lunes, 19 de diciembre de 2011

Aguirre Rivero propone que civiles coadyuven en el caso Ayotzinapa

Javier Sicilia, Emilio Álvarez Icaza, Clara Jusidman y Javier Morlett podrían participar

El gobernador perredista dice no ser tan ingenuo como para descartar que la investigación de la PGR estará al margen de intereses políticos

El objetivo es borrar su imagen de represor
Chilpancingo, Gro. Ángel Aguirre Rivero, gobernador de Guerrero, quiere borrar la imagen de “represor” que le dejó el violento desalojo de los estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa el pasado lunes 12. Para ello, propone “la creación de una comisión ciudadana que coadyuve a la transparencia y la justicia en el caso”.

Dice, en entrevista con este diario, que no caerá en la “ingenuidad” de pensar que la investigación, en manos de la Procuraduría General de la República (PGR), será ajena a las presiones de estos tiempos electorales, pero asegura que hay suficientes evidencia para que “muy pronto” se sepa quiénes fueron los responsables de los asesinatos de Gabriel de Jesús y Alexis Herrera.

–Con la PGR a cargo y la posibilidad de que el gobierno federal “administre” los resultados de la investigación, ¿cuál sería el papel de esta comisión?

–De hecho, la procuraduría del estado sigue haciendo la parte que le corresponde. Sería una comisión que pueda garantizar la transparencia de las investigaciones. Figuras como Javier Sicilia, Emilio Álvarez Icaza, Clara Jusidman, Javier Morlett, gente que ha venido trabajando en ese movimiento, que cuenta con gran prestigio y gran autoridad. Y quizá algún destacado paisano, como el rector de la Universidad Autónoma de Guerrero.

–¿Se los ha propuesto?

–Se los he insinuado a algunos de ellos. Con el señor Sicilia no he tenido la oportunidad de hablar. En principio me han dicho que lo van a analizar. Tengo fe en que aceptarán.

–¿Cuáles serían sus alcances?

–No lo sé. Pero el propósito central es que ellos estén de cerca, que conozcan todos los procedimientos que se están siguiendo. Y que obviamente eso nos permita tener más elementos para determinar dónde estuvieron las responsabilidades. Creo que marcaría un hito en la historia, nunca se ha dado. Sería la primera vez que un gobierno propone que una comisión ciudadana de esas características se convierta en coadyuvante. Para no entrar en un terreno de confrontaciones con el gobierno federal, voy a comunicárselo al secretario de Gobernación, Alejandro Poiré, y ojalá ellos pudieran verla con buenos ojos.

–¿Confía en que la investigación que la PGR lleva a cabo será imparcial, ajena al cálculo político de estos tiempos electorales?

–Conozco a la maestra Marisela Morales, sé que es una mujer seria, honesta, vertical, por eso solicité que el caso fuera atraído por la PGR, con la coadyuvancia nuestra. Usted lo acaba de decir, no caeremos en la ingenuidad, estamos inmersos ya en un proceso electoral. Hoy el PRD sólo gobierna dos entidades.

–Inmersos en ese proceso, ¿puede pensarse que la comisión que propone es una estrategia para lavarse la cara?

–No, porque le aseguro que señores como Sicilia o Álvarez Icaza no se prestarían a un juego de esa naturaleza, ni mucho menos van a ser comparsas de un gobierno. Insisto, la autoridad moral que ellos tienen no está en tela de juicio. No propongo a mis cuates. Nunca en mi vida he tenido la oportunidad de saludar a Sicilia.

Le llueve al gobernador Aguirre. Al caso de Ayotzinapa se suma el secuestro de los ecologistas Eva Alarcón y Marcial Bautista, un caso en el que, afirma, hay una estrecha colaboración con el gobierno federal: “Estamos trabajando para que puedan regresar muy pronto con vida. Este caso se conjuga con Ayotzinapa y en ambos espero, como la sociedad, que se tengan resultados muy pronto. Ahí es donde debemos perseverar y así se lo he dicho a la procuradora Morales. Le he reiterado que les daremos cualquier información y colaboración sin ninguna reserva.

–Vienen las fiestas. ¿Habrá resultados antes?

–Espero que sí. Por lo pronto, la PGR y nosotros tenemos que informar cuántos detenidos hay, a quiénes se procesó, a quiénes se hizo la prueba de radizonato, cuáles fueron los resultados, ya hay muchos elementos.

–Le devuelvo la pregunta que hizo el pasado miércoles: ¿quién está interesado en desestabilizar su gobierno?

–Ante una situación así, pudimos observar en uno de los videos, cómo hay una persona que incita a los jóvenes a que participen, hubo gente extraña, que no eran estudiantes de la normal.

–Siempre los acompañan personas de organizaciones sociales, también son conocidos de ustedes.

–Puede ser. Pero si hubo disparos de tal o cual policía, de dónde vino la orden, si la instrucción precisa fue que nadie fuera armado.

–¿Qué hacían ahí los agentes ministeriales armados?

–Acudieron en auxilio. Se publicó una secuencia de fotos donde se observa a un hombre con camiseta a rayas. Yo llamo al entonces procurador y le pregunto si forma parte de la PGJE, y me dice que sí y que estaba franco… Él dice que este grupo llega después de que acontecieron los hechos (cuando ya los estudiantes habían sido asesinados). Iba incluso un grupo que les llaman “académicos”, que están en el proceso para ser ministeriales y son algunos a los que se les reparten armas. Él (Alberto López Rosas, el procurador cesado) afirma, no yo, que si bien es cierto que se parapetan y se ve claramente como apuntan, él dice que los peritajes van a demostrar que no se produjo por esa vía la muerte de los estudiantes.

–¿Por qué se echaron la bolita entre el gobierno federal y el suyo?

