Se equivocan rotundamente quienes censuran la lucha antinarco, afirma.
Con un discurso centrado en el tema de la inseguridad, el presidente Felipe Calderón ofreció su mensaje con motivo de su quinto año de gobierno, en el que advirtió que la delincuencia organizada se ha constituido “en una abierta amenaza a la democracia.
«La intervención palmaria y evidente de los delincuentes en procesos electorales es un dato nuevo y preocupante, un dato al que ningún partido político puede permanecer silente u omiso; es una amenaza para todos y a la que juntos, sin titubeos, debemos cerrarle el paso».
Calderón dedicó más de la mitad de su intervención –de 80 minutos– a la seguridad, lamentando que «todavía hace falta una visión, una verdadera visión de Estado, una en la que todas las fuerzas políticas apoyen con claridad la lucha por la seguridad y tengan claro que ésta no es sólo de un gobierno ni de un presidente, ni de un partido»: es una lucha por el futuro de los mexicanos, en la que todas las fuerzas políticas deben respaldar «sin dobles discursos, sin regateos, su repudio unánime al crimen organizado y a la violencia que genera».
En esta lucha contra la criminalidad «no hay espacio para mezquindades ni para cálculos políticos, porque hablamos de un mal que representa una amenaza a la viabilidad del Estado mexicano, y una amenaza clara, cada vez más obvia, a la democracia nacional».
Una y otra vez, el Presidente fustigó a «quienes han demandado no meterse con los criminales, no enfrentarlos». Insistente en encarar a esos críticos, a quienes siempre se refiere en tercera persona, sin jamás ubicarlos, dijo que se equivocan «rotundamente», porque no confrontar a los delincuentes es lo que favoreció su crecimiento durante décadas.
El jefe del Ejecutivo agradeció especialmente a su gabinete de seguridad, lo que hizo extensivo a soldados, marinos y policías federales por su compromiso. Abrió un espacio para evocar a sus dos secretarios de Gobernación fallecidos: Juan Camilo Mouriño y Francisco Blake Mora.
También exaltó su política económica, que le permitió «paliar la crisis mundial con el menor de los costos sociales». Destacó que a pesar del difícil entorno y de la inseguridad en el país, se lograron captar 100 mil millones de dólares de inversión extranjera directa, «la más alta en un periodo similar».
Sostuvo que su gobierno enfrentó la crisis «con prudencia y sensatez», evitando salidas fáciles, como el endeudamiento o el dispendio. Se impidió regresar a escenarios de «inflaciones galopantes o crisis recurrentes», que tanto se sufrieron en el pasado.
Hizo referencias a la economía, entre las que enfatizó un crecimiento de 4 por ciento en 2011 –en un entorno en que ni en Estados Unidos ni en Europa habrá crecimiento la próxima década, pues se concentrará en Asia y América Latina– y la generación de 815 mil empleos en este año, y un millón 670 mil desde 2009, el punto más alto de la crisis.
Sus alusiones económicas le dieron pie para criticar a quienes no han aprobado las reformas, sin referencias explícitas: «es imperdonable que se le nieguen, que se le regateen a México las reformas estructurales en materia económica que tanto necesita el empleo de los mexicanos.» Se requiere, dijo, una reforma laboral para acelerar la generación de empleos, y apremió a aprobar la reforma sobre asociaciones público-privadas para impulsar la inversión en infraestructura.
«Sería irresponsable dejar estancado a México y a la zaga del crecimiento que necesitamos, al que tenemos derecho. Sería irresponsable marginarle esa oportunidad, porque existan intereses particulares muy específicos que frenan estas decisiones estratégicas.»
Otro aspecto que resaltó fue la política social, de la cual, afirmó, se benefician, mediante el programa Oportunidades, 30 millones de personas. Subrayó la construcción de infraestructura en salud y la ampliación del Seguro Popular, para alcanzar la cobertura universal de la población, por lo que llamó a su gobierno el «sexenio de la salud».
Con el año electoral en marcha, Calderón hizo anuncios de mayores beneficios sociales. Subrayó que el programa 70 y Más, mediante el cual se apoyó a los adultos de esa edad en el sector rural, será aplicado en 2012 en las zonas urbanas de más alta marginación. Exaltó la construcción de 96 nuevas universidades y mil preparatorias, así como la ampliación de 50 campus; anunció el incremento de becas para el próximo año, aunque sea «medias becas».
Esto lo contrastó con los retrocesos que en materia social se registran en Europa, donde se han reducido las pensiones a los adultos mayores, se han cerrado escuelas y cancelado becas. Aseveró que esto forma parte, también, de su estrategia contra el crimen organizado, en lo concerniente a la reconstrucción del tejido social.
Al abundar en la seguridad, demandó complementar el paquete de reformas legales, como la de seguridad nacional o la de lavado de dinero, para contener al crimen organizado, cuyo efecto es expansivo. Si antes el negocio sólo era el tráfico de droga a Estados Unidos, ahora el narcomenudeo en México ha acendrado la violencia, pues hay una disputa por el territorio de los criminales, que han sido más crueles para intimidar a las bandas enemigas.
Manifestó que su gobierno ha detenido a 21 de los 37 delincuentes más buscados, se avanzó en reformas para garantizar los derechos humanos, actuándose en los casos en que se ha incurrido en excesos. Se avanzó en la depuración de los mandos policiacos federales, pero «tristemente» no ha habido el mismo avance en los estados donde no se han aplicado los exámenes de control de confianza.
Al acto acudieron el gabinete en pleno, algunos gobernadores y centenares de invitados de dependencias federales. Asimismo estuvieron los tres aspirantes a la candidatura presidencial del PAN, Josefina Vázquez Mota, Ernesto Cordero y Santiago Creel. Este último planteó la necesidad de que se alcance un pacto anticrimen entre quienes buscan la Presidencia.
Igualmente el coordinador de los diputados panistas, Francisco Ramírez Acuña, coincidió con Calderón en criticar a algunas fuerzas políticas por impedir las reformas estructurales. Él sí se refirió expresamente al PRI como el obstáculo central.
Fuente: La Jornada