La exigencia de los trabajadores de Petróleos Mexicanos (Pemex) es la misma en Oaxaca, en la Ciudad de México, y el resto del país: que Carlos Romero Deschamps, denunciado penalmente por “enriquecimiento ilícito”, deje las riendas del sindicato y que enfrente la justicia.
Petroleros de todo el país se reunieron hoy en Salina Cruz, Oaxaca, para continuar con la lucha contra Carlos Romero Deschamps, miembro del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y usado con frecuencia como símbolo de la corrupción en México.
Entre los puntos que debatieron los adheridos al Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) se encuentra la convocatoria a elecciones seccionales, en las que se aplique “voto libre secreto y directo”. El objetivo está en derrocar a Romero Deschamps.
También se exigió que Enrique Peña Nieto, Presidente de México, “cese de inmediato el ilegal respaldo al grupo que encabeza Deschamps, tanto desde la estructura de Pemex como desde la dirección general de registro de asociaciones de la Secretaría del Trabajo”.
Romero Deschamps lleva casi tres décadas al frente el sindicato petrolero sin ser votado.
Ayer, integrantes del STPRM se concentraron afuera de la casa de transición, en la colonia Roma, en Ciudad de México, y pidieron lo mismo: que Romero Deschamps se vaya.
El equipo de López Obrador recibió un planteamiento para garantizar la autonomía de los sindicatos. Los petroleros dijeron que buscan que se logre alcanzar la democracia en todos los sindicatos de México.
Los trabajadores de Petróleos Mexicanos (Pemex), empresa cuya producción ha ido en picada, ya no quieren a Romero Deschamps como su líder sindical. A la par del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPTM) de 36 secciones en el país, han formado diversos grupos de petroleros disidentes con el objetivo de recuperar la industria petrolera, como lo ha prometido el Presidente electo Andrés Manuel López Obrador.
Le exigen, antes de que huya del país, el encarcelamiento del Senador priista denunciado penalmente por “enriquecimiento ilícito” y otros presuntos delitos como el Pemexgate, así como un proceso democrático dentro del sindicato.
En julio, SinEmbargo informó que sólo por cuatro conceptos y según los pocos datos que él mismo ha deseado compartir, el Senador de la República por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha recibido en su cuenta del sindicato unos mil 400 millones de pesos sin que nadie, absolutamente nadie, lo cuestione o le pida la más mínima factura de gasto.
Nacido en Tamaulipas y ayudante en el sindicato de Joaquín Hernández Galicia, “La Quina” (Q.E.P.D), en 1997 se convirtió en dirigente. Su vida de lujo -relojes Rolex o su vestimenta de Hermenegildo Zegna- no la ocultó, pero sí logró que Pemex pusiera bajo reserva los contratos colectivos del sindicato porque su contenido era “peligroso” para el país. En 2007, el Instituto Nacional de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI, en esa época IFAI), resolvió que debían convertirse en información pública.
Así ha ocurrido desde entonces. Esos documentos pueden encontrarse hoy en la página pública de Pemex. Pero están a medias. Con argucias legales, el dirigente logró a partir de 2011, esconder el contenido de las cláusulas y los acuerdos en los que están especificadas las cantidades que por varios conceptos, recibe de manera directa, en un afluente hacia su cuenta en el sindicato.
Por ejemplo, el lector o investigador que recurra a esa información que se supone abierta a los ciudadanos, no podrá ver la cláusula 251 BIS en la que Pemex se compromete a darle dinero al dirigente para los gastos de las festividades del 1 de mayo y el 18 de marzo. Y se trata de cantidades con seis ceros.
Su reinado es tan grande que en la última década, jamás prosperaron las denuncias ante la Procuraduría General de la República de instituciones como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la Alianza Nacional Democrática de Trabajadores Petroleros, la Gran Alianza Nacional Petrolera, la Unión Nacional para el Desarrollo Social de Trabajadores de la Industria Petrolera y el movimiento Petroleros Activos en Evolución por un México Nuevo, entre otros.
Y es tan fuerte que seguirá hasta 2024, según aprobaron las 36 secciones del sindicato en diciembre pasado. Ese año habrá cumplido 31 años en la silla principal de una organización que garantizó votos y hasta trianguló dinero para campañas a favor del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el escándalo conocido como “Pemexgate”. Ese año, AMLO habrá concluido su mandato.
Con tales características, Romero Deschamps se convirtió en uno de los pilares del sistema sostenido en el pasado por gobiernos emanados del PRI y Acción Nacional. Pero si el virtual Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, cumple con las palabras dichas el 27 de mayo en Veracruz, este reinado está por caer.
Fuente: Sin Embargo