Incendio en el complejo petroquímico Pajaritos. Foto: Yahir Ceballos
En un comunicado precisa que de las muestras tomadas y analizadas en sus Laboratorios de Investigación en la Universidad de Esex, Inglaterra, la que arrojó resultados más alarmantes de presencia de tóxicos tras la explosión es precisamente la del agua proveniente de una de las tuberías del complejo Pajaritos, que desecha decenas de químicos extremadamente tóxicos en el caudal del río Teapa.
Destaca que hallaron al menos 59 químicos orgánicos aislados, entre ellos algunos considerados “extremadamente preocupantes para el ambiente y la salud de las personas al ser catalogados como posibles cancerígenos”.
De acuerdo con Greenpeace, estas sustancias prácticamente carecen de regulación en México y fueron encontradas en concentraciones superiores a lo permitido por la normatividad de Estados Unidos.
“Encontramos sustancias sumamente tóxicas como etenos clorados, etanos clorados, y metanos clorados, así como bencenos clorados. Además, contiene una amplia gama de químicos orgánicos semivolátiles”.
De las distintas sustancias, el químico más predominante es el dicloruro de etileno (EDC, por sus siglas en inglés), sustancia catalogada como posible cancerígeno por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) y los servicios de salud de Estados Unidos.
Las concentraciones halladas de EDC, agrega, superan de 10 a 28 veces los límites que establece ese país (tres) respecto de las aguas residuales que vierte el sector de los plásticos.
Para Greenpeace México resulta indignante que apenas siete días después de la explosión de Pajaritos, Mexichem “parecía más preocupado en calmar a sus accionistas, que en tratar de remediar la tragedia originada en su complejo petroquímico”.
Por otro lado, apunta, resulta inexplicable que Petróleos Mexicanos (Pemex) diga desconocer información básica de sus operaciones de producción en el complejo siniestrado.
La respuesta de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) también fue “decepcionante”. El 25 de abril, cinco días después de la explosión, Greenpeace México solicitó información pública mediante el sistema Infomex al Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI).
“Preguntamos a Pemex, a la Semarnat, a Profepa (Procuraduría Federal de Protección al Ambiente) y a la Cofepris (Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios), entre otras cosas, si ya se habían tomado muestras representativas de agua, aire y suelo en las zonas aledañas a Pajaritos. Solicitamos dichos reportes. Pedimos información sobre el plan de monitoreo dentro y fuera de las instalaciones donde se suscitó la explosión (muestras agua, suelo y agua), solicitamos información sobre la condición de los trabajadores, sobre las personas que atendieron el accidente y la población vecina. Pedimos conocer con exactitud qué sustancias se fugaron para causar la explosión, pedimos saber si había algún antecedente de fugas en el complejo y con qué sustancias se estaba trabajando exactamente cuando ocurrió el estallido.
“Fuimos ignorados. Pemex argumentó el 20 de mayo la supuesta ‘inexistencia de la información solicitada’. La Semarnat dijo que ‘no era su competencia’. Profepa y Cofepris pidieron una prórroga que vence precisamente mañana (martes 21). Esperamos que cumplan con su palabra”.
El 29 de mayo la Profepa dijo que recibió un reporte de Mexichem sobre lo sucedido. Sin embargo, este reporte no se hizo público, subraya la organización ambientalista. Y cuestiona: ¿Cuáles fueron las sustancias químicas peligrosas liberadas al ambiente y la población? ¿Cuáles serán las sanciones para Pemex y Mexichem? Y quizá otra de las incógnitas que la Profepa podría resolver: ¿Quiénes eran los encargados de supervisar/verificar el funcionamiento de Pajaritos? ¿Se está encubriendo a alguien en ese sentido?
Es por estas razones, y por la falta de transparencia de las autoridades federales (Semarnat, Profepa, Conagua), estatales y municipales, así como de Pemex y de Mexichem, que desde Greenpeace México “exigimos acciones claras y contundentes en el corto y mediano plazo a los citados actores”, apunta en su comunicado.
En el corto plazo Greenpeace demanda sanciones ejemplares contra la paraestatal y Mexichem debido a las lamentables pérdidas humanas y a los graves daños causados a la comunidad y al medio ambiente, así como a quien resulte responsable de la verificación del funcionamiento de este complejo.
Pemex y Mexichem, apunta, deben financiar y asignar recursos suficientes para indemnizar a las familias de los fallecidos y brindar atención médica a largo plazo a los afectados, así como resarcir el daño ambiental.
“Exigimos al gobierno federal y a PMV (Petroquímica Mexicana de Vinilo) dar a conocer ya el plan de remediación y estudios pertinentes para conocer qué sucedió, qué impacto tendrá en el entorno, de qué forma se reparará el daño al medio ambiente.
