Suelen ser desastrosos los últimos días de poder que ejercen quienes estén por dejar de vivir en Los Pinos. La trágica historia nacional registra cómo, ya de salida, los políticos en declive realizan postreros negocios atropellados, conceden y regalan cuanto pueden a sus camarillas y familias, y desahogan sus enojos y venganzas, apurados por el proceso de pérdida de un poder que en ciertos momentos creyeron que sería eterno.
Un personaje de permanente conducta alterada, como ha sido Felipe Calderón, no ha podido sustraerse a esa maldición de fin de sexenio. Adorador de la violencia, desconfiado y rencoroso, trata de apropiarse de instrumentos de supervivencia (el control del PAN) y da golpes impúdicos a quienes considera adversarios o enemigos.
Ha tocado el turno a la familia Vargas, dueña, entre otros negocios, de las frecuencias de televisión por cable y de radiofonía identificables por las siglas MVS (Multivisión). A pesar de las bondades que ofrecía el proyecto Banda Ancha Móvil para Todos, una megacarretera tecnológica que aprovecharía las concesiones de la banda de 2.5 gigahercios del espacio radioeléctrico, y de la cuantiosa inversión (400 millones de dólares en infraestructura y hasta mil 200 en aportaciones de capital) tanto de la propia MVS como de empresarios extranjeros (sobre todo Intel y Alestra), el calderonismo mantuvo de manera caprichosa una negativa total al desarrollo de ese negocio que mediante la tecnología LTE permitiría una velocidad en Internet hasta veinte veces más rápida de lo que estaba disponible en abril de 2011, cuando se firmó la alianza de inversionistas que permitiría a México salir de los últimos lugares en uso de banda ancha móvil entre países de economías importantes.
Pero los Vargas nunca fueron bien vistos durante el felipismo y la discrecionalidad les fue aplicada para cerrarles el paso. El espacio informativo que conduce Carmen Aristegui motivó suficientes enojos en la corte calderonista (recuérdese, por ejemplo, que el directivo Joaquín Vargas acabó reabriendo las puertas a la periodista que había dejado los micrófonos a causa de menciones sobre presunto alcoholismo del ocupante de Los Pinos) y a través de Dish hubo formas de acercamiento entre MVS y otro de los malqueridos de este sexenio, Carlos Slim.
Ayer, para cerrar esa etapa de venganzas, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes ha anunciado que no prorrogará las concesiones a partir de las cuales funcionaría la citada banda ancha móvil de MVS y asociados (la decisión afecta a 68 casos, de los cuales 42 pertenecen a la firma de la familia Vargas). Los argumentos y el comportamiento del gobierno felipista son propios de un ejercicio bananero del poder: se le quita a MVS la plataforma tecnológica por subutilizarla; es decir, por no poner en marcha algún proyecto como el que sostenidamente le boicoteó ese mismo gobierno. El titular de la SCT, Dioniso Pérez-Jácome Friscione (hijo de un destacado priísta veracruzano), mencionó que la banda de 2.5 gigahercios es como una autopista de altas especificaciones, de la que en México estamos utilizando apenas el acotamiento.
Además, esas frecuencias serán nuevamente subastadas. Técnicamente podrá volver a competir MVS. Nada más faltaría que los nuevos adquirentes sean Televisa por sí misma o algunas de sus firmas corporativas, o en alianza con su nueva asociada, Televisión Azteca, en algún nuevo negocio de fin de sexenio que premie a los aliados políticos y electorales a velocidad 4G.
Astillas
Los juzgadores electorales iniciaron ayer el recuento de votos correspondientes a mil 125 casillas, en un proceso de formalidad jurídica pero inutilidad práctica pues, como aquí se advirtió en anterior entrega, aritméticamente ya se ha consolidado la victoria oficial de Enrique Peña Nieto, ya que el volumen de sufragios en suspenso no cambiaría las tendencias originalmente aceptadas por el IFE ni aun cuando se anulara en su totalidad. Sin embargo, el tribunal electoral federal agota esta fase de inconformidades y revisiones y queda en condiciones de emitir en cualquier momento la declaratoria de presidente electo que le fue programada al mexiquense aún antes de iniciar las campañas. Esa declaración podría darse en estos días de euforia futbolera olímpica o tardar unos días más, para aparentar que los alegatos y presuntas pruebas de fraude electoral han recibido valoración exhaustiva, como lo ha pedido Jesús Zambrano, el líder de la corriente de izquierda electoral que necesita las mejores condiciones jurídicas para aceptar el fallo, reconocer a EPN como presidente de la República y comenzar a hacer públicas las negociaciones hasta ahora subterráneas... Por cierto, tal como todo apuntaba, Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa han quedado como coordinadores de las bancadas priístas en las cámaras de Diputados y de Senadores, respectivamente. Su compromiso con Peña Nieto, según eso, consiste en sacar adelante las reformas estratégicas tan cantadas (sobre todo la energética y, en ese paquete, la apenas disfrazada privatización de Pemex)... La presencia del sacerdote Alejandro Solalinde al frente de un albergue para migrantes, Hermanos en el Camino, es fundamental no solamente para el funcionamiento de este lugar, sino para la atención y denuncia del terrible cuadro de violencia e injusticia que afecta a centroamericanos en ruta hacia Estados Unidos. Ayer, el obispo de Tehuantepec, Óscar Armando Campos, ha negado que estuviese retirando a Solalinde de ese albergue y lo pretendiera circunscribir a una parroquia, según eso con acusaciones de protagonismo... Y, mientras Gustavo Madero reconoce que tiene diferencias con el proyecto partidista de Felipe Calderón, ¡hasta mañana, con Ricardo Monreal retando al PRI y al gobierno del estado de México a actuar penalmente en su contra (aprovechando unos días en los que no tendrá fuero), en el contexto de los señalamientos hechos por el zacatecano respecto de financiamiento delictivo de la campaña presidencial de tres colores!
Fuente: La Jornada