Las tres refinerías fueron instaladas en un momento en el que México iba a administrar la riqueza. Representaron la independencia energética de un país que, en ese momento (principios de los años 1970), tenía un futuro tan o más prometedor que las naciones árabes. Pero eso terminó. La industria petrolera está casi desmantelada mientras Pemex acumula pérdidas día con día. “Yo no diría que es una privatización como tal. Vamos a poner los activos en garantía para obtener recursos frescos”, dijo Alejandro Martínez, director general de Pemex Transformación Industrial, a The Financial Times. Es decir, empezarán a empeñar parte de los fierros…
La refinería Salina Cruz registró un incendio en noviembre. Foto: Pemex.
Ciudad de México, 22 de diciembre (SinEmbargo).– Petróleos Mexicanos (Pemex) prepara la venta en partes de tres de sus más simbólicas refinerías, debido a la crisis que sufre por malas gestiones, baja producción de barriles y el derrumbe del precio del petróleo.
Las refinerías de Tula, Salamanca y Salina Cruz, que fueron símbolo de la riqueza petrolera mexicana, serían entregadas en parte a inversionistas privados, sobre todo después de la caída de ingresos de 180 por ciento reportada en el tercer trimestre del año. Sin embargo, Pemex rechazó que se trate de una privatización, sino de “poner instalaciones en garantía para obtener recursos frescos”, como dijo un funcionario al The Financial Times. Es decir, se empeñarán parte de los fierros por dinero fresco.
“Petróleos Mexicanos está buscando vender parte de Salina Cruz (Oaxaca), su mayor refinería, así como las de Salamanca (Guanajuato) y Tula (Hidalgo)”, reportó hoy The Financial Times, dos días después de que la empresa coreana Samsung Engineering firmó con Pemex un contrato de 552 millones de dólares para la segunda fase de la modernización de la refinería en Salamanca, Guanajuato, y dos días después de que el precio de la mezcla mexicana cerró en 26.70 dólares por barril, muy cerca de los 26.23 dólares registrados en diciembre de 2004.
Desde septiembre, el director general de Pemex Refinación, Miguel Tame Domínguez, afirmó que como parte de su estrategia de negocios, la petrolera buscaría capital para reconfigurar las refinerías de Salamanca y Salina Cruz mediante la realización de sociedades.
Pero no dijo que la estrategia era vender parte de esas refinerías que en su momento significaron la grandeza de la industria energética nacional mexicana.
“De las tres refinerías, la que va viento en popa es la de Tula; en Salamanca y Salina Cruz tendremos que buscar alternativas […] dinero fresco que no venga de Hacienda”, afirmó ese mes el funcionario durante el XI Foro de Refinación, Gas y Petroquímica del Instituto Mexicano del Petróleo (IMP). Ya en marzo, a través de su filial PMI, Pemex firmó un acuerdo con las privadas BlackRock y First Reserve para venderles una participación combinada de 45 por ciento (alrededor de 900 millones de dólares) y financiar proyectos de infraestructura.
Ahora, en diciembre, Rodolfo Campos Ville, Subdirector de Tesorería y Encargado de la Dirección Corporativa de Finanzas de Pemex, declaró al diario británico que ”en algunas [refinerías] nosotros podríamos ser los operadores o un tercero podría ser el operador con Pemex teniendo una baja participación”.
Campos Ville agregó que “hemos tenido éxito en encontrar participantes potenciales, pero aún estamos en este proceso [...]. estamos muy avanzados”.
“Yo no diría que es una privatización como tal. Vamos a poner los activos en garantía para obtener recursos frescos en virtud de un mecanismo de venta con arrendamiento posterior”, agregó Alejandro Martínez, director general de Pemex Transformación Industrial, al diario especializado.
A finales de noviembre, un incendio se registró en la refinería “Antonio Dovalí Jaime” localizada en Salina Cruz, Oaxaca, con un saldo de ocho personas heridas. La agencia Reuters, a su vez, reveló que Pemex procesará este 2015 la menor cantidad de barriles de crudo por día registrada los últimos 25 años, a causa de los paros realizados para la rehabilitación de las seis refinerías.
Días después, el Presidente Enrique Peña Nieto anunció una inversión de 23 mil millones de dólares (casi 400 mil millones de pesos) en seis refinerías de Pemex con el fin de hacer “más eficiente” la baja producción de la petrolera; la que en octubre de este año cayó 1.12 por ciento frente a septiembre.
