El surgimiento de grupos de autodefensa ya no es privativo de los estados de Michoacán y Guerrero. La narcoviolencia también ha obligado a pobladores de los estados norteños de Sonora y Sinaloa a tomar las armas para defender sus vidas y sus territorios.
El gobierno de Sonora admitió públicamente la formación de un grupo de autodefensa en la comunidad de Agiabampo, municipio de Navojoa, en la zona limítrofe con Sinaloa, que está encabezado por el ejidatario Francisco Villa Bustamante, a quien se vincula con conflictos territoriales en Sonora y en Sinaloa.
Según el secretario de Seguridad de Sonora, Ernesto Munro Palacio, dicho grupo no está armado por lo que no se ha actuado en su contra.
“Ellos (la autodefensa) han declarado que se han reunido, mientras se expresen y mientras se reúnan, nosotros no tenemos nada que hacer, porque son derechos constitucionales que los mexicanos tenemos, la libre expresión de las ideas; lo que no podemos permitir es que estas personas se reúnan y que estén armados, eso no ha sucedido”, dijo el funcionario estatal.
Sobre el presunto líder del movimiento indicó que se trata de una persona con antecedentes por conflictos territoriales en Sonora y en Sinaloa.
“Tiene antecedentes penales en los dos estados, ya ha estado en la cárcel en los dos estados, entonces, es una persona que estaremos vigilando, en el momento que nos aseguremos que tiene un arma él será detenido”, advirtió.
El alcalde de Navojoa, Natanael Guerrero López, se encuentra preocupado por el surgimiento del grupo de autodefensa. Comentó que no debe “echarse en saco roto” ese asunto.
Además, dijo que es responsabilidad de todas las autoridades atender las demandas del grupo, “para que el día de mañana no vayan a llevar las cosas más allá de la reunión y la manifestación”.
“Es gente que está dispuesta a defender lo que es suyo, que es la tierra… hay asuntos en los tribunales agrarios que datan de muchos años sin resolver y eso desespera a las nuevas generaciones de ejidatarios”, expresó.
Además, agregó, este movimiento podría recibir la influencia de activistas de otras regiones del país.
El pasado lunes 3, habitantes de Santa Rosa Campos, sindicatura de Baila, en Culiacán, Sinaloa, advirtieron también que crearán grupos de autodefensa si la autoridad no atiende sus demandas de seguridad.
Incluso, adelantaron que ya buscan el contacto con líderes de autodefensas de Michoacán.
Según el diario El Debate, la mañana de este lunes habitantes de esa zona sur de la capital sinaloense pidieron reunirse con el procurador de Justicia, Marco Antonio Higuera Gómez, para externarle la situación. Sin embargo, sólo los atendió el subprocurador general, Jesús Martín Robles Armenta.
De acuerdo con Jaime Gaxiola Caro, representante legal de la zona afectada, en múltiples ocasiones los habitantes han presenciado la quema y saqueo de casas del poblado. “La gente se está yendo por miedo”, comentó.
Estos actos vandálicos, aclaró el habitante de Santa Rosa Campos, no son un problema nuevo en el pueblo, pues ya lo han denunciado antes, pero ni las autoridades municipales ni estatales han actuado para combatirlo.
Por eso, dijo que han pensado realizar una asamblea para someter a decisión de los pobladores la creación de grupos de autodefensa, como ha ocurrido en diversos municipios de Michoacán, principalmente.
Gaxiola Caro agregó que hace alrededor de 40 días se registró la más reciente quema de unas 10 casas de lámina y el saqueo de pertenencias en domicilios de concreto.
Ante estos hechos que calificó como “insoportables” para los habitantes, adelantó que buscarán un acercamiento con
las corporaciones municipales de Culiacán.
Según el reporte del portal noroeste.com, los pobladores explicaron: “queremos planear un grupo de autodefensa pacífica, no simplemente con armas se solucionan las cosas, sino de una manera pacífica”. Por ello, agregaron, buscarán formar el grupo con pobladores de las comunidades aledañas si no hay respuesta de la autoridad.
El problema de la quema y saqueo de casas en la comunidad tiene como antecedente un pleito agrario con personas que no quieren entregar las tierras a pesar de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) falló en favor de los ejidatarios de Santa Rosa Campos. Sin embargo, los terrenos en disputa están invadidos y se niegan a entregarlos.
Jaime Gaxiola informó que ya están estableciendo contacto con Hipólito Mora y Juan Manuel Mireles, líderes de los grupos de autodefensas en Michoacán.
“Ya vamos a morir y más vale que sea luchando”
Son más de 10 y aseguran que tomaron las armas porque perdieron a hijos, nietos o sobrinos a manos de los "templarios".
“Les llaman “los abuelitos comunitarios”. Son más de diez quienes tomaron las armas y se sumaron a la autodefensa en el municipio de Coahuayana, Michoacán, uno de los últimos grupos que se formaron contra Los caballeros templarios.
“Estamos hasta la madre del crimen organizado, estamos hartos de tanta injusticia, asesinatos, extorsiones, violaciones y robos”, expresó Claudio Villa Gracia, de 65 años.
