bueno León, es que el PRI ha comenzado a recuperar algunas propuestas que habían sido olvidadas, como el de la eliminación de los diputados plurinominales. Pero para el académico se trataría, en todo caso, de una estrategia que favorecería al bipartidismo y, por tanto, que se sumaría a la conclusión de un periodo comenzado con Salinas de Gortari y que se podría resumir así: reforma energética y un sistema político de alianzas para las próximas décadas.
Fuente: Sin Embargo| Por Laura Cordero, Linaloe R. Flores y Mayela Sánchez