El secretario de Gobierno del estado dijo que la ley no obliga al gobernador a someterse a un escrutinio, además destacó que goza de amplia aceptación social, por lo que uno será necesario.
Cuernavaca. Pese a su ofrecimiento en campaña durante 2012, el gobernador de Morelos, Graco Ramírez Garrido Abreú, no se someterá a un escrutinio popular al cumplir su segundo años el frente de la administración del estado, confirmó el secretario de Gobierno, Jorge Messeguer.
"La ley no lo obliga", aseguró el funcionario, al destacar que el gobierno del perredista goza de amplia aceptación social por lo que ya no será necesario someterse a una consulta ciudadana si debe permanecer en el cargo, como fue uno de sus ofrecimientos en su búsqueda del gobierno estatal.
Para la Coordinadora Morelense de Movimientos Ciudadanos (CMMC), Graco Ramírez debe cumplir con su promesa de campaña, dijo Gerardo Becerra, quien sostiene que el mandatario "dinamitó" la creación de un Consejo de Participación Ciudadana para evitar ser sometido a un escrutinio popular, sin embargo, otra de las promesas que tampoco cumplió fue acabar con la inseguridad en los primeros 18 meses de su mandato.
Según Messeguer Guillén, las autoridades de Morelos tienen "estudios y referentes" que le permiten conocer al gobernador que tiene aceptación y que sus programas y estrategias de gobierno, son adecuados a las necesidades de los habitantes: "Conocemos el estado y conocemos sus necesidades", reviró el funcionario.
Mientras el legislador federal del Partido Acción Nacional (PAN), Luis Miguel Ramírez Romero, aseguró hace unos días que su partido cuenta con estudios de opinión que revelan que la popularidad del mandatario estatal no está en su mejor momento, Messeguer indicó que su percepción del tema es diferente.
"Nos basamos en un termómetro que es la ciudadanía", apuntó Messeguer al destacar que en las giras o en sus visitas a los municipios, el gobernador Graco Ramírez recibe el apoyo social, y "es el sentir de la gente" en lo que se basan para determinar que no se requiere una consulta directa a la población para conocer qué aceptación tiene el mandatario.
Fuente: Milenio| DAVID MONROY