miércoles, 31 de julio de 2013

¿De un golpe o a plazos?. PAN da gane a PRI. El asesor Córdoba. BMV: partidas secretas

Con redoblado ánimo bajacaliforniano, el Partido Acción Nacional activará hoy el proceso legislativo referente a la reforma en materia de energéticos. Una reunión de los senadores de blanco y azul, tan peleados entre sí por razones grupales (calderonistas contra maderistas) y por el manejo de fondos de origen público (entre otros, los más de 400 mil pesos transferidos por error a cada uno de esos panistas legisladores), estaba programada para que desembocara en una postura casi unitaria en favor de los aires de apertura a capitales privados en asuntos de petróleo, gas, electricidad y otras formas de energía.

De darse así, parecería oro puro para Los Pinos la reunificación provisional de los panistas (el columnista Enrique Aranda, muy conocedor de los entretelones del partido de derecha, incluso colaborador en asuntos de prensa con gobiernos como el de Fox, aseguró en una entrega reciente que Gustavo Madero y Ernesto Cordero desayunaron el pasado viernes, durante unas dos horas, en un Difícil reencuentro http://bit.ly/16AXXUu). La aritmética elemental muestra que las bancadas senatoriales del PRI y del PAN (más los aliados del de tres colores) podrían llevar adelante sin mayores problemas numéricos la propuesta de reforma energética, que con ánimos privatizadores compartidos lleguen a convenir esos dos partidos principales.

Tales cálculos cuantitativos propician en la élite priísta la tentación de dar un golpe rápido para aprobar en primera instancia las reformas mencionadas (faltaría el asentimiento de congresos estatales, si es que se optara en el plano federal por modificar letra constitucional). A final de cuentas (según razonan algunos en esas cúpulas), las anunciadas protestas contra esa forma de privatización se realizarán, así que más valdría acelerar las cosas y enfrentar a los opositores a hechos legislativos en contundentes vías de consumación: PAN, PRI, Panal y Verde Ecologista a favor, con el rechazo escenográfico de los dirigentes del PRD y otros partidos pequeños, y con Morena y AMLO como únicas vertientes reales de movilización y protesta públicas.

El priísmo gobernante tiene, sin embargo, una propuesta a mediano plazo, la del PRD de los chuchos que sugieren un referendo (tan confiable como han sido otras elecciones recientes) que permitiera limar las partes más polémicas de la propuesta panista, que en el fondo es una coartada ofrecida al priísmo, para que así el sol azteca pudiera sumarse a un proceso suavizado en las formas, aunque no necesariamente en el fondo de los detalles técnicos, las leyes secundarias y la peligrosísima letra chiquita.

Peña Nieto, es decir, el grupo en el poder, debe valorar si prefiere un golpe legislativo rápido, con la mayoría numérica que le ofrece el PAN y con riesgos de irritación social sumada a otros factores de desasosiego público, o sigue buscando las apariencias de los frentes legislativos unitarios, de los pactos a plazos pero con los mismos intereses.

En otro tema: razones fundadas habría para decir que Luis Téllez está permitiendo que algunos se roben cuando menos la mitad de las partidas secretas de información privilegiada que se manejan en la Bolsa Mexicana de Valores.

Así como el actual presidente de esta bolsa fue captado en una grabación hecha años atrás asegurando que Carlos Salinas de Gortari se había robado la mitad de los fondos discrecionales (la famosa partida secreta) de que dispuso mientras estuvo en Los Pinos, ahora el mismo Téllez ha sido pillado abriendo las puertas de sesiones estratégicas de la BMV a quien fue el principal operador de Salinas, el sombrío José Córdoba Montoya, quien en aquellas épocas parecía el vicepresidente real de México y que luego de dejar ese poder delegado se dedicó, entre otras cosas, a representar a grupos de inversionistas y empresarios siempre deseosos de beneficiarse del conocimiento anticipado y redituable de planes y decisiones de oficinas gubernamentales o, como es el caso de la bolsa mencionada, de una entidad financiera que opera bajo el esquema de concesión otorgada por la Secretaría de Hacienda, regulada por la Ley del Mercado de Valores.

El evidente conflicto de intereses que significa la presencia de Córdoba Montoya en sesiones de la bolsa forma parte del esquema de entendimientos que alcanzan al propio Téllez, quien ha sido miembro de consejos de administración y representante de intereses de poderosos grupos empresariales nacionales y extranjeros. Por ello es que, irritado, contestó a periodistas que el ex jefe de la oficina de la Presidencia de la República con Salinas de Gortari sí es su asesor y a mucha honra. Ese homenaje circunstancial contrasta radicalmente, por ejemplo, con la descripción de un Córdoba turbio, manipulador y traicionero que de él se hizo en la realista película Colosio, el asesinato, con Daniel Giménez Cacho en el papel de El doctor.

Más irónico resulta ese tributo de Téllez a Córdoba si se toma en cuenta que la revelación se produjo luego de que el primero participara en una conferencia denominada Apertura en el debate sobre el futuro energético de México, luego de la cual, para dar ejemplo de la amplitud y confiabilidad de esa apertura, aceptó ser entrevistado por reporteros, pero bajo condición de que no se hablara de la BMV y sólo desahogó una pregunta pues, enojado porque le preguntaban sobre el cargo que en la bolsa desempeñaba el significativo Córdoba, respondió a quien osaba meterse en tales terrenos: ¡Y a usted qué le importa!, según el relato hecho por el reportero Israel Rodríguez, de La Jornada (http://bit.ly/18LB2bx ).

¿Qué le importó a alguien que Salinas se robara la mitad de la partida presidencial secreta, según versión de Téllez? ¿Qué le importa a alguien que el vicepresidente del salinismo asome sus representativas narices en sesiones tácticas de la Bolsa Mexicana de Valores?

Y, mientras la Secretaría de Gobernación contribuye a las especulaciones de por sí tan galopantes en estos momentos, al cancelar una conferencia vespertina de prensa, ¡hasta mañana!




Fuente: La Jornada | Julio Hernández López