Lo que dice el Secretario de Hacienda sobre la fortaleza económica del país “no se confirma por la realidad”, aseguró Alfredo Coutiño, director para América Latina de Moody’s Analytics. “México cometió el pecado de empezar a gastar más de lo que le permiten sus propios ingresos. Lo ha hecho desde la crisis de 2008, pero este Gobierno federal no solamente no lo corrigió sino que lo agravó”. Este desequilibrio fiscal, que hoy pone al país como el más vulnerable en el mundo frente a las medidas de Donald Trump, ha desembocado en el aumento descontrolado de la deuda pública (50 por ciento del PIB). Los ajustes al gasto “no son suficientes” para compensar la caída de los ingresos a raíz de la crisis en el sector petrolero. En la medida que se vaya informando en cuánto se reducirán los flujos de exportaciones, inversión y remesas, se podrá determinar en cuánto va a dejar de crecer la economía mexicana… Por lo pronto, es necesario elevar más las tasas de interés; el costo por la no prevención.
México es el país en todo el mundo que puede resultar “más afectado” por las medidas anticomerciales de Donald Trump porque no goza de las fortalezas internas necesarias, dado que desde la crisis del 2008 el Gobierno federal comenzó a gastar más de los recursos que tenía e incrementó su deuda. La economía mexicana “tiene un catarro prolongado y eso hace que las ráfagas de viento frío que vienen del norte le puedan provocar una pulmonía”, ilustró en entrevista para SinEmbargo Alfredo Coutiño, director para América Latina de Moody’s Analytics, desde la ciudad de Nueva York.
Trump, quien nació en la urbe neoyorquina, podría elevar el valor del dólar a 25 pesos y frenar aún más el crecimiento del país, dependiendo del nivel de ferocidad de la implementación de sus planes.
“México será el país más afectado porque tiene más debilidades internas que China, a pesar de que también ha sido sujeto de las amenazas anticomerciales de Donald Trump. Pero China tiene una economía que está creciendo al 6 o 7 por ciento, tiene una inflación relativamente controlada y un margen tanto fiscal como monetario. México no. La debilidad y vulnerabilidad interna mexicana que han desarrollado las mismas autoridades es lo que lo hace ser el país más vulnerable ante las amenazas del exterior”, afirmó el economista mexicano, con más de 25 años dedicado al análisis de la economía mexicana y latinoamericana, así como de mercados emergentes.
A corto plazo, el Banco de México (Banxico) debe seguir aumentando la tasa de interés de manera que, dijo el experto, se concluya el año con una tasa de 5.75 por ciento. El próximo jueves, en su reunión de política monetaria, debe comenzar con un alza de medio punto porcentual y elevarla el diciembre otro medio punto porcentual.
“Es una tasa restrictiva que afectará al crecimiento, pero es el costo que el país debe de pagar por no haber tomado medidas preventivas. Dejó avanzar la enfermedad y ahora necesita dosis más elevadas; no graduales”, expuso Coutiño.
A largo plazo, la única manera de regresar a la salud fiscal, determinó, es mediante un “ajuste dramático”; una reforma fiscal a fondo para “que el gasto público se reduzca al nivel que le permita la recaudación de impuestos”, ya que los ingresos petroleros van a la baja.
“Lo más conveniente es reducir el gasto corriente porque, al ser salarios de burócratas no tienen el impacto económico de la inversión. Sin embargo el gasto corriente está muy comprometido en el país de tal manera que cortarlo tiene poco margen. La medida de socorro que ha tenido es cortar la inversión; lo productivo. El Gobierno está atorado en un dilema”.
LAS MENTIRAS DE MEADE
La mañana en que el mundo amaneció sabiendo que el magnate mobiliario ganó las elecciones presidenciales, el Secretario de Hacienda, José Antonio Meade, aseguró en conferencia de prensa que México “está en una posición de fortaleza” para enfrentar el nuevo entorno. Nuestro país, dijo en un ambiente de incertidumbre, “goza de estabilidad macroeconómica” que se ha logrado a través de muchos años de la aplicación de políticas fiscal y monetaria “responsables, prudentes y oportunas”, de un sistema financiero bien capitalizado, solvente y sin problemas de liquidez.