“En nuestro grupo hay gente de todas las edades: adolescentes, hombres, señoras y personas de la tercera edad que no le tienen miedo a los criminales y agarran las armas, como todos nosotros”, dijo Héctor Cepeda Navarrete, líder de las autodefensas en Coahuayana.
Todos “los abuelitos comunitarios” fueron víctimas del grupo criminal, algunos perdieron a sus hijos y otros a sus nietos o sobrinos. Acusan que los sicarios extorsionaron, golpearon, mataron o desaparecieron a sus seres queridos.
“Los abuelitos del movimiento ya no tenemos miedo porque de todos modos ya nos vamos a morir y más vale perder la vida luchando”, afirmó Marcelino Martínez Mendoza, de 82 años.
Algunos portan chalecos antibalas y escopetas, otros solo cargan pistolas, pero todos aseguraron que a pesar de las críticas ellos tienen la playera de la autodefensa bien puesta.
“Mis nietos me regañan, me dicen que no participe porque ya estoy viejo, pero yo les respondo que lo estoy haciendo por ellos”, narró Marcelino.
Desde que se creó la autodefensa en Coahuayana, los habitantes se percataron de que son cada vez más los viejitos que se suman a estos grupos, algunos con armas y otros solo con apoyo económico y moral.
“Los jóvenes nos tratan muy bien, nos ven como personas de mucho respeto y a nosotros nos gusta acompañarlos en los operativos porque sentimos que les damos valor”, confesó Claudio.
El movimiento civil armado nació el pasado 13 de enero en Coahuayana. Ese día, el grupo criminal asesinó a Julio Cepeda, uno de los vecinos más queridos del pueblo, lo que provocó que un grupo de más de 100 habitantes se armara y expulsara a los sicarios que vivían en la plaza.
“El pueblo se armó cuando mataron a mi hermano, todos fuimos a enfrentarlos y ellos salieron corriendo de la plaza; desde ese día todos vivimos amenazados”, recordó Héctor.
Sin importar la edad, los “abuelitos” del movimiento vigilan el campamento que instaló el grupo de autodefensa en la explanada de la presidencia municipal, otros también participan en las distintas barricadas.
“Nos da mucho gusto que nos acompañen; los ‘abuelos’ duermen junto a nosotros en los colchones que colocamos en la explanada, otros vigilan sentados, pero lo más importante es que ellos nos enseñan que tenemos que esforzarnos todos los días para heredarles un mejor país a nuestros hijos”, aseguró Héctor.
“Estamos hasta la madre del crimen organizado, estamos hartos de tanta injusticia, asesinatos, extorsiones, violaciones y robos”, expresó Claudio Villa Gracia, de 65 años.
“En nuestro grupo hay gente de todas las edades: adolescentes, hombres, señoras y personas de la tercera edad que no le tienen miedo a los criminales y agarran las armas, como todos nosotros”, dijo Héctor Cepeda Navarrete, líder de las autodefensas en Coahuayana.
Todos “los abuelitos comunitarios” fueron víctimas del grupo criminal, algunos perdieron a sus hijos y otros a sus nietos o sobrinos. Acusan que los sicarios extorsionaron, golpearon, mataron o desaparecieron a sus seres queridos.
“Los abuelitos del movimiento ya no tenemos miedo porque de todos modos ya nos vamos a morir y más vale perder la vida luchando”, afirmó Marcelino Martínez Mendoza, de 82 años.
Algunos portan chalecos antibalas y escopetas, otros solo cargan pistolas, pero todos aseguraron que a pesar de las críticas ellos tienen la playera de la autodefensa bien puesta.
“Mis nietos me regañan, me dicen que no participe porque ya estoy viejo, pero yo les respondo que lo estoy haciendo por ellos”, narró Marcelino.
Desde que se creó la autodefensa en Coahuayana, los habitantes se percataron de que son cada vez más los viejitos que se suman a estos grupos, algunos con armas y otros solo con apoyo económico y moral.
“Los jóvenes nos tratan muy bien, nos ven como personas de mucho respeto y a nosotros nos gusta acompañarlos en los operativos porque sentimos que les damos valor”, confesó Claudio.
El movimiento civil armado nació el pasado 13 de enero en Coahuayana. Ese día, el grupo criminal asesinó a Julio Cepeda, uno de los vecinos más queridos del pueblo, lo que provocó que un grupo de más de 100 habitantes se armara y expulsara a los sicarios que vivían en la plaza.
“El pueblo se armó cuando mataron a mi hermano, todos fuimos a enfrentarlos y ellos salieron corriendo de la plaza; desde ese día todos vivimos amenazados”, recordó Héctor.
Sin importar la edad, los “abuelitos” del movimiento vigilan el campamento que instaló el grupo de autodefensa en la explanada de la presidencia municipal, otros también participan en las distintas barricadas.
“Nos da mucho gusto que nos acompañen; los ‘abuelos’ duermen junto a nosotros en los colchones que colocamos en la explanada, otros vigilan sentados, pero lo más importante es que ellos nos enseñan que tenemos que esforzarnos todos los días para heredarles un mejor país a nuestros hijos”, aseguró Héctor.
Fuente: Proceso| La Redacción| Milenio| MARCO ANTONIO CORONEL