“En nombre del derecho a la información. PMV debe informar a la sociedad cuáles son las sustancias que maneja en sus instalaciones, cuáles fueron liberadas durante la explosión y en qué cantidad están descargando cotidianamente en tierra, agua y aire de Coatzacoalcos”.
La Semarnat, añade, debe fortalecer la regulación del uso de sustancias químicas peligrosas en el país, ya que en México se permite el manejo de cientos de sustancias prohibidas en otros países del mundo, y vigilar el cumplimiento de la normatividad vigente en el manejo de tóxicos.
El documento destaca que el obligatorio Registro de Emisiones y Transferencia de Contaminantes de México lleva ya casi tres años de retraso, por lo que el gobierno federal debe hacerlo público y con sanciones vinculantes a toda industria que se niegue a informar qué tipo de sustancias está liberando al medio ambiente.
Explosión en refinería de Salamanca deja un trabajador herido
SALAMANCA, Gto.- Por enésima ocasión se registró un incidente al interior de la refinería “Ing. Antonio M. Amor” de Petróleos Mexicanos (Pemex), donde un trabajador resultó con quemaduras por un flamazo.
A través de Comunicación Social de la refinería, este martes se dio a conocer que en el área de instrumentos del calentador H-301 se suscitó un flamazo en la Desparafinadora de Lubricantes Básicos “LG” en la “Ing. Antonio M. Amor”, por lo que se activaron los procedimientos de seguridad establecidos, a fin de poner fuera de operación dicha planta y llevarla a un paro seguro.
El incidente se encuentra totalmente controlado, no hubo afectación y el resto de las plantas de la refinería trabajan normalmente, se indicó en el boletín.
El incidente dejó un trabajador lesionado con quemaduras superficiales no graves.
El lesionado fue trasladado para su atención al Hospital Regional de Salamanca, en donde se reporta fuera de peligro y permanecerá para su valoración.
Fuente: Proceso| La Redacción
A través de Comunicación Social de la refinería, este martes se dio a conocer que en el área de instrumentos del calentador H-301 se suscitó un flamazo en la Desparafinadora de Lubricantes Básicos “LG” en la “Ing. Antonio M. Amor”, por lo que se activaron los procedimientos de seguridad establecidos, a fin de poner fuera de operación dicha planta y llevarla a un paro seguro.
El incidente se encuentra totalmente controlado, no hubo afectación y el resto de las plantas de la refinería trabajan normalmente, se indicó en el boletín.
El incidente dejó un trabajador lesionado con quemaduras superficiales no graves.
El lesionado fue trasladado para su atención al Hospital Regional de Salamanca, en donde se reporta fuera de peligro y permanecerá para su valoración.
Construyen planta de amoniaco sobre sistema protegido en Sinaloa
El humedal Santa María-Topolobampo-Ohuira, en Sinaloa, fue incluido en la Lista de Humedales de Importancia Internacional bajo los programas de protección de la Convención Ramsar.
Eso ocurrió el 2 de febrero de 2009, pero cinco años después, tras la oposición y titubeos de funcionarios técnicos de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) avaló la edificación de la planta de amoniaco de Topolobampo y su permanencia dentro del humedal para producir fertilizantes por 25 años.
De acuerdo con información difundida por el diario ‘Noroeste’, el proyecto fue desarrollado por Francisco Labastida Ochoa, exsecretario de Gobernación, exgobernador de Sinaloa y expresidente de la Comisión de Energía en el Senado.
A través de su despacho privado, Consultores en Desarrollo, Economía y Finanzas, en 2013 el sinaloense promovió ante ProMan, empresa alemana número cuatro en la producción de fertilizantes, el establecimiento de una fábrica en el puerto, e invitó a su amigo José Eduvigildo Carranza Beltrán a convertirse en el inversionista principal, quien posteriormente se retiraría del proyecto.
Otro amigo de Labastida Ochoa, Rubén Félix Hays, empresario inmobiliario y excandidato a la alcaldía de Ahome por Nueva Alianza, vendió las tierras ejidales que pertenecen a la reserva natural protegida, para que se establezca ahí la nave industrial.
El proyecto también es impulsado por el gobernador Mario López Valdez, quien fue compañero de fórmula de Labastida rumbo al Senado, y recibió su apoyo en la candidatura a gobernador de Sinaloa en 2010.
Desde la Coordinación General de Proyectos Estratégicos, su hijo Francisco Labastida Gómez de la Torre ha operado esta inversión millonaria en Topolobampo, y ahora lo hace a través de la Secretaría de Desarrollo Económico.
Además recibió el aval del titular de la Secretaría de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, priista y compañero en el Senado de la República de Labastida Ochoa.
Mientras tanto, los habitantes de Ahome luchan contra el megaproyecto impulsado por el exgobernador de Sinaloa, en defensa de la conservación del ecosistema.