El obispo de Saltillo, Raúl Vera, volvió a estremecer a su gremio. Dijo que si los obispos mexicanos fueran menos timoratos, y se organizaran, harían frente de mejor manera a la violencia que vive el país entero. Las palabras de Vera ponen de relieve la actitud esquiva que ha sostenido la élite eclesiástica ante los crímenes que cotidiana e imparablemente se cometen contra una población que al menos en términos estadísticos es mayoritariamente afín a los postulados católicos.
Esa violencia ha afectado incluso a oficiantes menores, párrocos desprotegidos, a quienes algunos cárteles han sumado con pragmatismo a la lista de causantes forzados a entregar parte de las ganancias de su negocio, en este caso, el de la fe. Hasta ahora, la voz del obispo de Apatzingán, Miguel Patiño Velázquez, ha sido la única que con crudeza ha denunciado las múltiples aristas del problema del narcotráfico y de las fórmulas gubernamentales para manejarlo.
En torno a lo dicho por monseñor Patiño, quien ha encabezado actos masivos en demanda de paz para Michoacán, se ha manifestado solidaridad por parte de los demás obispos, los cuales podrían emitir alguna declaración formal en el marco de la reunión anual que en esta ocasión realizan en tierras mexiquenses. Más que palabrería ceremonial, los jefes de la religión predominante en un país bañado en sangre deberían asumir posturas directas, de compromiso real, en defensa no sólo de los seguidores de su credo sino de la población en general.
En otros rituales, el Partido de la Revolución Democrática afina su arsenal escénico. Ayer sostuvo una encarnizada batalla declarativa en busca de que las decisiones legislativas sobre temas energéticos se trasladen al año venidero. Tan explosiva propuesta fue contestada desde el bando presuntamente opuesto, el del PRI, con encendidos señalamientos de que este, 2013, es el año adecuado para las efemérides venideras. En defensa de la variante priísta del Hoy, hoy, hoy del foxismo canábico, saltaron al campo de batalla los mariscales Emilio Gamboa y Pedro Joaquín, quienes proclamaron que la aprobación de la reforma energética debe ser en el actual periodo ordinario de sesiones de las cámaras, pues, han de considerar, más vale PAN hoy en mano que sol azteca volando para el año entrante.
Los estrategas perredistas de guerra tienen otras armas no secretas pero sí demoledoras (o eso consideran), como la recolección de firmas para posterior consulta popular sobre el tema, la realización de un mitin este domingo en el Zócalo capitalino (para demostrar, de paso, que no hay monopolio pejista de este tipo de manifestaciones públicas), con el Cid Cárdenas al frente, la unánime votación de todos los legisladores del sol azteca en contra (eso asegura Jesús Zambrano) e incluso la eventual toma de tribunas legislativas cuando se pretendan aprobar las mencionadas modificaciones tan causantes de discordia.
En el confesionario panista las preocupaciones más graves se centran en el asunto de la elección de dirigente. Gustavo Madero, actual ocupante del timón pintado de blanco y azul, ha anunciado que en caso de buscar un nuevo periodo al mando pedirá licencia para moverse sin las ventajas que le aportaría el cargo que ejerce. Grupos panistas están pidiendo similar decisión a Ernesto Cordero, quien como senador cuenta con viáticos y otros privilegios que pueden ser utilizados para hacer campaña. Estos tanteos aducen estar en búsqueda de una cancha pareja entre los dos principales contendientes (Josefina Vázquez Mota no tiene ningún cargo público y tampoco alguno relevante en la estructura partidista, además de que no avanza, al menos hasta la fecha, su pretensión de abrir una tercera vía, a su favor, o de conseguir que Cordero se sume a ella). Lo de menos será el que explícitamente renuncien Madero y Cordero a ciertas ventajas individualizadas.
Lo importante para el PAN será evitar que influencias y mapachismos externos (aunque el partido conservador cuenta con una cantera muy profesional de defraudación electoral) terminen definiendo el pleito interno, ya sea a favor del chihuahuense que busca un nuevo periodo, y al que con buenos ojos ven en Los Pinos, con todo lo que en apoyos significa esa benevolencia, o del senador que busca recuperar para el calderonismo el control partidista, así sea invirtiendo en el negocio cuantos recursos tenga disponible ese fúnebre grupo que a lo largo de un sexenio castigó a ciertos bandos criminales y toleró y protegió a otros, siempre agradecidos.
En otro tema, las precisiones que ayer hizo el Consejo de la Judicatura Federal respecto al expediente de Elba Esther Gordillo confirman la premura con la que en su momento actuó el juez encargado del caso. Como si se cumpliera con una consigna, a la ex dirigente magisterial se le escamotearon 32 horas durante las cuales pudo su defensa haber presentado pruebas que hubiesen ayudado a evitar su procesamiento judicial. La fulgurante actuación del juez correspondía a las necesidades políticas de esos días en que Los Pinos buscaba a toda costa mostrar una faz arrasadora respecto de sus eventuales adversarios. En las correcciones que se han ordenado ahora, aparece el concepto que ya se ha hecho famoso en otras diligencias que han terminado por dar libertad a ciertos personajes en función de arreglos políticos: la violación al debido proceso. Si se toma en cuenta que la liante cacica magisterial guardó sus aperos belicosos a la hora en que cayó en desgracia (ni el SNTE, ni el Panal, ni su familia salieron en ardorosa defensa suya), puede suponerse que el sistema agradecido esté en condiciones de ofrecerle más delante alguna salida judicial graciosa.
Y, mientras el académico y escritor Agustín Basave (quien fue embajador de México en Irlanda de 2001 a 2004), propuesto por el PRD para ser consejero del IFE, ha decidido retirarse del proceso de selección a causa del veto del PRI en su contra, ¡hasta mañana, con el secretario Osorio Chong concediendo en su reloj las últimas horas al diálogo con la CNTE!
Fuente: La Jornada| Julio Hernández López