Sin embargo, el analista económico Alfredo Coutiño consideró que hablar de fortaleza económica “no se confirma por la realidad”, ya que las finanzas presentan desequilibrios entre sus gastos e ingresos, actualmente golpeados por la caída de exportaciones petroleras y la insuficiencia de la recaudación de impuestos.
“México cometió el pecado de empezar a gastar más de lo que le permiten sus propios ingresos. Lo ha hecho desde la crisis de 2008, pero este gobierno no solamente no lo corrigió sino que lo agravó”, dijo.
Durante la crisis financiera de hace ocho años, el déficit se deterioró, pero después los precios del petróleo se dispararon a 100 dólares por barril.
“No obstante, en vez de ahorrar esos recursos se los gastó e incluso más. No ahorró: se acostumbró a vivir de lujo. Venimos arrastrando un problema estructural de años; una pérdida de disciplina fiscal”, afirmó el Director de Moody’s Analytics.
El Secretario de Hacienda también enlistó una serie de variables económicas que muestran la supuesta fortaleza de la economía. Sin embargo, la mayoría de los recursos de México corren riesgo, son prestados y pudieran no ser suficientes para defender al país de un episodio de volatilidad agresiva y prolongada, evaluó el economista.
México cuenta con un saldo de reservas internacionales por 174 mil 998 millones de dólares, ya en niveles de diciembre de 2015 y equivalentes a unas dos terceras partes de sus recursos totales. Cuando los inversionistas decidan retirar su capital, “las reservas pueden evaporarse fácilmente”. También se puede recurrir a la Línea de Crédito Flexible con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por 86.2 miles de millones de pesos, una tercera parte de los recursos. Pero en dado caso de necesitarlos, al ser prestados, en algún momento deberá pagarlos.
Ayer Meade Kuribeña, encargado de las finanzas públicas del país, continuó mintiendo.
“En los últimos dos años la economía mexicana, en un contexto bien complicado, tiene un buen desempeño porque tanto el gobierno y el sector privado han trabajado juntos”, declaró desde un evento en Puebla.
Alfredo Coutiño, doctor en Economía, lo ve de otra manera.
“El desequilibrio fiscal de México ha crecido en los últimos cuatro años de gobierno de 2 por ciento del sexenio anterior a un 3 por ciento en promedio; hay una aceleración de la deuda pública total; una inflación a la alza (ya superó el objetivo del 3 por ciento) y un crecimiento económico mediocre (de no más de 2 por ciento)”, enlistó.
En total, el país debe 9 billones 683 mil millones de pesos, un 50.5 por ciento del PIB. Eso ha orillado a las agencias calificadoras, entre ellas Moody’s, a lanzar alertas amarillas.
“El endeudamiento se ha acelerado porque el gobierno no ha limitado su gasto público a la disponibilidad de ingresos. El Gobierno ha incurrido en desequilibrios crecientes en sus cuentas públicas. A eso hay que agregarle la depreciación del tipo de cambio porque la deuda externa está denominada en dólares y cuando se convierte a pesos implica una mayor”.
Las autoridades financieras han escuchado las advertencias de las calificadoras y han anunciado ajustes al gasto público desde febrero, pero el recorte en el gasto “no es suficiente” para compensar la disminución de ingresos.
“Por un lado se ajusta el gasto, pero los ingresos son cada vez menores porque el precio del petróleo es bajo y la plataforma de exportación de petróleo crudo sigue cayendo, la economía no crece más del 2 por ciento y la recaudación tributaria está limitada”, evaluó Coutiño.
El Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) calcula que los ingresos totales del gobierno serán el 21.2 por ciento del PIB en 2017, un 0.5 por ciento menos que este año. La mitad será por los impuestos: el 29.3 por ciento del Impuesto Sobre la Renta; el 16.4 por ciento de IVA, y el 5.9 por ciento por el Impuesto Especial sobre Productos y Servicios.
LA BOMBA TRUMP
La vulnerabilidad de la economía mexicana es mayor ahora que hace cuatro años dado el desequilibrio entre sus gastos e ingresos. México está débil y ahora tendrá que enfrentar, a cuenta gotas, los planes de Donald Trump. Necesita medidas preventivas.
