El Partido Verde Ecologista de México ha inundado con propaganda a Chiapas, con el apoyo del Gobernador Manuel Velasco Coello, acusa la oposición. Foto. Sandra Rodríguez, SinEmbargo
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, 17 de julio (SinEmbargo).– Eran casi las diez de la noche del pasado miércoles 8 de julio cuando una grúa de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) de Chiapas llegó a la calle 16 de Septiembre de la colonia Bienestar Social para arrastrar un viejo Volkswagen rojo cargado con lonas, camisetas y gorras del Partido Verde Ecologista de México (PVEM). Los artículos publicitarios ocupaban casi todo el espacio del asiento trasero; enfrente, colgando del tubo del espejo retrovisor, estaba el tarjetón de acceso a la “pensión oficial” del Ayuntamiento porque el vehículo era conducido por un empleado de la Coordinación General de Política Fiscal del Gobierno de este municipio, emanado de una coalición entre el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Verde.
El hecho probablemente delictivo fue descubierto por casualidad por Francisco Rojas, un médico candidato del Partido Acción Nacional(PAN) a la Alcaldía y que esa tarde, narró en entrevista, recorría el suroriente de Tuxtla y, sobre la citada arteria, notó de pronto un grupo de mujeres frente a una casa cuya puerta fue cerrada a toda prisa. Enfrente, dijo, estaba el automóvil con la identificación del Gobierno municipal y atiborrado con la propaganda partidista.
“Es una elección de Estado. He sido candidato en tres campañas, pero nunca había visto esto. Es un descaro”, dice Rojas.
La oposición de Chiapas no es la única que ha observado que el Partido Verde desplegó aquí, el estado con la mayor cantidad de pobres del país, una agresiva campaña de coacción del voto a través de dádivas de todo tipo, como despensas, artículos escolares, el uso de programas sociales e incluso pagos en efectivo. La maniobra ha sido incluso documentada por la Fiscalía Electoral, dependiente de la Procuraduría General de Justicia y, ésta, del Gobernador Manuel Velasco Coello, el primero emanado de sus filas. Según las cifras de la agencia ministerial, el Verde y sus aliados, como el Partido Revolucionario Institucional, han sido sujetos de al menos 372 denuncias por prácticas probablemente ilegales en lo que va del año; 233 de ellas, tan sólo en los últimos 30 días de la campaña por la elección estatal del próximo domingo 19 de junio. Es decir, más de siete probables delitos electorales diarios, o uno cada tres horas.
“Es en relación a la coacción del voto, que consiste a través del manejo de programas sociales, como Prospera, Canasta Básica, fundamentalmente”, explica el Fiscal Electoral del estado, Hugo Gómez Estrada.
“Vamos a entrar a la etapa final, y es en estos días que nos quedan donde vamos a ver con mayor insistencia esa entrega de objetos con tal de obtener los votos (…) y lo vamos a encontrar a través de entregas de despensas, de entregas de quizás de láminas, cemento para construcción de obras. Algunas veces comprando en efectivo, pero más que nada eso se da en la jornada electoral”, agrega el funcionario.
Entrevistado en su oficina en esta ciudad, Gómez precisa que no todos los partidos están violando la ley como lo está haciendo el partido en el Gobierno. “Porque hay partidos que no cuentan con los recursos suficientes. Prácticamente los partidos que cuentan con recursos suficientes son los que más inciden en esto. Ya lo sabemos, los partidos grandes, estamos hablando del Verde, el PRI; va más por, ‘pues me está diciendo que yo vote por el PRI, que vote por el Verde”, explica.
Fundado en 1994 por el político ex priísta Jorge González Torres y en manos de su familia desde entonces, el Verde se convirtió en el pasado proceso electoral federal en el campeón nacional de las violaciones a las legislaciones electorales. La multa de 329 millones que recibió en mayo por beneficiarse ilegalmente de contratos para anuncios en televisión fue la tercera más alta de la historia y, antes, había sido ya sancionado por la difusión de mensajes en cine. Como ningún otro partido, además, saturó calles, fachadas y bardas de diferentes partes del país para machacar, entre otras frases, que “sí cumple”.
