domingo, 30 de octubre de 2011

Desecha Rusia el cambio de horario; causa más daños que beneficios, según el Kremlin

A partir de hoy tiene 60 minutos más de adelanto con respecto a Europa

Moscú. Rusia dejó de aplicar, a partir de las 3 de la mañana de este domingo, el cambio de hora y tiene 60 minutos más de adelanto respecto de Estados Unidos, la Unión Europea y las demás naciones que consideran provechoso retrasar el reloj para pasar al horario de invierno.

El presidente Dimitri Medvediev decidió anular el horario de verano en Rusia, después de que en marzo pasado se usó, por última vez, al mover hacia delante una hora las manecillas del reloj.

El jefe del Kremlin –que además ordenó realizar ajustes en la demarcación regional de este extenso país para tener sólo nueve husos horarios y no 11–, dijo que el cambio de hora, dos veces por año, causaba más daños que beneficios: escaso ahorro en materia de energía y demasiados problemas de salud entre la población.

La gente, según estudios elaborados por la Academia de Ciencias de Rusia, con el cambio de hora sufre alteraciones de conducta, dificultades para adaptarse al ritmo cotidiano, aumento de las dolencias cardiovasculares y complicaciones de tensión arterial, entre otras consecuencias negativas.

Durante dos semanas, desde el cambio de hora, el estrés provoca que el número de infartos aumente en 75 por ciento y el de suicidios en 64 por ciento, subrayan los partidarios de la supresión.

No todos los rusos están de acuerdo y reviran que una prolongada mañana sin luz es peor para el estado de ánimo de una persona que una noche no oscura que empiece más temprano.

Ponen de ejemplo, apoyándose en estadísticas, que en muchas ciudades del norte de Rusia, con clima moderado como San Petersburgo, donde en enero y febrero comienza a aclarar no antes de las 10 de la mañana –sin hablar ya de la zona del Ártico y las regiones aledañas donde el sol invernal nunca supera el horizonte–, es mayor el consumo de alcohol y la depresión conduce con más frecuencia al suicidio.
Por otro lado –afirman–, la hora de verano no solamente trae ahorro de energía. También se traduce en conservación de recursos naturales, disminución de accidentes de tráfico, reducción de crímenes cometidos durante la noche, aumento de los ingresos por turismo y mejor coordinación horaria con las naciones vecinas.

El cambio de horario siempre ha generado opiniones encontradas en la sociedad, sin que pueda saberse bien a bien qué posición cuenta con más adeptos.

No es la primera vez que las autoridades del Kremlin deciden no retrasar el reloj en otoño. Iosif Stalin, en la primavera de 1930, ordenó adelantar una hora el reloj y, tras múltiples anulaciones y restablecimientos de la polémica medida, hacia 2010 la llamada “hora decretada” de hecho dejó de existir para más de 60 por ciento de los habitantes de Rusia.

Al entrar en vigor la nueva ley para calcular el horario, el 6 de agosto de 2011, la “hora decretada” y el concepto de hora de verano se suprimieron para siempre, con lo cual la mayor parte de Rusia está, desde este domingo, 60 minutos por delante –y en algunas regiones 120 minutos– de la hora astronómica que correspondería a su huso horario.




Fuente: La Jornada