Dos días después del paso del poderoso tifón Jebi por la región occidental del archipiélago de Japón que dejó 11 muertos y centenares de heridos, un terremoto de magnitud 6.7 ocurrido durante la madrugada del jueves en la isla de Hokkaido dejó un saldo de al menos nueve muertos.
El gobierno central no ha ofrecido cifras de heridos ni de desaparecidos que podrían haber quedado sepultados en sus casas a consecuencia de deslaves provocados por el terremoto.
Japón aún trata de reponerse de los daños causados por el tifón Jebi, considerado el más poderoso en tocar tierra nipona en los últimos 25 años y ahora fue sacudido por un terremoto registrado a las 3:08 horas del jueves a unos 40 kilómetros de profundidad al este de la localidad de Atsuma, según informó en rueda de prensa el ministro portavoz del gobierno nipón, Yoshihide Suga.
El movimiento telúrico alcanzó en este municipio de unos cuatro mil 600 habitantes el nivel 7, el máximo de la escala sísmica nipona. Al menos 20 casas quedaron sepultadas.
Alrededor de 21 mil funcionarios trabajaron en las labores de rescate y búsqueda, entre ellos cuatro mil miembros de las fuerzas de Autodefensa, que el poder Ejecutivo quiere aumentar hasta 25 mil para redoblar esfuerzos y minimizar la cantidad de víctimas posibles.
También, medio centenar de helicópteros acudieron a auxiliar a personas que quedaron atrapadas.
Si bien Japón es susceptible a temblores de gran magnitud, es la primera vez que un terremoto alcanza la intensidad de 6.7 en Hokkaido desde que el país revisó su escala sísmica en 1996.
El terremoto provocó que toda la isla quedara sin suministro eléctrico, aunque 2.95 millones de viviendas y establecimientos que seguían sin suministro a media tarde progresivamente se iban restableciendo, indicó el portavoz nipón.
El corte energético fue causado por el apagado automático de la central térmica de Tomato, en Atsuma, pero afectó a 80 hospitales, así como a los servicios telefónicos y de televisión.
El gobierno pidió a la población que ahorre energía y solicitó ayuda a las eléctricas Tokyo Electric Power y Tohoku Electric Power para movilizar generadores de emergencia hasta los centros hospitalarios afectados, debido a que el restablecimiento completo del suministro podría tardar hasta una semana.
El suministro eléctrico también fue suspendido en la central nuclear de Tomari y se activó un sistema de alimentación de emergencia para mantener refrigerado el combustible atómico gastado y almacenado en piscinas, aunque el regulador nuclear nipón no detectó anomalías en los niveles de radiación.
Las carreteras también se vieron afectadas por el terremoto y se suspendieron servicios ferroviarios locales, así como el del Shinkansen (tren bala), que conectan Hokkaido con la isla principal del archipiélago nipón. El metro sufrió cierres al igual que el nuevo aeropuerto internacional de Chitose.
La agencia meteorológica nipona advirtió sobre el riesgo de derrumbes y desprendimientos de tierra, así como de la posibilidad de que haya una réplica del sismo de intensidad similar en la próxima semana.
Hasta las 6:34 de la tarde la agencia sísmica nipona había contabilizado 71 réplicas, algunas de magnitud 4 y 5. Por si fuera poco, las autoridades pidieron a la población permanecer en alerta, pues se pronostican lluvias para la tarde del viernes y el sábado.
Apenas en junio otro fuerte temblor en la región de Osaka dejó cinco personas muertas y otras 350 resultaron lesionadas.
El sismo más mortal de los últimos años fue el ocurrido el 11 de marzo de 2011, cuando un terremoto de magnitud 9 ocurrido en el océano generó una ola de tsunami que dejó miles de muertos.
Fuente: Proceso