La elección federal del pasado 7 de junio confirmó que Chiapas es su bastión. Además de tener el Gobierno estatal, los resultados oficiales les dieron el 45 por ciento de los votos, la cantidad más alta que han recibido en sus 20 años de vida. En correspondencia, la presencia de los colores de su propaganda política alcanza en esta entidad niveles de avasallo: cientos de personas, sobre todo entre la población de menores ingresos, visten la característica playera con el logotipo del tucán encerrado en una uve; varios más usan otras del mismo color pero con el logotipo del Gobierno del estado. Los enormes espectaculares que promueven a su candidato a la alcaldía, el también dirigente estatal Fernando Castellanos Cal y Mayor, se observan con una frecuencia casi 10 a dos en comparación con los de sus contrincantes. Sus colores aparecen también en decenas, tal vez cientos de bardas, sobre todo en las colonias populares, donde Velasco también anuncia la entrega de 1.5 millones de canastas básicas. El partido se anuncia, también, en cientos de camionetas tipo van de transporte colectivo, las cuales exhiben un eslogan que el Verde chiapaneco no tiene empacho en compartir con la administración estatal: la gente “nos une”.
¿CÓMO SE COACCIONA EL VOTO?
El reparto de despensas ha sido uno de los recursos con los que el Verde busca coaccionar el voto en Chiapas, el estado con los mayores niveles de miseria en el país. Foto: Sandra Rodríguez, SinEmbargo
El Código de Elecciones y Participación Ciudadana de Chiapas prohíbe “la utilización de programa sociales y de sus recursos, del ámbito federal, estatal, municipal, con la finalidad de inducir o coaccionar a los ciudadanos para votar a favor o en contra de cualquier partido”.
Mayra J., una madre soltera de 36 años de esta capital, narró a este medio cómo fue que su intención de hacer mejoras en su colonia, sobre todo que se pintara un paso peatonal, la llevó casi sin darse cuenta a hacer proselitismo en favor del Verde y de su candidato, Castellanos.
Fue a finales de 2014, cuenta, cuando una vecina de su calle en la colonia Miramar la invitó a formar parte de un grupo de ocho personas que se dedicarían “a bajar recursos del Gobierno para alumbrado y pavimento”. Luego, agregó, la misma líder les informó que el siguiente paso sería que cada una de esas ocho personas reuniera a su vez a otras 12, casi cien entre todas, y luego recogerles copias de las credenciales para votar, claves de registro de población y comprobantes de domicilio. “Esas ocho teníamos también la obligación de ir a cada evento del Gobernador, a fuerza. Teníamos que tomarnos una foto y enviársela a la líder de la colonia. Nos decía que era para que nos vieran. Luego nos dieron nombramientos de la Sedepas (Secretaría de Desarrollo y Participación Social del gobierno estatal). A mí me asignaron salud, y tenía que buscar dentistas que vinieran a dar pláticas de higiene, a otras les tocó educación, buscar becas, mejoras para los parques”, dice.
“Luego vino un licenciado, de Sedepas, y nos dijo que nos quería conocer Fernando, que porque había muy poca presencia de él en la colonia, y que se iba a postular como Presidente municipal del Partido Verde”, agrega.
Días después, narra, llegó a la colonia Berlán Nigenda, un ex priísta sumado a la campaña de Castellanos y quien les pidió también levantar una lista casa por casa y ofrecer la futura llegada de despensas, lentes y cobijas. “Y las despensas llegaron, pero no lo demás, y nosotros tuvimos que poner la cara”, dice Mayra. Fue entonces que empezó a molestarse con las actividades en las que, dice, participaba con la esperanza de obtener finalmente los beneficios que les prometían y, también, por acompañar a su vecina, que además era su amiga.
“Pero después fue más la presión, cuando ya va como presidente Fernando, porque teníamos que llevar a la gente a que se tomara la credencial verde, del Gobierno del estado, para que recogieran las despensas del programa de jefas de familia y de alimentación. Luego crearon las tarjetas para madres solteras, que pagan 500 pesos al mes”, dice.
