En caso de que Trump toque los ingresos de las familias mexicanas, el gobierno puede responder quitando los beneficios fiscales que tienen las empresas estadunideses
Después de confirmar la construcción del muro fronterizo, el gobierno de EU contempla un gravamen a los envíos de dinero hacia México como una opción para que el país pague por el muro. Esto podría afectar el envío de remesas, sin embargo, ante esta acción existen mecanismos que se pondrán en marcha en caso de aprobarse esta medida.
Pese a que la idea de la construcción del muro sigue, Donald Trump no ha vuelto a mencionar el tema, pero durante su campaña dijo que podía confiscar o poner un impuesto a las remesas que envían los mexicanos desde EU.
El pasado 7 de febrero, el congresista republicano Mike Rogers dijo que propondrá una iniciativa para aplicar un impuesto de 2.0 por ciento a los envíos de Estados Unidos a México.
Así puede responder México
En caso de que Trump toque los ingresos de las familias mexicanas, el gobierno puede responder quitando los beneficios fiscales que tienen las empresas estadunideses que operan en territorio nacional.
Es decir, una compañía estadunidense que obtiene regalías en México tendría que pagar 35 por ciento de impuesto, pero por un convenio fiscal, sólo paga el 10 por ciento.
“Si llegamos a tener un perjuicio, podemos usar ese elemento de negociación”, dice Jaime Rojas, especialista fiscal.
Confiscar 1,000 mdd al año.
Rogers, congresista republicano por el estado de Alabama, dio a conocer que el impuesto a las remesas sería “uno de los métodos” para financiar el muro propuesto por el presidente Donald Trump, cuyo costo es estimado por el liderazgo republicano entre 12,000 millones y 15,000 millones de dólares, aunque un informe del Departamento de Seguridad señaló que los gastos se pueden diaparar hasta 21, 600 millones.
“Intento presentar una legislación, la Ley de Financiamiento Fronterizo 2017 (Border Funding Act of 2017) que pondría un impuesto de 2.0 por ciento a esas remesas como Western Uniony Moneygram. Eso generaría cerca de 1,000 millones de dólares al año”, dijo en una audiencia legislativa.
Ante esta probable medida, el director y socio de Skatt International, Jaime Rojas, advierte que poner un impuesto a las remesas sería gravar dos veces el dinero de los connacionales en el vecino del norte. “Estos migrantes trabajaron en Estados Unidos, que recibe un impuesto que los trabajadores migrantes generaron con sueldos y salarios”, explica.
Es por ello que es posible que México puede responder a las estrategias de Trump, cambiando el marco fiscal entre ambos países si se aprueba un gravamen a los envíos de dinero.
El ‘arma fiscal’
Durante varios años, México ha concretado convenios fiscales con Estados Unidos para evitar la doble tributación en los dividendos, intereses y regalías de empresas estadounidenses que operan en territorio mexicano.
Ejemplo de ello es la cadena de Starbucks que recibe regalías generadas en México. Además, gracias al acuerdo fiscal, paga sólo 10 por ciento de esas regalías; de lo contrario, tendría que pagar 35 por ciento.
“Si quisiéramos hacer un cómputo de la recaudación que dejamos de tener, sería muy útil porque en un ángulo de negociación, si el TLCAN se modifica o cancela, también tendríamos derecho de cancelar ese convenio fiscal. Las empresas pagarían más impuestos”, dice Jaime Rojas.
Este no es un panorama alentador, ya que de tomar represalias en contra de esas empresas, se afectaría el efecto que podrían generarse en incierto.
Las compañías estadounidenses emplean a 1.29 millones de personas en México, de acuerdo con el Buró de Análisis Económico del Departamento de Comercio de EU, con datos de 2014.
A ello se suma que las empresas estadounidenses se han vuelto empleadores cada vez más relevantes. De 2009 a 2014, el número de trabajos creció 33.2 por ciento.
Aunque, en caso de que se rompa el convenio fiscal no afectaría la operación de estas empresas en el país. Al contrario, si pagan más impuestos en México, quien recibiría menos recaudación sería Estados Unidos, lo que pondría presión sobre sus finanzas dice Jaime Rojas.
Fuente: La Silla Rota