Las inversiones público-privadas anunciadas ese 8 de diciembre irán a cuatro proyectos en las refinerías de Tula, Salamanca, Cadereyta, Ciudad Madero, Salina Cruz y Minatitlán que se irán poniendo en marcha desde estas fechas hasta 2019.
A inicios de este mes, el director de Exploración y Producción de Pemex, Antonio Escalera, informó que buscan hacerse de recursos “a través de asociaciones públicas-privadas”, donde están poniendo los activos que tienen en garantía. La empresa estatal está explorando la Fibra E para algunos sistemas de transporte.
“¿MODERNIZACIÓN?”
Samsung Engineering llevará a cabo la segunda fase del proyecto de diésel ultra bajo en azufre (ULSD siglas en inglés) de la refinería Antonio M. Amor de Pemex, informó la firma surcoreana en un comunicado de prensa en Seúl.
La empresa que ya completó la primera fase, “será responsable de la ingeniería, contratación, construcción y puesta en marcha” del proyecto de ampliación y modernización para aumentar la producción de diésel “limpio” de esta planta ubicada 250 km al noroeste de Ciudad de México, según indicó la firma en el comunicado.
Las obras de la filial del Grupo Samsung en Salamanca incluirán la instalación de un nuevo sistema de tratamiento de aguas ácidas y una nueva unidad de desulfuración de gran capacidad, así como la modernización de tres de estas unidades ya existentes, según el comunicado.
El proyecto ULSD Salamanca es el cuarto contrato en refinerías que Pemex ha otorgado a SamsungEngineering, y está previsto que se complete en el año 2018.
La obra se incluye en un plan más amplio de Pemex, que el año pasado anunció inversiones por valor de 5 mil 500 millones de dólares para el desarrollo de diversos proyectos con el objetivo de aumentar la producción de combustible limpio y reducir en un 97 por ciento el contenido de azufre en el diésel de 5 refinerías.
Actualmente Pemex es la única que refina petróleo e importa gasolinas en México, pero se espera que eso cambie en el futuro tras la reforma energética que le quitó el monopolio en el sector de los hidrocarburos y abrió al capital privado y extranjero a la extracción.
Derivado de la reforma, a partir del 2017 empresas privadas podrán importar y distribuir gasolinas en México y desde el 2018 podrán refinar crudo y vender gasolinas a precios de mercado para competir directamente con Pemex.
PEMEX NECESITA DINERO
La deuda de Pemex es millonaria, pero no tiene cómo pagarla. Al cierre del tercer trimestre de 2015 registró una pérdida neta de 167 mil 566 millones de pesos frente a los 59 mil 650 millones de pesos del mismo periodo del año pasado. El repunte de esta caída de ingresos es de 180 por ciento. La firma Moody’s de México ha explicado que el descenso de los precios del petróleo a niveles del 2008 propició que la empresa estatal genere menos ingresos y en consecuencia aumente su necesidad de endeudamiento para continuar con su operación.
Respecto a la producción de barriles diarios de Pemex, en octubre de este año cayó 1.12 por ciento, lo que equivale a 27 mil barriles por día en comparación con el mes anterior, al registrar un descenso de 2 millones 390 mil barriles por día (mbd), en tanto, la producción anual bajó 3.2 por ciento, es decir 81 miles de barriles diarios, respecto al mismo periodo del año anterior.
Pemex enfrenta una deuda contratada con intermediarios bursátiles y bancarios de un billón 485 mil millones de pesos, además de haber colocado una deuda en los mercados internacionales por un monto de 600 millones de francos suizos (9 mil 672 millones de pesos) a pagar en cinco años.
“La mitad de la deuda que tiene Pemex es por pasivos laborales, es decir, se trata del 1.5 billones de pesos, de éstos, el 42 por ciento corresponde a trabajadores en activo, el 48 a trabajadores jubilados y el 10 por ciento a quienes se podrían jubilar pero siguen trabajando”, explicó Francisco Ibarra Palafox, secretario académico del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
La Comisión de Energía de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) calcula que Pemex adeuda 120 mil millones de pesos a los contratistas. Además intercambió las acciones que todavía le quedaban en la española Repsol a cambio de un un préstamo de 250 millones de dólares que deberá liquidar en 2018.
Fuente: Sin Embargo| La Redacción