La entrega de este último programa, agrega Mayra, fue el colmo: convocaron a miles de mujeres de todo el estado a una plaza, “nos encerraron entre vallas después de que entrábamos, nos formaron por grupos, las que ya cobrábamos y teníamos la credencial en una fila, y ahí nos dieron una playera y una botella con agua. Yo dije: ‘aquí, si hay un atentado, no podemos salir’, y aunque ya tuviéramos la tarjeta tuvimos que esperar a que se las dieran a todas las demás. Fue obligatorio; yo me sentí muy enojada. Me molestó la forma en la que nos estaban usando”.
Luego empezaron a llegarles las despensas por parte de Sedepas, cuenta, “pero teníamos que pedirles la credencial para votar a cambio de dárselas, y que firmaran de recibido”. A estas personas, explica, se les llama “promovidos”, y conforme avanzaba la campaña electoral aumentaban las exigencias para tenerlos bajo registro. “Nos mandaban a pedir hasta tres veces la credencial a la misma persona. Al último me mandaron otra hoja, pero yo ya no quise”, cuenta.
El pasado domingo 7 de junio, dice, la “coordinadora” todavía le pidió que avisara que el Verde pagaría tortas y taxis para los colonos que quisieran ir a votar, “y que si en el camino yo las convencía de votar por el Verde, me iban a pagar”.
Y en estos últimos días, agrega, le dijo que volviera a pedir credenciales y que, de manera disfrazada, preguntara a los “promovidos” si votarían por el Verde y que, en caso de que dijeran que no, les pusiera una marca. “Entonces, están condicionando la ayuda, juegan con la gente. Él (Fernando), dice que quiere mucho a las mujeres, que ahí están sus despensas, y la gente es muy entregada, pero lucran con su necesidad, y es gente que no ha escuchado otras propuestas, y les dan playeras y despensas, pero es como jugar con la conciencia”, dice.
Mayra es madre soltera que regresó a Chiapas hace unos años de Estados Unidos. Entrevistada el pasado jueves 9 de julio, fue contactada a través de las brigadas de “cazamapaches” que colaboran con Morena porque es familiar de uno de sus integrantes. En la vivienda donde se le entrevista, muestra también las cajas con despensa que ella y otros familiares fueron a recoger hace unos días a una casa cercana y donde se las pusieron en una bolsa negra, para que no fueran detectadas. “Nos utilizaron para hacerle la campaña a Fernando, pero si el Gobierno me quiere usar, yo voy a usar al Gobierno”, dice cuando se le pregunta por qué fue a recogerlas.
EL VERDE, “CANDIDATO OFICIAL”
El Código de Elecciones y Participación Ciudadana de Chiapas prohíbe “la utilización de programa sociales y de sus recursos, del ámbito federal, estatal, municipal, con la finalidad de inducir o coaccionar a los ciudadanos para votar a favor o en contra de cualquier partido”.
Mayra J., una madre soltera de 36 años de esta capital, narró a este medio cómo fue que su intención de hacer mejoras en su colonia, sobre todo que se pintara un paso peatonal, la llevó casi sin darse cuenta a hacer proselitismo en favor del Verde y de su candidato, Castellanos.
Fue a finales de 2014, cuenta, cuando una vecina de su calle en la colonia Miramar la invitó a formar parte de un grupo de ocho personas que se dedicarían “a bajar recursos del Gobierno para alumbrado y pavimento”. Luego, agregó, la misma líder les informó que el siguiente paso sería que cada una de esas ocho personas reuniera a su vez a otras 12, casi cien entre todas, y luego recogerles copias de las credenciales para votar, claves de registro de población y comprobantes de domicilio. “Esas ocho teníamos también la obligación de ir a cada evento del Gobernador, a fuerza. Teníamos que tomarnos una foto y enviársela a la líder de la colonia. Nos decía que era para que nos vieran. Luego nos dieron nombramientos de la Sedepas (Secretaría de Desarrollo y Participación Social del gobierno estatal). A mí me asignaron salud, y tenía que buscar dentistas que vinieran a dar pláticas de higiene, a otras les tocó educación, buscar becas, mejoras para los parques”, dice.
