Cada viernes continuarán las reformas, aunque muchas no gusten, desafía el mandatario
Hasta ahora ha recortado el gasto público, mutilado el presupuesto para salud y educación, aumentado impuestos y abaratado el despido, mientras el desempleo alcanza 24.4% de la PEA
Madrid, 29 de abril. El malestar social en España crece. Decenas de miles de personas se manifestaron en 50 ciudades del país para expresar, una vez más, su profundo rechazo a las medidas adoptadas por el gobierno conservador de Mariano Rajoy, quien desde que asumió el poder, en diciembre pasado, ha recortado sensiblemente el gasto público, ha mutilado los servicios básicos como la salud y la educación, y ha aprobado una reforma laboral que abarata el despido. En respuesta a la protesta, el mandatario español señaló durante un mitin de su partido que el próximo viernes, cuando se reúne el Consejo de Ministros, habrá más reformas, porque son positivas, necesarias y obligadas.
Rajoy, del derechista Partido Popular (PP), enunció antes de asumir el poder una serie de compromisos que sistemáticamente ha dejado de cumplir. Aseguró que no subiría los impuestos, y una de sus primeras medidas fue el incremento del impuestos a las rentas físicas, IRPF, además del anuncio del inminente aumento del IVA. Se comprometió a no perjudicar los servicios públicos, y en su programa de ajuste al gasto público las dos áreas más afectadas son la salud y la educación, mientras permanecen intactas las partidas para la casa real, el Ejército y las ayudas a la Iglesia.
También se comprometió a lograr un nuevo pacto social entre empresarios y sindicatos para logran un consenso para la nueva reforma laboral, y finalmente decidió aprobar la nueva normativa vía decreto ley, en la que asumió todas las peticiones de la patronal y atacó a los sindicatos.
A pesar de las numerosas reformas emprendidas y del cambio de timón en el gobierno español, la situación económica empeora. El último dato confirmó que la tendencia de destrucción de empleos no se rompe, al alcanzar una cifra histórica de 5 millones 600 mil personas, lo que supone 24.4 por ciento de la población activa. Además, se informó que España había entrado en recesión en el primer trimestre del año, con un decrecimiento de 0.4 por ciento.
El mandatario español no comparece ante los medios de comunicación y sólo habla en actos internacionales, en ocasiones en las sesiones parlamentarias y en los mítines de su partido.
Desaparecerán 500 mil empleos
Lo que dijo sobre el aumento de la cifra de desempleados no fue esperanzador, pues aseguró que se destruirán 500 mil empleos más; es decir que se espera que la cifra de personas sin trabajo supere los 6 millones.
Ante esta situación –la peor en la historia reciente del país–, decenas de miles de personas volvieron a inundar las calles de España con pancartas que decían: No a los recortes, PP es igual a los mercados y carteles satíricos de los mandatarios de Francia y Alemania, Nicolas Sarkozy y Angela Merkel, a los que se responsabiliza de ser los auténticos autores intelectuales de los planes de ajuste emprendidos en la Unión Europea para reducir el déficit público, con la intención de recuperar la credibilidad de los mercados.
Durante las manifestaciones se escuchó sobre todo el malestar por los duros recortes en las áreas más sensibles para la sociedad: la educación, en la que se prevé una movilización estudiantil histórica, que comenzará la próxima semana con los actos del primer aniversario del movimiento del 15M, y en salud, donde el gobierno ha puesto en jaque el servicio público con medidas que incluso han suscitado la crítica unánime de los profesionales de la salud.
Además del caso los enfermos, ahora numerosos ciudadanos extranjeros y sin documentos de migración de un día a otro dejarán de recibir atención médica. La situación es tan grave que la mayoría de los sindicatos y de los dirigentes políticos de izquierda, así como algunas formaciones nacionalistas, hicieron un llamado a la revolución pacífica contra los recortes.
La respuesta del mandatario español llegó en un mitin partidista, donde rodeado de sus incondicionales declaró que entiende perfectamente el malestar social reinante en el país.
Muchas personas pueden no comprender en un determinado momento las decisiones que estamos tomando. Pero el problema es la crisis, el paro, la recesión, el desorden de las finanzas públicas. Hay que hacer cambios estructurales y tomar medidas integrales. Intentaremos no volver hacer estas cosas a futuro, pero no queda alternativa. La agenda reformista es una puesta a punto para todo el país y no parará hasta el fin de la legislatura, declaró.
Incluso advirtió, en tono retador: Y por eso cada viernes continuarán las reformas. El viernes que viene también. Y muy importantes. La mayoría de los españoles quiere reformas, aunque es verdad que hay muchas que no les gustan.
Fuente: La Jornada