Luego de que policías municipales presuntamente asesinaran a balazos a un joven de 14 años y lesionaran a un hombre de 34, pobladores del municipio mexiquense de Huehuetoca (al norte del DF) quemaron la alcaldía y volcaron dos patrullas esta madrugada.
Los habitantes afirmaron que un grupo de 20 jóvenes que salían de un baile –donde tocaron los grupos Mimoso y Komander– iniciaron una riña frente al palacio municipal aproximadamente a las 2:00 horas, por lo que elementos municipales intervinieron.
Agregaron que los policías detuvieron a algunos jóvenes y dispararon en varias ocasiones, sin motivo aparente.
Uno de ellos, identificado solamente como Daniel, de 14 años, cayó muerto en la explanada municipal tras recibir un balazo en el pecho mientras que Rafael Martínez López, su tío, resultó herido.
Unos 400 habitantes, incluidos decenas de jóvenes, intentaron linchar a los policías quienes se refugiaron en la alcaldía y lograron huir por la parte trasera del inmueble.
Los pobladores volcaron las patrullas 049 y 045 sobre la calle Ayuntamiento.
Luego incendiaron las oficinas de Catastro, la Oficialía Conciliadora y el Registro Civil.
El edificio de la alcaldía resultó con graves daños en la planta baja en tanto que los vidrios del segundo nivel fueron destruidos.
Policías estatales detuvieron a tres elementos municipales por su presunta responsabilidad en la muerte del joven, quien residía en el barrio de San Bartolo.
Elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana resguardan el palacio municipal.
Policía mata a menor y hiere a otro joven en Huehuetoca, reportan pobladores
Los hechos ocurrieron esta madrugada cuando un grupo de personas, la mayoría jóvenes, regresaba de un baile grupero. Presuntamente sostuvieron una riña con agentes durante la cual uno de los elementos accionó su arma.
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Huehuetoca, Méx. Las instalaciones del palacio municipal de Huehuetoca, Estado de México, fueron incendiadas por decenas de pobladores, luego del asesinato de un menor de 13 años, presuntamente a manos de policías municipales durante una riña suscitada en las calles principales de la localidad. Además, dos patrullas municipales fueron volcadas y destrozadas.
Los hechos se registraron durante la madrugada de este sábado al filo de las 2:00 a.m., cuando un grupo de personas -la mayoría jóvenes- regresaba de un baile grupero al que había acudido y caminaba por las calles de la zona centro del municipio.
Presuntamente el grupo de jóvenes sostuvo una riña con elementos policíacos durante la cual uno de los elementos accionó su arma, causándole la muerte al menor Cristian Daniel Santillán Martínez, de 13 años, cuyo cuerpo quedó en la calle principal de la alcaldía, mientras que Rafael Martínez López, de 34 años, resultó lesionado por arma de fuego.
Según versiones de los propios vecinos, tras el asesinato los pobladores se reunieron y comenzaron a incendiar la presidencia municipal, arrojando bolas de fuego que prendieron de las velas de la ofrenda por el Día de Muertos, que el ayuntamiento había instalado en la explanada municipal.
El fuego se propagó rápidamente por el inmueble alcanzando la planta baja y primer piso.
El regidor Héctor Eloy Farfán informó que hubo daños severos en las instalaciones de la alcaldía, entre ellas totalmente en la oficina conciliadora, el área del registro civil, catastro, además del salón “Centenario del Ejército Mexicano”, la oficina del presidente municipal y salón de cabildos.
En el interior de la alcaldía se encontraban efectivos policíacos que lograron salir, además, algunas personas detenidos también fueron desalojadas.
A la zona arribaron unos 300 efectivos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, quienes mantienen en resguardo la alcaldía; en tanto, durante la mañana de hoy decenas de pobladores se congregaron a las afueras del palacio en donde colocaron cartulinas exigiendo justicia por la muerte del menor:“Los policías no cuidan, asesinan”, “Pedimos la destitución de toda la seguridad municipal”, se leía.
En la zona centro prevalece un clima de tensión entre los pobladores.
Fuente: Proceso| La Redacción| La Jornada| .Javier Salinas