“Luego vino un licenciado, de Sedepas, y nos dijo que nos quería conocer Fernando, que porque había muy poca presencia de él en la colonia, y que se iba a postular como Presidente municipal del Partido Verde”, agrega.
Días después, narra, llegó a la colonia Berlán Nigenda, un ex priísta sumado a la campaña de Castellanos y quien les pidió también levantar una lista casa por casa y ofrecer la futura llegada de despensas, lentes y cobijas. “Y las despensas llegaron, pero no lo demás, y nosotros tuvimos que poner la cara”, dice Mayra. Fue entonces que empezó a molestarse con las actividades en las que, dice, participaba con la esperanza de obtener finalmente los beneficios que les prometían y, también, por acompañar a su vecina, que además era su amiga.
“Pero después fue más la presión, cuando ya va como presidente Fernando, porque teníamos que llevar a la gente a que se tomara la credencial verde, del Gobierno del estado, para que recogieran las despensas del programa de jefas de familia y de alimentación. Luego crearon las tarjetas para madres solteras, que pagan 500 pesos al mes”, dice.
La entrega de este último programa, agrega Mayra, fue el colmo: convocaron a miles de mujeres de todo el estado a una plaza, “nos encerraron entre vallas después de que entrábamos, nos formaron por grupos, las que ya cobrábamos y teníamos la credencial en una fila, y ahí nos dieron una playera y una botella con agua. Yo dije: ‘aquí, si hay un atentado, no podemos salir’, y aunque ya tuviéramos la tarjeta tuvimos que esperar a que se las dieran a todas las demás. Fue obligatorio; yo me sentí muy enojada. Me molestó la forma en la que nos estaban usando”.
Luego empezaron a llegarles las despensas por parte de Sedepas, cuenta, “pero teníamos que pedirles la credencial para votar a cambio de dárselas, y que firmaran de recibido”. A estas personas, explica, se les llama “promovidos”, y conforme avanzaba la campaña electoral aumentaban las exigencias para tenerlos bajo registro. “Nos mandaban a pedir hasta tres veces la credencial a la misma persona. Al último me mandaron otra hoja, pero yo ya no quise”, cuenta.
El pasado domingo 7 de junio, dice, la “coordinadora” todavía le pidió que avisara que el Verde pagaría tortas y taxis para los colonos que quisieran ir a votar, “y que si en el camino yo las convencía de votar por el Verde, me iban a pagar”.
Y en estos últimos días, agrega, le dijo que volviera a pedir credenciales y que, de manera disfrazada, preguntara a los “promovidos” si votarían por el Verde y que, en caso de que dijeran que no, les pusiera una marca. “Entonces, están condicionando la ayuda, juegan con la gente. Él (Fernando), dice que quiere mucho a las mujeres, que ahí están sus despensas, y la gente es muy entregada, pero lucran con su necesidad, y es gente que no ha escuchado otras propuestas, y les dan playeras y despensas, pero es como jugar con la conciencia”, dice.
Mayra es madre soltera que regresó a Chiapas hace unos años de Estados Unidos. Entrevistada el pasado jueves 9 de julio, fue contactada a través de las brigadas de “cazamapaches” que colaboran con Morena porque es familiar de uno de sus integrantes. En la vivienda donde se le entrevista, muestra también las cajas con despensa que ella y otros familiares fueron a recoger hace unos días a una casa cercana y donde se las pusieron en una bolsa negra, para que no fueran detectadas. “Nos utilizaron para hacerle la campaña a Fernando, pero si el Gobierno me quiere usar, yo voy a usar al Gobierno”, dice cuando se le pregunta por qué fue a recogerlas.