Hoy la cadena de noticias CNN dio una probadita. Trump pedirá al Departamento de Comercio de Estados Unidos y a la Comisión de Comercio Internacional realizar un estudio. Si México y Canadá no aceptan “renegociar” el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el principal socio comercial de México se saldría. Su equipo también está evaluando detener las “importaciones injustas”, terminar con “prácticas comerciales desleales” y buscar acuerdos comerciales bilaterales.
Canadá está listo para renegociarlo, dijo el embajador canadiense en Washington, David MacNaughton. México, en voz del Secretario de Economía Ildelfonso Guajardo, ha dicho que se renegociará si es una situación de “ganar-ganar”.
Las medidas anticomerciales como renegociar el Tratado de Libre Comercio y el impuesto a las exportaciones tendrán consecuencias en el crecimiento nacional, actualmente en no más de 2 por ciento.
“Al reducirse las exportaciones de México, la industria crece menos y entonces el crecimiento de la economía es menor. Por el lado de las inversiones, si se imponen restricciones a compañías estadounidenses que invierten en el país, o si se les impone que deban regresar capital a Estados Unidos, el flujo disminuirá. Eso implica menor capacidad productiva y empleos, lo que también tiene una consecuencia sobre el crecimiento”, advirtió el economista Alfredo Coutiño.
Trump también dijo durante su campaña que planea confiscar o agravar las remesas. Los mexicanos en el extranjero enviaron el año pasado 24 mil millones de dólares.
“Si se confiscan las remesas, el flujo –que va principalmente a las familias de bajo ingreso– disminuirá y eso reducirá el consumo privado en el país, que implica dos terceras partes del PIB. A ello hay que agregarle la volatilidad financiera que seguirá porque cada vez que se anuncie una medida que afecte a México, los mercados van a entrar en volatilidad muy fuerte y eso va a afectar al tipo de cambio y a las variables financieras como la inflación”, añadió.
En la medida que se vaya informando oficialmente en cuánto se reducirán los flujos de exportaciones, inversión y remesas, se podrá determinar en cuánto va a dejar de crecer la economía mexicana.
“Entre los rangos que se están manejando de entre 1 y 2 por ciento para el próximo año, por ahí andaría. Aunque se espera que durante el primer año de la administración de Estados Unidos su crecimiento se acelere por la idea de poner en marcha un basto programa de infraestructura y bajar los impuestos. Por lo tanto, eso es positivo para México en cierta medida a menos que se restrinjan las exportaciones”, aseguró Coutiño.
Otra medida para protegerse contra el efecto Trump es mirar a otros mercados, pero eso implica mucho, mucho tiempo y esfuerzo.
“México creó una alta dependencia comercial con Estados Unidos. Más del 80 por ciento de sus exportaciones las envía ahí. Diversificar toma mucho tiempo y esfuerzo porque se necesitan acuerdos comerciales con otros países. México tuvo que haber visto a otros mercados desde hace 20 años. En dos años que le quedan a este gobierno y seis del próximo no pueden ser el tiempo suficiente. es una medida de largo plazo. En el mercado chino se ha intentado desde hace varios años, pero sin progreso. Es posible que se pueda ganar en Brasil, Argentina o Colombia, pero debería haber una política comercial muy agresiva de México para que esos mercados se convirtieran en cierta compensación de Estados Unidos. Sin embargo,llevaría una década tan solo bajar de 80 a 70 por ciento el nivel de exportaciones enviadas a Estados Unidos”.
Mientras eso sucede, Banxico debe activar “la artillería monetaria” elevando las tasas de interés el próximo jueves durante su reunión de política monetaria.
“Si el peso se está depreciando es porque se están saliendo dólares del país porque el riesgo ha aumentado. Una manera de reducir esa fuga es ofrecer un mayor rendimiento con una tasa de interés mayor. Se tuvo la oportunidad de hacerlo el miércoles pasado. Se esperó. Ahora hay que enfrentar la volatilidad y la inflación, la cual ya rebasó el objetivo del 3 por ciento, y va a seguir para arriba por el dólar alto que presiona los precios de bienes sujetos al comercio exterior”.
Fuente: Sin Embargo| Dulce Olvera