Ciudad de México. Al acabar su vida útil, que en muchos casos es muy corta, algunos productos o dispositivos pasan a conformar la contaminación electrónica, misma que no siempre es bien confinada. Ello motivó a los ingenieros Salucita Román Domínguez y José Antonio Villanueva Vázquez a desarrollar un material que puede ser aprovechado en este tipo de dispositivos pero que es sustentable a partir de una base orgánica.
El producto desarrollado es un plástico conductor de electricidad con la capacidad de transmitir una corriente de 110 y 220 volts, que es funcional a la corriente alterna, como lo hace el cobre pero 80 por ciento más económico que éste.
Además, “el biomaterial no se oxida ni se sulfata como sucede con los metales, y puede degradarse en un lapso de tres a cinco años. De una sola base orgánica se pueden hacer diversos materiales elásticos, flexibles, rígidos, similares a plasmas y más, de acuerdo a lo que se requiera. Se dirige a fabricantes de productos eléctricos y electrónicos”, explica el ingeniero Villanueva Vázquez.
“Cada día somos más dependientes de la tecnología, por lo que es necesario realizar nuevas invenciones”, menciona Román Domínguez.
El producto, cuya patente se encuentra en trámite, dio pie a la creación de la empresa iLow, la cual recibió el respaldo y asesoría de la incubadora de alto impacto iLab.
En este laboratorio de innovación y emprendimiento ubicado en Xalapa, Veracruz, coincidieron los ingenieros bioquímicos Román Domínguez y Villanueva Vázquez, casualmente ambos egresados del Instituto Tecnológico Superior de Acayucan.
“El proyecto surge a partir de la idea de desarrollar materiales aplicables en diversos productos y que en ellos se redujeran los costos de inversión, el tiempo de manutención y se alargara la vida útil”, refiere Villanueva Vázquez, quien hace hincapié en que actualmente gestionan un importante vínculo de negocio para producir el biomaterial a escala industrial.
Sobre los costos de producción, el mismo ingeniero puntualiza que un gramo de grafeno (material que puede tener aplicaciones similares a su producto) cuesta 5 mil pesos, en tanto que un kilo de material de iLow puede costar 750 pesos.
“El proceso de fabricación de iLow no es costoso y el tiempo invertido en ello tampoco es excesivo”. El producto tiene mayores aplicaciones en las industrias electrónica y eléctrica, pero incluso puede tener diversos usos en la aeronáutica y la aeroespacial.
Como proyecto resultó ganador del "Reto Todos con el Mismo Chip" que organizó la Secretaría de Comunicaciones y Transportes. Asimismo, fue reconocido en el certamen “Ingenio emprendedor: de la idea a la práctica”, iniciativa de la Alianza para la Formación e Investigación en Infraestructura para el Desarrollo de México (Alianza FiiDEM).
Fuente: La Jornada