martes, 20 de diciembre de 2011

PRONUNCIAMIENTO CONTRA LA VORACIDAD DE LOS PAÍSES ASIÁTICOS

Los obreros de México expresamos nuestra más profunda preocupación ante el grave deterioro de la planta productiva nacional, que ha tenido consecuencias muy negativas en las condiciones de trabajo y en los niveles de bienestar de la clase trabajadora mexicana.

Exigimos al Gobierno de la República tomar las medidas necesarias para frenar este proceso al que ya se le conoce como "desindustrialización" y que está estrechamente asociado a la desarticulación de cadenas productivas, producto de la invasión de productos manufacturados que entran al país provenientes de países con los que no tenemos tratados de libre comercio y que, en al mayoría de los casos, no juegan con las mismas reglas del mercado.

La desindustrialización es un hecho inobjetable, y lo más grave es que México no ha llegado a ser un país industrializado. La producción de manufacturas creció apenas 0.7% entre 2001 y 2010 y la participación del sector manufacturero en el PIB, de acuerdo a cifras del INEGI, ha caído casi 3 puntos en ses mismo lapso. Como consecuencia, se han perdido 700 mil empleos formales en esta década perdida, mismos que han contribuido a que la tasa de desocupación en México sea hoy de casi 5%, afectando particularmente a jóvenes y mujeres. Ha aumentado, además, la precariedad del empleo y la pobreza vinculada al mercado laboral: más de 3 millones de trabajadores mexicanos no perciben remuneraciones, más de 6 millones reciben hasta un salario mínimo o menos, más de 30 millones no cuentan con acceso a la salud y más de 13 millones se ocupa en la economía informal.
Para enfrentar esta grave situación, es urgente que México defina y ejecute una nueva política industrial, basada en el fomento a la innovación y la productividad para detonar crecimiento, competitividad, desarrollo y empleos bien remunerados en nuestro país.

Es absolutamente necesario revisar la política arancelaria y de cuotas a las distintas importaciones, sobre todo las que se aplican a países que claramente no compiten bajo las mismas reglas. No se trata de volver al proteccionismo, sino de competir en el marco del libre comercio, con equidad de condiciones.

Es por ello que los trabajadores de México nos sumamos al reclamo que han realizado diversos sectores industriales -como los del calzado, acero, en uso de sus facultades y de acuerdo con las prácticas y de la reglamentación internacional, imponga cuotas arancelarias hasta un 35% a todos los productos manufacturados que ingresen al país provenientes de aquellos países con los que no tenemos tratados comerciales, como una primera medida que establezca condiciones propicias para un diálogo entre los poderes políticos, sindicatos, académicos y organizaciones del sector privado, a partir del cual se diseñe una agenda para el desarrollo de la manufactura nacional.

Esto es perfectamente legal y posible de acuerdo a la reglamentación internacional de la OMC.

La generación de empleos no pueden atender a tiempos electorales, por lo cual esta demanda no puede esperar a la elección de un nuevo gobierno. Se necesita actuar con eficacia y pronto.

Por ello, los trabajadores nos unimos al reclamo del sector privado y al pronunciamiento aprobado por la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados el pasado 29 de noviembre para exigir al gobierno mexicano:

1.- Detener de inmediato la apertura unilateral y desventajosa hacia aquellos países con los que no tenemos tratados como una primera señal para reconducir la relación comercial con esos países.

2.- Actuar más activamente en el marco internacional y desarrollar una agenda de colaboración inteligente con China que abra oportunidades para el mercado laboral mexicano.

3.- Establecer una mesa de trabajo entre los sectores productivos: empresarios y trabajadores, con los Poderes Ejecutivo y Legislativo, que conduzca a una propuesta de desarrollo industrial conforme a las nuevas circunstancias que exigen México y el mundo.

Este es un tema que hoy una a los mexicanos. Así lo demuestran las distintas resoluciones aprobadas recientemente en el Congreso de la Unión, y que han sido apoyadas por todas las fuerzas políticas.

¡Es hora de que el gobierno de la República atienda con eficacia y contundencia el llamado de la sociedad!






Fuente: Reforma