EL VERDE, “CANDIDATO OFICIAL”
Fernando Castellanos Cal y Mayor, amigo del Gobernador, y candidato a la Alcaldía de Tuxtla Gutiérrez, la capital chiapaneca. Foto: Sandra Rodríguez, SinEmbargo
Como su amigo cercano, el Gobernador Manuel Velasco Coello, Fernando Castellanos Cal y Mayor se ha distinguido por la juventud con la que ha llegado a cargos públicos de relevancia. Hoy de 29 años, el tuxtleco se inició desde los 20 como integrante del Partido Verde, donde, entre otros cargos, ocupó los de secretario de Acción Electoral y de Finanzas. A los 23, en 2009, llegó como asesor de la bancada de este partido al Senado de la República, donde Manuel Velasco Coello cumplía la segunda mitad de su cargo como el Senador más joven de México. Poco antes de concluir esta legislatura, Velasco volvió a Chiapas para la campaña por la elección estatal de 2012 y Castellanos regresó también para convertirse, a su vez, en Diputado local y en el más joven presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado. Desde ese cargo, con 26 años, avaló sancionar la deuda de más de 40 mil millones de pesos heredada por el ex Gobernador Juan Sabines Guerrero, hoy Cónsul de México en Orlando, Florida. “No conocí a fondo cómo funcionó esa administración, pero lo que yo viví fue un proceso de entrega-recepción muy caótico y muy difícil para el Gobernador electo. Pero yo siempre he sido de la opinión de no ver hacia atrás, sino al futuro y dejar que la historia sea la que juzgue lo que se hizo bien o mal”, dijo Castellanos en una entrevista con la revista Gente Sur del pasado septiembre.
El mismo artículo lo cita diciendo no sufrir “calenturas anticipadas” cuando se le pregunta si busca la Alcaldía de la capital, aunque agrega que “seguramente voy a ser lo que la gente quiere que sea”.
Ganar Tuxtla Gutiérrez es, de acuerdo con análisis publicados en medios locales independientes, la prioridad del Gobernador Velasco. Uno de los motivos es que la alcaldía posicionaría a su amigo Fernando como su sucesor en la gubernatura por el 2018, cuando el hoy mandatario trataría de buscar la candidatura presidencial. Pero Tuxtla es para el Verde, también de acuerdo con analistas locales, el territorio más difícil de los 122 municipios que estarán en disputa el próximo 19 de julio, cuando también se renovará el Congreso. Una dificultad, consideran, es la popularidad del médico y ex Alcalde panista Francisco “Paco” Rojas; otra, la fuerza que mostró tener Morena en la elección pasada y, otra, hizo notar un análisis de Chiapas Paralelo, es que Tuxtla “es el municipio en Chiapas con el menor porcentaje de pobres, con un 43.3 por ciento”, frente a un 74 por ciento que tiene la entidad en promedio. Será “el voto del hambre contra el voto razonado”, calificó Contra Poder la contienda.
La preponderancia que tiene el ofrecimiento de beneficios directos a cambio de datos personales en la estrategia del partido fue mostrada en un encuentro denominado “Ciudadano a Ciudadano”, organizado por el equipo de Castellanos en la arena municipal “Jorge Cuesy” y con el abierto uso de recursos públicos, como los instrumentos de la marimba del Ayuntamiento que fue trasladada por empleados que dijeron a este medio trabajar para la Secretaría de Desarrollo Social. “Afortunadamente tenemos un Gobernador joven que ve las cosas que otro futuro, que ha hecho obras, como los libramientos (a la entrada a Tuxtla). Le ha dado ayuda a las madres solteras, becas a los estudiantes”, dijo Pedro Ochoa, de 41 años, uno de los coordinadores de la estructura de Castellanos y, también, empleado de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal.
El evento fue amenizado por el locutor y ex diputado local Ariel Gómez León, mejor conocido como “El Chunco”, y quien cobró notoriedad nacional en 2010 por hacer comentarios racistas sobre las víctimas del sismo en Haití. En el evento del pasado jueves, el animador insistió en explicar que el objetivo era “trabajar” y que los coordinadores debían recoger todas las necesidades de los asistentes.
