Abre la puerta a rescates similares al Fobraproa, advierten legisladores de la oposición
Con los votos del PRI, PAN y PVEM, el Senado de la República aprobó en lo general la reforma financiera del presidente Enrique Peña Nieto, una legislación que modifica 34 ordenamientos y que, según denunciaron en tribuna perredistas y petistas, profundiza la extranjerización de la banca, en lugar de regular las ganancias exageradas de las grandes instituciones bancarias, aumenta el poder de éstas sobre el país y abre la puerta a rescates similares al Fobraproa.
“El gobierno se doblega ante los intereses de los bancos extranjeros”, advirtió el coordinador del PT, Manuel Bartlett, mientras que la perredista Dolores Padierna recalcó que es una reforma que criminaliza a los deudores, para los que se crea un nuevo marco legal “inquisitorio”, con severidad extrema para ellos e impunidad para la elite financiera, ya que no habrá sanción alguna para accionistas y directivos bancarios que provoquen riesgos financieros.
En cambio, los deudores de la banca podrán ser arraigados y sus bienes retenidos, sin mediar juicio, tan sólo con la orden del banco con el que tiene un adeudo.
Bartlett destacó que la reforma, aprobada con 90 votos a favor, 24 en contra y una abstención, establece un régimen para que gobiernos extranjeros puedan participar en el capital social de operadoras de sociedades de inversión, de sociedades valuadoras de acciones de sociedades de inversión.
En términos generales, recalcó, la reforma profundiza la presencia del capital extranjero en la economía, lo que permitirá que los bancos sigan llevándose las utilidades fuera del país, a sus naciones de origen, mientras que en México se acentuarán los niveles de concentración de la riqueza y del ingreso, elevando la dependencia, la marginalidad , la pobreza y la violencia.
Mientras panistas y priístas insistieron en que se trata de una reforma que permitirá que haya créditos para el campo y protección para los usuarios, Bartlett resaltó que ello es falso, y dijo que en realidad se protege a los acreedores, a los bancos, no a los ciudadanos o a las pequeñas y medianas empresas con problemas de pago.
“La reforma apoyará de forma ágil y expedita a las instituciones bancarias con problemas, procurará maximizar la recuperación de los valores de los activos que caigan en la insolvencia, para que la banca no pierda, se establece la posibilidad de otro rescate bancario, en caso de presentarse otra crisis”, insistió Bartlett.
Al hablar a nombre del PT, la senadora Padierna destacó que la reforma favorece la política de revivir los rescates bancarios y la de elevar las obligaciones garantizadas que para el IPAB, mediante un "banco puente" preparan un nuevo asalto a las finanzas públicas del país como una vía para concentrar aún más la riqueza.
Lamentó que haya resurgido la "Dictadura Perfecta", como definió Vargas Llosa al sistema político mexicano, “ la de un presidencialismo sin fisuras, que maneja a su antojo al Congreso, anulando en todo momento el equilibrio de poderes”.
La minuta de Reforma Financiera, que modifica 34 ordenamientos y crea la Ley de Agrupaciones Financieras, llegó al Senado y en una sola sesión se votó sin el análisis de sus implicaciones “y se aprobará hoy sin modificaciones trascendentes”.
PRD y PT presentaron 147 reservas, pero hasta el momento diez de ellas se han rechazado sin discusión, ya que la mayoría PRI-PAN lo han evitado. Las modificaciones intentaban, entre otras cosas, proteger a deudores de la banca, ya que el nuevo marco legal fortalecer de manera sustantiva la protección de los acreedores bancarios y tenedores de bancos en los concursos mercantiles. Los bancos se verían favorecidos con la ejecución rápida de las garantías poniendo en total desventaja al deudor, se acude incluso a la retención de sus bienes y de arraigar a la persona sin mediar un juicio, tan sólo con la orden de un banquero ya no de un juez.
Fuente: La Jornada| Andrea Becerril y Víctor Ballinas