Los precios son 40% mayores que hace 4 años, y se mantendrán altos, lo cual pone en riesgo la erradicación del hambre, que afecta a 52.5 millones de habitantes, advierte
Santiago. Los precios de los alimentos en el mundo, en particular en América Latina, enfrentan hoy la mayor alza histórica, señaló en un informe anual la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
“Nos encontramos en un nuevo nivel de precios, 130 por ciento mayor que el que hubo entre 2000 y 2005. Este nivel es incluso 3.1 por ciento mayor que el máximo de junio de 2008”, cuando se suscitó una crisis alimentaria a escala mundial, aseveró el representante en América Latina y el Caribe de la FAO, José Graziano.
Los precios de los alimentos en América Latina son 40 por ciento mayores que hace cuatro años, y se mantendrán altos, lo que pone en riesgo la erradicación del hambre en la región, que afecta a 52.5 millones de habitantes, alertó la FAO.
La volatilidad de esos precios, en un continente donde la mayoría de los países son importadores de carnes y cereales, es la mayor “registrada en los últimos 30 años”, alertó además el Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional de América Latina y el Caribe, elaborado por la oficina de la FAO con sede regional en Santiago.
En Haití, Guatemala y Guyana los niños desnutridos oscilan entre 10 y 20 por ciento de la población; en contraste, Argentina, Brasil, Chile y Costa Rica poseen tasas marginales de entre uno y dos por ciento.
Tras un alza que se inició en 2007, el valor de la comida en la región se ha mantenido alto, con un leve descenso en 2009, pero comenzó nuevamente a elevarse a partir del segundo semestre del año pasado, para alcanzar hoy su mayor nivel en tres décadas. Así lo consigna el estudio mencionado.
“El valor del azúcar, por ejemplo, se ha vuelto algo impredecible, como en un casino, pero siempre al alza”, explicó el representante regional adjunto de la FAO para América Latina, Alan Bojanic, al presentar en rueda de prensa el reporte anual.
Especial preocupación genera el alto precio alcanzado por los cereales, principal fuente de calorías para los habitantes de la región, cuyo promedio aumentó 36 por ciento en el último año, impulsado por las alzas del trigo (62 por ciento) y el maíz (hasta 104 por ciento).
“El alza de precios y una mayor inflación general pueden aumentar la pobreza y reducir el acceso a los alimentos para la población pobre, en un momento en que el hambre afecta a 52.5 millones de personas en América Latina y el Caribe”, equivalente a 9 por ciento de la población, afirmó el representante.
La situación arriesga todos los avances alcanzados en el combate a la desnutrición infantil, subrayó el organismo de Naciones Unidas.
“El porcentaje de personas con hambre se ha mantenido estable en 9 puntos en los últimos dos años, tras un largo periodo en que esta relación tuvo un descenso continuo”, alertó Bojanic.
El alza en el precio de los alimentos está asociada a una mayor demanda a escala mundial, producto del crecimiento acelerado de la clase media, sobre todo en países como China e India, y a cambios en los hábitos de consumo, con un aumento en la ingesta de carne y leche.
Otro factor que influye es el crecimiento de la población mundial, con un incremento anual de más de 80 millones de personas.
En contraste, la producción crece a un menor ritmo. Si bien los cultivos han aumentando, y por ejemplo en América Latina crecieron 2.5 por ciento en el último año, levemente sobre el promedio mundial (2 por ciento), se requiere un mayor esfuerzo para elevar la disponibilidad de alimentos, según la FAO.
Uno de los principales riesgos sobre la disponibilidad de alimentos lo constituyen los biocombustibles, cuya producción ha crecido de forma acelerada en los últimos años, alentada por el alto precio del petróleo, explicó por su parte Fernando Soto, oficial de políticas de la FAO.
Según Soto, 35 por ciento de la cosecha de maíz de Estados Unidos se destina hoy a la producción de combustibles.
El representante alertó además que el nuevo nivel de precios, “desde una perspectiva de largo plazo, se trata de un fenómeno que llegó para quedarse”.
La crisis en América Latina y el Caribe, región que produce suficientes nutrientes para satisfacer a su población, está cruzada por un proceso creciente de malnutrición que deriva en sobrepeso. El fenómeno, principal y paradójicamente, es liderado por países con altos niveles de pobreza, como Bolivia, Perú y Belice, donde entre 8 y 13 por ciento de los menores de cinco años son obesos. Argentina, un país de desarrollo medio alto, también figura en ese grupo.
Fuente: La Jornada