“¿Ya le dieron su nombre a su coordinador?”, preguntó Gómez desde la duela del gimnasio. “Sé que necesitan muchas cosas para sus hijos, quiero pedirles a los coordinadores que les digan su nombre completo y qué quieren, una lámpara en la colonia, empleo, servicio médico, lentes. Lo que quiero es que den su nombre, para hacer la gestoría (…) Nuestro candidato sí puede hacerse cargo de la petición, ¿quién quiere ser coordinador de su zona? ¿cuántos necesitan alumbrado?”, conminaba el político.
Ante las necesidades expuestas –tapado de alcantarillas que se ven por las calles abiertas y sin protección, un gimnasio, pavimento– el conductor explicaba que así se lo dijeran a sus coordinadores.
“Me dijeron que íbamos a recibir apoyos para mamás”, dijo Laura Díaz, una comerciante y madre de familia de 25 años que, también, dijo no tener una opinión en particular sobre el partido: “No sé, siento que no hay mucho cambio. He votado, pero no siento que haya diferencia”.
Castellanos llegó entonces al evento, unos 40 minutos después de la hora convocada y como una “sorpresa” debido a que su presencia no estaba confirmada. “Ya saben que los quiero mucho, pero que hoy quiero decir que se mantengan unidos, aquí está el equipo, los coordinadores. Gracias por su cariño, por su confianza. Los felicito por esta estructura”, dijo.
Si bien “El Chunco” aseguró desde el micrófono que no había acarreo ni autobuses afuera de la arena, este medio confirmó que al menos una decena de camionetas tipo Van de las cooperativas de transporte colectivo local esperaban afuera para trasladar sin costo a los asistentes de regreso a sus colonias.
“Hay un segmento de la población, la más empobrecida, que el mismo sistema ha empobrecido, que son la clientela más importante que puede tener el candidato oficial, que tiene todo el apoyo económico, logístico, político del Gobierno del estado, todo lo tiene en una forma por demás cínica”, dijo Víctor Ancheyta, candidato a la Alcaldía de Tuxtla por Morena. “Ya no hay ni siquiera hay un proceso de simulación, es cínica la forma en la que el Gobierno del Estado quiere imponer a su candidato”, agregó el político.
LUCRANDO CON LA POBREZA
La colonia Primero de Enero está en el extremo norte de San Cristóbal de las Casas, una de las zonas más marginadas de esa cabecera municipal, a su vez capital regional de Los Altos, predominantemente indígena. Nombrada en honor a la fecha del levantamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en 1994, en sus calles sin pavimento se observa ahora también el asalto propagandístico del Partido Verde.
“Espero que cumplan con lo que dicen, los apoyos que están dando a las madres solteras”, dijo Marta López, una ama de casa de 50 años cuya vivienda fue cubierta totalmente con los colores del partido y la imagen del tucán. Receptora de una canasta básica al mes, López explica que ésta consiste en “una cajita” con medio kilo de frijol, otro medio de arroz, otro tanto de aceite y así “puros medios” que le envía el Gobierno del estado desde hace medio año. “Casi la mitad de la colonia simpatiza con el Verde”, dice.
A unas cuadras, sobre la calle Salomón González, el adolescente Feliciano Gómez, de 17 años, llevaba una playera del Verde debajo de la chamarra negra con la que se protegía de la llovizna del pasado viernes 10. Consultado, dijo que había recibido la playera el día anterior, en un mitin al que había ido con su familia en Joltzemén, en el vecino municipio de Chamula: “Hubo un mitin y dieron playeras, cubetas, comida, barbacoa, dieron para la gasolina, de 100 a 200 pesos”.
Comprobar que todas estas prácticas conducen, efectivamente, a la compra de la conciencia política de quienes reciben los beneficios y, esto, a la mayor recepción de votos no es una tarea fácil, explica el fiscal electoral Gómez Estrada.
