Quizá el haber sido trabajadores electricistas del SME y ahora jubilados de nuestra querida empresa, Luz y Fuerza, nos haya dotado de una sensibilidad especial que nos ha preservado del horror, auspiciado por el gobierno en turno, de acostumbrarnos a la muerte.
Es frecuente que en los encabezados de los periódicos se den cifras de ciudadanos muertos producto de “la lucha contra el narco”, como si el número de muertos cotidianos debiera ser algo tan común como la información del estado del clima. Nosotros rechazamos el “acostumbrarnos” o aceptar esta situación. Mucho menos podemos aceptar otro horror similar, también “producto de la justicia y en beneficio del pueblo de México”.
Nos referimos a la muerte de trabajadores de CFE (¿?) al desempeñar labores de alto riesgo en líneas energizadas. El 22 de diciembre, cerca de las 16 horas, el tráfico en la lateral del Periférico Norte, muy cerca de la avenida Primero de Mayo (Naucalpan), en el lado que corre de norte a sur, el tráfico de pronto se volvió más caótico que de costumbre: tres automóviles particulares se abrían paso entre el tráfico apoyados por el sonido de sus sirenas para llegar a un punto en el que un electricista pendía sin vida de un poste de energía eléctrica, ante la desesperación de sus compañeros que intentaban bajarlo. Otro muerto anónimo, una terrible demostración del daño por desmantelar estúpidamente el mejor sistema de seguridad y salud de México, el que había en el SME-LFC. ¿Por qué no se hace un “recuento” de estas vidas perdidas como un “logro más de la Presidencia”? Queremos pensar que sin duda cientos de voces indignadas se unirán a las nuestras para exigir que cesen este tipo de muertes que pueden y deben ser evitadas con severas normas de seguridad y, sobre todo, resolviendo de fondo el conflicto con el SME, retornando a su fuente de trabajo a trabajadores capacitados y experimentados, de donde fueron despojados impunemente, quienes en otras circunstancias seguramente habrían sido solidarios como ahora lo estamos siendo nosotros. Aquí dejamos un e-mail por si los familiares o compañeros del trabajador fallecido desean apoyo o asesoría: franciscojcarrillo@hotmail.com
Claudia Irene Magos Rivera (No. LFC 57589), Francisco Javier Carrillo Soberón (No. LFC 43653). Comité Nacional de Estudios de la Energía AC, www.cnee-sur.net
Fuente: La Jornada