Humberto Moreira, exgobernador de Coahuila. Foto: Octavio Gómez
El exgobernador de Coahuila, Humberto Moreira, responsabilizó a la administración del hoy expresidente Felipe Calderón del incremento de la violencia, no sólo en ese estado, sino en todo el país, “a consecuencia de la guerra declarada en 2006 … al crimen organizado”.
Además, demandó al PAN estatal ser “honesto e indagar la suciedad que puede haber dentro de su casa, antes de intentar arrojar porquería a la ajena”.
Tras la detención ayer del exalcalde del municipio de Allende, Sergio Alonso Lozano Rodríguez, por el delito de secuestro, y la reacción del PAN estatal, quien rechazó que fuera su militante y, por el contrario, dijo que colabora con el PRI, el expresidente nacional de éste último, dijo en un comunicado:
“No fue en una administración estatal donde se presentó una mayor violencia, fue en todo el país a consecuencia de la guerra declarada en 2006 por el expresidente Calderón al crimen organizado”.
Así respondió al PAN estatal quien, ayer en un comunicado aseguró: “… Dentro del sexenio del gobernador priista, Humberto Moreira, hermano del actual gobernador, Coahuila sufrió la mayor ola de violencia y crimen de su historia y según investigaciones en Estados Unidos, fue con la protección y complicidad de funcionarios del Gobierno del Estado y de algunos municipios”.
Humberto Moreira dijo que esa circunstancia está “abundantemente documentada” y que es sencillo “localizar las declaraciones del presidente ese año en Michoacán”. Agregó que fue a partir de entonces surgió “en todo el país una ola de violencia de terribles consecuencias”.
Luego, corrigió al PAN en dos aspectos. El primero se refirió a que él ya no desempeñaba el cargo de gobernador enero de 2011, cuando presuntamente ocurrió el delito. El segundo lo relacionó con el relato publicado por Proceso (7 de noviembre 2016), firmado por Juan Alberto Cedillo “Filtraciones de la PGR al ‘Z-40’ desataron masacres en Coahuila”,en el que narra “el testimonio en dos ocasiones ante la Corte de Texas, de un tal José Vázquez al parecer receptor en Dallas de los narcóticos que enviaban los Zetas a Estados Unidos”.
Moreira destacó que de acuerdo con el reportaje, Vázquez “dice que colaboró con la DEA y en esa tesitura dio en informar de los números de teléfono de personajes tales como como Miguel Ángel Treviño Morales considerado Z-40, su hermano Óscar Omar y otros.
“Éstos en venganza y alertados por la Procuraduría General de la República de tal filtración y en venganza perpetraron según dicho testigo la terrible matanza de Allende el 18 de marzo del 2011, alrededor de las 5:30 horas escoltados, afirma, por la propia policía municipal”.
Acto seguido, recordó al PAN que en la época mencionada, “la Procuraduría General era responsabilidad de la República cuyo presidente era entonces -y de nuevo he de citarlo- Felipe Calderón”.
Por ello, el expresidente priista – considerado entre los “10 mexicanos más corruptos” según revista Forbes 2013— dijo que el PAN de Coahuila “debería ser honesto, no intentar levantar cortinas de humo ni echar culpas a otros y si su intención de alcanzar justicia fuera sincera, indagar la suciedad que puede haber dentro de su casa, antes de intentar arrojar porquería a la ajena. Ante todo, los ciudadanos merecen un respeto”.
México es ya un “narcoestado”, tiene una guerra no convencional: José Gil
Los periodistas mexicanos “nos hemos convertido en corresponsales de guerra en nuestro propio país”, aseguró en Barcelona, España, José Gil Olmos, reportero de la revista Proceso.
Y soltó: “Yo digo que en México nadie va a venir a rescatarnos, no hay un caudillo (…) La esperanza la construimos nosotros mismos”.
Además, subrayó, “no es ninguna falacia decir que en México hay un narcoestado, y el caso más claro es el de Ayotzinapa (Guerrero), que fue un crimen de Estado”.
Sobre ese tema, precisó que el Ejército se dio cuenta de lo que estaba ocurriendo, lo mismo que las policías Federal, Estatal y Municipal, “o sea, todas las autoridades en México se dieron cuenta la noche del 26 y el 27 de septiembre de esta desaparición de 43 estudiantes de la Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa, y sin embargo se los entregaron al crimen organizado y no sabemos donde están ellos”.
Gil, uno de los invitados de honor de la iniciativa Taule Per Mèxic (Tabla por México), con la que se ofrecerá asistencia a periodistas en riesgo en Barcelona, destacó que el “narcoestado” en México está generando una “guerra no convencional”, y los periodistas que se encargan de cubrir en zonas de conflicto viven el estrés postraumático no de un corresponsal de guerra, si no de un combatiente.
“Hay un grupo, y es un grupo importante, que estamos haciendo esta cobertura de lo que podemos denominar un conflicto armado, pero que nosotros también hemos denominado una guerra no convencional en el estricto sentido de la palabra, porque hay por lo menos unos 200 mil muertos en la última década, hay oficialmente 26 mil desaparecidos, 350 mil familias que han sido desplazadas por la violencia desde su lugar de origen, hay territorios controlados por el… antes le decíamos narcotráfico, ahora decimos crimen organizado, y lo eufemístico de esto es que ellos sí se han organizado y nosotros no nos hemos organizado como para hacerles frente. Ellos sí se han organizado, de tal manera que los tenemos controlando y siendo cogobierno”, sostuvo.
Agregó: “De alguna manera nos hemos convertido en corresponsales de guerra en nuestro propio país. Y comentó que a diferencia de otras coberturas, en México, en zonas de conflicto, los reporteros no se identifican, es decir, “se entrevista a la gente de una forma casi clandestina”.
Según el periodista de Proceso, lo que viven los profesionales de la comunicación es inédito y “ningún manual nos ha servido en México para protegernos”.
“En nuestro gremio del periodismo mexicano no habíamos tenido tantos registros de violencia: a la fecha tenemos 120 reporteros muertos desde 2006”, además de varias decenas de desplazados solicitando ya asilo político.
“De 2009 a 2015 se han registrado 2 mil 905 ataques a la prensa, de esos, el 49% ha sido no del crimen organizado, sino de sus cómplices de las autoridades”, denunció.
Y eso sucede en estados como Michoacán, Guerrero, Veracruz, “y otros más donde vemos la fusión en un solo cuerpo de autoridades y crimen organizado. Ya son los mismos, entonces estas cifras que yo les doy se explican por qué son las autoridades las que están deteniendo más a los reporteros en México, porque son ellos mismos, es parte del crimen organizado”, apuntó.
Fuente: Proceso| La Redacción