“Porque, por un lado, vamos al lugar de los hechos, tratamos de ver con los vecinos, y muchas veces los vecinos no quieren comprometerse, entonces es una lucha…”, dice el funcionario.
En el caso del automóvil cargado con propaganda y asegurado en Tuxtla, explica, se citará al titular del tarjetón, se pedirá información al Instituto Electoral y de Participación Ciudadana para indagar dónde fueron adquiridos los artículos y, además, se tendrá que establecer cuál era la intención de repartirlos. “Entonces, lleva su tiempo”, dice. Tanto, que de las 500 denuncias que recibió la Fiscalía en la elección de 2012, agrega, sólo una docena fueron consignadas.
Pero la estrategia partidaria y gubernamental de repartir alimentos y artículos en este periodo de campaña electoral es casi abierta. Además de los testimonios, en una vivienda de la calle Monterrey, en la colonia Popular, este medio pudo observar que los habitantes, reportados como repartidores de despensas, tenían diversos productos –una bolsa con frijol, arroz, atún, una bolsa con polvo sabor chocolate– en la mesa de la cocina. “Nosotros lo recibimos porque tenemos necesidad”, dijo molesta la madre de familia que, en todo momento, se opuso a la posibilidad de que se tomaran fotografías.
“Nosotros lo entendemos –dice el Fiscal cuando relata las dificultades que aún la Policía Ministerial tiene para investigar estos hechos. Porque nadie quiere comprometerse, piensan que los tomarán de enemigos el día de mañana, más si gana el candidato”.
En San Cristóbal de las Casas, el PRI y el Verde no tienen alianza sino que disputan la Alcaldía, al igual que el partido Mover a Chiapas, fundado por un ex funcionario de Gobierno del estado y cercano a la madre del mandatario, Leticia Coello. Y ahí, donde son rivales, hasta el tricolor se queja de la apuesta estatal del Verde por ganar la elección a través del dispendio.
“Los otros partidos han estado haciendo uso de recursos no tan propios, hablo de despensas, lo aplican en las zonas aledañas al municipio, concretamente en la zona norte, que hay un cinturón de colonias donde la población es un 80 o 90 por ciento indígena”, dice Oscar Domínguez, coordinador de la campaña local priísta.
“El Verde y el morado, Mover a Chiapas, traen la estrategia que pudieran traer en todo el estado, de las despensas, obviamente que desconocemos de dónde vienen esas despensas, pero sí creemos que están siendo mal enfocadas en términos de cómo conseguir el voto, confunde a la población, sobre todo a la clase marginada, y molesta inclusive con toda la promoción que están haciendo, porque si se da cuenta, están siendo excesivos la publicidad que manejan”, agrega el priísta.
En un comentario publicado el pasado 21 de junio en La Jornada, el obispo de la Diócesis de San Cristóbal, Felipe Arizmendi, también lamentó que “pareciera que no hay otro método para ganar votos que regalar cosas y dar de comer a la gente humilde (…) no les importa la dignidad de los pobres, sino convencerlos sólo con dinero y con pequeñas cosas materiales”.
Las propuestas de fondo, los programas de Gobierno, la calidad de los candidatos, sus antecedentes de trabajo, agregó el comentario del prelado, han quedado totalmente erradicadas de las campañas y, en su lugar, están sólo el dispendio, los carteles propagandísticos y pequeñas dádivas.
–¿Qué impacto tiene en la sociedad si las elecciones se definen por obsequios y no por propuestas? –se le consultó al Obispo.
“Afecta a la sociedad haciéndola dependiente, acostumbrándola a sólo estirar la mano para ver qué le dan. Afecta porque no se educa para pensar, analizar, proponer y asumir responsabilidades sociales, sino sólo para recibir”, respondió Arizmendi a SinEmbargo través de un correo electrónico.
“Afecta porque se menosprecia a los pobres, usándolos sólo como instrumento para los propios intereses electorales. Afecta porque se menosprecia la política como si fuera sólo interés por el poder, y no servicio a las reales necesidades del pueblo”, agregó.
Fuente: Sin Embargo| Sandra Rodríguez Nieto