domingo, 23 de julio de 2017

Incierto, el futuro de Jubilados Mexicanos

A 20 años del Sistema de Ahorro para el Retiro en México, los riesgos son muchos, toda vez que las bajas pensiones podrían provocar un descontento social como ha acontecido en Chile.

México.- El gas lacrimógeno en las calles de Chile hace a los manifestantes correr, otros con máscaras antigás arrojan todo tipo de objetos a los policías. Las tanquetas de los Carabineros circulan por las banquetas y rocían el humo a los jóvenes que a finales de 2016 se manifestaban en contra de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), que en México conocemos como Administradoras de Fondos para el Retiro (Afores).
Un joven toma una bomba de gas lacrimógeno del piso y se la regresa a las fuerzas del orden chileno. Caos. Se escuchan las sirenas de las patrullas, pum, pum, pum retumban las bombas molotov. Las tanquetas disparan agua para ahuyentar a los inconformes, los policías persiguen a los involucrados, algunos los encaran, se empujan, se gritan.
En los últimos años las protestas contra la privatización de las pensiones en Chile se han repetido varias veces. Algunas de ancianos golpeando cacerolas, gritando su desacuerdo por su vejez en pobreza; otras de niños coreando consignas para que “sus tatas tengan una pensión digna”.
Es agosto de 2016, la presidenta chilena, Michelle Bachelet, viste de blanco con negro y mira fijamente el teleprompter donde lee su mensaje a la nación. “Todos necesitamos de una pensión para tener una vida digna y de calidad después de años de trabajo. El actual sistema provisional ha llevado a que muchos, demasiados, reciban pensiones muy bajas y queden entregados a su propia suerte. Nuestro desafío como nación es corregir esta situación”.
En México las autoridades saben que caminamos hacia el mismo camino que Chile. Tanto en el sistema de jubilación de esa nación como en el de México se eliminaron las pensiones del Estado y se dio paso a un esquema de ahorro individual para la vejez.
“Chile comenzó su sistema en 1981, nosotros en 1997. Tienen 16 años, digamos de ventaja, y es un espejo del descontento social que puede ocurrir en México”, advierte Carlos Ramírez, presidente de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar).
Se decía que el sistema chileno de pensiones les daría un mejor futuro a los trabadores del país. Las AFP prometían que al momento de jubilarse recibirían una suma equivalente al 70 por ciento de su último salario. A lo largo de su vida el empleado entrega 10 por ciento de su sueldo a las administradoras de pensiones en forma de ahorros. Estas los invierten en empresas nacionales y transnacionales con el fin de maximizar estos recursos al colocarlos en el mercado financiero. La promesa de las AFP no está ni cerca de cumplirse: al año 2013 las jubilaciones en promedio fueron de 183 mil pesos chilenos, que apenas alcanzan 30 por ciento de los sueldos.
En México, dentro de 10 o 15 años se jubilará la primera generación de aforados y la situación podría ponerse peor que en Chile. “Los chilenos ahorraron menos de lo que debían, solo 10 por ciento de su salario, en México la cifra es de 6.5 por ciento”, dice Carlos Ramírez.
“El riesgo es el descontento… es que las expectativas de muchos mexicanos no se cumplan, y no me gustaría calificarlo como una bomba social pero sí como una de las prioridades centrales que tiene el país para las próximas dos décadas”, advirtió el funcionario.
“Millennials”
Es un hecho que las nuevas generaciones tendrán que trabajar más y obtendrán menos dinero para jubilarse.
Marcela Aguilar es una de esas millennials. Ella comenzó a trabajar hace siete años, ha laborado en el gobierno y en la iniciativa privada bajo el esquema de subcontratación de personal, conocido como outsourcing, sin que parte de su salario sirva mucho para guardar dinero en su Afore, una institución financiera privada que ella tiene que escoger.
A sus 26 años Marcela cree que pasará parte de su vejez trabajando, a pesar de que está haciendo aportaciones voluntarias a su cuenta individual. Ella trata de depositar cada mes por lo menos mil pesos para juntar lo suficiente cuando sea mayor de edad. Su madre, una enfermera jubilada del Seguro Social, siempre le ha aconsejado que ahorre para tener una vejez digna.
“Somos muy pocos los que estamos conscientes de que no vamos a tener una jubilación y una pensión, ni nada de eso”, reflexiona Marcela mientras platica con nosotros en la agencia de medios donde trabaja.
