Académicos revisan la propuesta privatizadora de Peña Nieto
Fernando Camacho Servín
La Jornada
Domingo 30 de octubre de 2011, p. 7
Si bien se necesita una reforma en el sector petrolero, que incluso permita cierto grado de participación de la iniciativa privada, es fundamental que dichos cambios no pongan en riesgo el control del Estado sobre el hidrocarburo, pues si ello ocurriera, México podría perder su soberanía energética y una de las principales fuentes de recursos de la administración federal.
Así lo advirtieron especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México consultados por La Jornada, a propósito del llamado de Enrique Peña Nieto, aspirante a la candidatura presidencial del PRI, en el sentido de ser “audaces” y abrir este sector a la iniciativa privada internacional.
Rafael Loyola Díaz, miembro del Instituto de Investigaciones Sociales, señaló que “de manera criminal, México descuidó sus conocimientos sobre petróleo por más de dos décadas, y así perdimos capacidad y talento. Ahora parece que no nos queda más opción que dar entrada al capital extranjero” para modernizar el sector, lamentó.
En este escenario, es vital impedir que los recursos petroleros “caigan totalmente en manos extranjeras. Ahí está la referencia de los bancos, que hoy están bajo control de empresas de otros países en 90 por ciento. ¿Quién nos asegura que con el petróleo no ocurrirá lo mismo?, ¿de qué nos sirve abrirnos si los beneficiarios van a ser las grandes compañías?”, cuestionó.
Aunque no descartó del todo la posibilidad de que la iniciativa privada tenga cierto margen de acción en Petróleos Mexicanos (Pemex), el académico advirtió que en dicho proceso también “existe el riesgo de perder las pocas joyas que le quedan a la corona, y si hacemos las cosas con torpeza, el petróleo dejará de ser el pivote del desarrollo nacional”.
En un mundo que empieza a girar hacia la era pospetróleo, México debe usar de forma inteligente lo que queda del hidrocarburo, “y no me queda claro que la propuesta de Peña Nieto se dirija hacia el fomento de las capacidades nacionales. No la veo como una estrategia de futuro para entrar con mejores condiciones a la transición energética”.
El investigador subrayó que las autoridades deben ser muy cuidadosas para hacer que la administración pública deje de depender de los recursos de Pemex, y al mismo tiempo no permitan que el capital privado termine controlando la paraestatal, ello en medio de un ambiente complicado por la proximidad de las elecciones presidenciales de 2012.
Manuel Barquín, especialista en derecho administrativo y constitucional del Instituto de Investigaciones Jurídicas, indicó que hoy ya no hay petroleras públicas que puedan funcionar de manera eficaz excluyendo totalmente a la iniciativa privada, como lo demuestran los casos de Brasil, Noruega, China, India y Rusia.
Más allá de discutir si es viable la entrada de socios capitalistas, dijo, lo más importante ahora es diseñar esquemas para que el Estado mexicano no pierda el control sobre los recursos petroleros que, por otra parte, ya no son tan abundantes como hace unas décadas.
El problema más grave de las finanzas públicas del país es que siguen dependiendo de las reservas petroleras, que hoy representan apenas una cuarta parte de las que tiene Libia, por ejemplo. “El modelo estatista fue en su momento una opción válida de desarrollo, pero ya no tiene sentido seguir propugnando eso”, alertó.
David Lozano, coordinador del centro de análisis multidisciplinario de la Facultad de Economía de la UNAM, recordó que la inversión extranjera en ciertas áreas de Pemex –como exploración y petroquímica– no es algo nuevo, lo cual podría vulnerar el control del gobierno en materia energética si se profundiza.
“Es irresponsable o ingenuo pensar que la inversión extranjera no tendrá consecuencias para la soberanía energética del país, porque es cierto que meten recursos, pero también ponen muchas condiciones para hacerlo. Se dice que Pemex es igual a Petrobras, pero en el caso de Brasil ellos sí necesitaban inversión extranjera. Las comparaciones no son válidas”, aseveró.
Además, apuntó, “no es tan cierto que el país no tiene recursos para invertir en Pemex. Más bien hay un manejo presupuestal muy acotado. Te pueden acusar por supuesto nacionalismo, pero lo que se ha demostrado es que la apertura energética en Rusia y China les ha provocado problemas”.
En vez de proponer la entrada de capitales privados, debe haber reglas claras en términos fiscales y de ingresos para permitir que Pemex se recupere económicamente y comience a invertir en su infraestructura, sostuvo Lozano.
Fuente: La Jornada