domingo, 17 de febrero de 2013

"Secan" termoeléctricas de GM mantos acuíferos en Chihuahua


Denuncian comuneros de Samalayuca que CFE pretende construir otra planta

Explotan ríos y pozos para enfriar maquinaria; desaparecen 4 ojos de agua en 20 años: comisario

Comuneros se organizan para defender el medio ambiente y los recursos de sus territorios

Ciudad Juárez, Chih., 16 de febrero. La asamblea de ejidatarios del asentamiento rural Ojo de la casa, de la comunidad de Samalayuca, municipio de Ciudad Juárez, acordó no vender sus terrenos a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para evitar que la empresa paraestatal construya un gasoducto y una nueva termoeléctrica, como lo tiene planeado, informó Javier Meléndez Cardona, presidente del comisariado ejidal de esa comunidad, ubicada en el kilómetro 48 de la carretera Panamericana.

Los campesinos de la zona ya tienen experiencia: en 20 años de funcionamiento, cuatro termoeléctricas de la empresa General Motors (GM) abatieron el bolsón de agua de la zona de Samalayuca en más de 50 metros de profundidad.

A nombre de los ejidatarios, Meléndez dijo que acordaron una estrategia para defender su medio ambiente y no permitirán que se siga degradando el desierto y su hábitat, que resguarda especies animales y plantas endémicas.

Explicó que las cuatro plantas termoeléctricas de GM generan energía para Chihuahua, Sonora, Durango y hasta para El Paso, Texas, cuando esta ciudad enfrenta problemas de abasto.

Antes de que se instalara la primera, que inauguró el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, se perforaban pozos de 10 a 20 metros de profundidad para extraer agua de consumo humano y uso agrícola. Pero por la explotación indiscriminada del líquido para enfriar los equipos que generan energía eléctrica se abatió el bolsón de agua de la zona y ahora se tiene que perforar a 60 y 80 metros para conseguirlo. También se secaron arroyos y los cuatro ojos de agua que eran el atractivo turístico de Samalayuca.

Por si no fuera suficiente agresión al medio ambiente, ahora la CFE intenta instalar otra termoeléctrica en los límites del Ojo de la casa, ya que el 12 de junio pasado, Martín Acosta García, residente de construcción de la empresa paraestatal, solicitó por escrito la autorización del ejido para construir en sus terrenos un gasoducto para la nueva planta.


El permiso, dijo Meléndez Cardona, fue negado, pero además los ejidatarios decidieron luchar por resarcir el daño que ha causado al medio ambiente la explotación indiscriminada del agua del subsuelo y la falta de ella a los residentes.

Para ello elaboran una estrategia jurídica para revertir la instalación de esta empresa y la utilización de agua por las cuatro termoeléctricas existentes. En ese sentido, demandan a ambas empresas elaborar un proyecto de contenido social, que no afecte más los mantos freáticos.

A GM y a la CFE les demandaron que en este pequeño poblado hagan lo mismo que en San Luis Potosí, donde se utiliza agua tratada para enfriar sus equipos, trasladándola desde una distancia de 30 kilómetros.

A las empresas interesadas en generar energía eléctrica en esta región les proponen, aparte de los proyectos de energía solar, que instalen sistemas eólicos, ya que un estudio demostró que sería rentable, pues se tiene un promedio de 200 días con vientos de al menos 15 kilómetros por hora.

Otra alternativa es la explotación de energía solar, ya que un estudio otorga un potencial de 30 megawats en una granja de 100 hectáreas que servirían para abastecer a 25 mil viviendas, en consumo normal, y que es el tope que puede generar una instalación de este tipo de acuerdo con las leyes de México.

Dijo que en Samalayuca ya tienen proyectado instalar en los próximos dos años, con permiso de la CFE, una granja con tecnología solar y que esperan que se levanten más en los próximos años.

Los estudios para generar energía solar en Samalayuca, que elaboró una empresa española, establecen que la capacidad es de 5.3 kilowatts cada hora por cada metro cuadrado, mientras que el promedio en otras regiones del país es de 3.4 kw.





Fuente: La Jornada | Rubén Villalpando