Yo comparo, dice preocupada, mi vida con la de mis papás. Yo los veo y la verdad es que ya están súper tranquilos, mi mamá se dedica a hacer ejercicio, a cosas del hogar, mi papá lo mismo y pues prácticamente ellos viven de su pensión.
Marcela sabe que para ella el futuro no será así, si no consigue ahorrar lo suficiente.
“Si vamos hacia ese camino de que no tenemos una pensión asegurada, entonces si no  contamos con hábitos de ahorro, si no estamos informados, sí creo que vamos a pasarla mal cuando seamos adultos mayores”, dice.
La situación que viven los padres de Marcela no es el común para los pensionados en el régimen anterior a 1997, antes de la llegada de las Afores.
“La vieja generación o sistema de pensiones estaba subsidiado, se pagaban mejores pensiones, pero era de esa manera porque había un dinero fiscal atrás. Existía un apoyo de todos los mexicanos para que tres de cada 10 mexicanos recibieran una mejor pensión”, justifica Carlos Ramírez, titular de la Consar.
La realidad para siete de cada 10 trabajadores es que se jubilaron con una pensión baja que no les garantiza un buen nivel de vida. Así le sucedió al señor Pedro Ocampo, quien empezó a laborar antes de que se eliminaran las pensiones del Estado.
Tenía 16 años cuando obtuvo su primer empleo como mesero y a sus 82 sigue trabajando. Recibe una pensión de 3 mil pesos al mes (750 pesos a la semana). ¿Cómo pagas medicinas, renta, servicios, alimentos y trasporte con esa pequeña cantidad? La respuesta es que no se puede, por eso don Pedro trabaja seis días a la semana como empacador en un supermercado al norte de la Ciudad de México. Así completa, con las propinas de los clientes.
Una mujer le da unas monedas y don Pedro me dice: son para pagar la renta, la luz, luego no me alcanza para el teléfono, me lo cortan seguido. Apenas sirve para vivir y por eso estamos trabajando aquí, buscando la manera de vivir un poquito mejor.
Tampoco la señora Medrano puede vivir de su pensión ni con el apoyo de 900 pesos mensuales que el gobierno capitalino da a los adultos mayores. Ella trabaja en un puesto en la calle vendiendo manteles bordados para las mesas. Todas las mañanas ella misma arma la estructura de su puesto y se sienta en un banco a esperar clientes de 10 de la mañana y casi 4 de la tarde.
“Cuando yo comencé a trabajar tenía 28 años. Todo el tiempo lo hice en la costura. Sí me dieron mi pensión, me empezaron a dar  mil 500 pesos. Ahorita me dan 2 mil 500 mensuales”.
A la señora Medrano le inquieta su futuro…
“¡¿Cuando yo esté más viejita, que no pueda caminar, qué va a ser de mí, qué voy a hacer?! No me preparé para cuando yo estuviera grande. En mi juventud me enfocaba en mi trabajo y pensaba nada más en cómo ganar más”.
Y así es como viven la mayoría de los mexicanos…
Baja cultura de ahorro
En México solamente cuatro de cada 10 personas están ahorrando para su retiro. Los que lo hacen guardan en promedio 6.5 de su sueldo, lo que significa que cuando lleguen a la vejez tendrán una pensión de apenas 26 por ciento de su último salario.
Para alcanzar pensiones dignas, deberíamos ahorrar el doble: la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos recomienda que sea entre 12 y 15 por ciento… Y como no es así, podría repetirse aquí lo de Chile.
“El riesgo es de descontento, es que las expectativas de muchos mexicanos no se cumplan. No quisiera calificarlos como una bomba social, pero sí como un reto, como una de las prioridades centrales que tiene el país para las próximas dos décadas”, dice Carlos Ramírez.
La generación de aforados está creciendo rápidamente…
El especialista en pensiones, Moisés Pérez Peñaloza, asegura que vamos a ver una realidad de pensiones realmente bajas, una gran presión para el gobierno en términos de esa responsabilidad social porque la estimación para 2050, por ejemplo, es que de esa población de adultos mayores seamos alrededor de 35 o 36 millones. Hoy en día la población de adultos mayores ronda en 10 millones.
Hoy, a 20 años de la instauración de las Afores, México construye un futuro de pobreza para la vejez.
Ejemplo
El modelo de pensiones chileno comenzó en 1981, lo que significa que tiene 16 años más que el de México.
Cuidado
El bajo ahorro de los chilenos a lo largo de los años ha provocado que las pensiones que se otorgan sean insuficientes.
Luego de 20 años de existencia, el SAR administra 2.8 billones de pesos que pertenecen a más de 50 millones de trabajadores.
En el sistema operan 11 Afores, siendo la de Banorte la más grande del país, al contar con casi 17 millones de afiliados.
En cuanto al rendimiento, el promedio histórico otorgado por el sistema es de alrededor de 11 por ciento anual.

Fuente: Milenio