–Fue un error que no debió suceder. Lo que debe prevalecer es una actitud madura, serena y que sean las instancias, la PGR, con la coadyuvancia de la procuraduría estatal, las comisiones de derechos humanos, las que hagan los deslindes. He pedido a la CNDH que se involucre más. Eso dará más limpieza y transparencia al proceso.
–¿Está entre dos fuegos? ¿Entre la revancha del PRI y el cálculo electoral del PAN?

–Sería aventurado hacer esas especulaciones. No dejo de reconocer que esos elementos existen, pero no tengo la información suficiente en este momento para hacer una apreciación de esa naturaleza.

La primera respuesta del gobierno de Ángel Aguirre, tras dos estudiantes muertos, seis heridos, decenas de golpeados y 24 detenidos, fue un boletín de prensa. El gobierno de Guerrero entró luego en un pozo de contradicciones donde lo mismo cupo un video que supuestamente probaba la responsabilidad de la Policía Federal que la “muerte” del empleado de una gasolinería que resultó gravemente herido, y sigue con vida. Después, el gobernador declaró –y lo ha repetido una y otra vez– que él nunca ordenó disparar. Pero cuando se le pregunta cuál fue exactamente la orden que dio prefiere ir “al contexto” y hace un extenso relato que va de su relación con los estudiantes de la normal de Ayotzinapa a su pasado político.

De entrada, hace una “separación tajante” de la represión del pasado lunes 12 y la matanza de Aguas Blancas. “Yo ni era funcionario ni tuve absolutamente nada que ver. Puede revisar mi historia. Nunca he cometido un acto represivo ni mucho menos me he manchado las manos de sangre. Ciertamente se habla de que en mi etapa como gobernador interino se dio un hecho…

–El Charco.

–Sí. Ahora que se construye la comisión de la verdad en Guerrero, yo mismo he sugerido que se evalúen y se investiguen todos los casos. Por ahí surgió una voz que decía que el gobernador se oponía a que se incluyan los casos de Aguas Blancas y El Charco. No es así.

–Durante su periodo sí hubo un par de desalojos violentos de los estudiantes de Ayotzinapa (1998), sin muertos.

–Porque siempre he instruido que cuando se den ese tipo de situaciones se acuda sin armas, sin nada que ponga en riesgo la vida de cualquier manifestante. De ahí, que se recuerde, yo nunca participé en ningún hecho de esa naturaleza.

Dicho lo anterior, el gobernador hace un recuento de su relación con los estudiantes de Ayotzinapa, de las demandas que atendió, de su visita a la escuela y se refiere también al tema del nombramiento del director, asunto por el cual los docentes dejaron sin clases a los normalistas desde hace más de dos meses.

El atorón en ese punto motivó la escalada en la movilización estudiantil que derivó en el bloqueo del lunes 12.

–¿Quién le informa al gobernador? Porque esta semana se han visto muchas contradicciones de su gobierno. Dio por muerto dos veces al herido de la gasolinera, por ejemplo.

–Hago un mea culpa. Reconozco que se han cometido errores, soy el primero. Detalles como el que señala. Estaba dando una conferencia, me pasan una tarjeta que dice que acababa de morir el señor de la gasolinera, y resulta que vive. ¿Cómo se muestra ante la opinión pública el gobierno? Pues: “Pinche gobernador, ni siquiera está enterado de lo que sucede”. Eso habla de la gran irresponsabilidad… O que alguien agarre monte y se ponga a repartir un video. ¿Cuál es el propósito? ¿Querer demostrar que los responsables fueron los otros? Eso no ayuda en nada. Y lo que propició fue que la relación entre el gobierno federal y nosotros se hiciera ríspida. Afortunadamente prevaleció la madurez de los funcionarios y del gobernador para corregir. De las dos partes, ¿eh?, de las dos.

–Se calmó la furia de Genaro García Luna.

–García Luna, acuérdese, manda el gráfico aquel para decir “no, fueron ellos”. Creo que eso no ayuda en nada, sobre todo en un momento tan crítico. Las instituciones debemos estar muy unidas, con ese mecanismo de transparencia ahí se determine quiénes fueron. Porque nos podemos volver a equivocar. Y yo estoy resuelto a no volver a equivocarme.

En ese afán, Aguirre informa: “Ahora mismo, el ex procurador dio una conferencia, que a mí no me consultó. No tiene por qué, pues ya no es mi colaborador, pero tuvimos que emitir un boletín deslindándonos de las declaraciones que a título personal hizo el licenciado Alberto López Rosas. Si no lo hacemos, la lectura allá (en el centro) es que el gobernador le está dando alas. Y no, a mí ni siquiera me informó que iba a dar esa conferencia.

–¿Usted está haciendo un gobierno de izquierda?

–Desde un principio dije que así sería. A quienes me postularon los veo de frente y a los ojos. Me han querido poner motes de que soy un priísta represor y embozado, que sólo utilicé a la coalición para llegar otra vez a la gubernatura. Pero no soy gobernador sólo porque sí, sino porque tengo mucha claridad de lo que tenemos que hacer en Guerrero.

Este domingo, antes de la entrevista, el gobernador participó brevemente en el Paseo del Pendón, una fiesta de danzas regionales, placeo político y mucho mezcal.

Una señora de clase media le aplaude y apenas se adelanta unos pasos grita: “No somos uno, no somos 100, ¡muera Ayotzinapa!”

–¿Está de acuerdo con lo que sucedió con los estudiantes? –se le pregunta.

La respuesta corre a cargo de su hija, que está atrás de ella: “¡Queremos que el gobernador eche una bomba en la normal y se mueran todos!”

Aguirre dice que actuar contra la normal sería “incompatible” con el “especial acento en lo social” de su gobierno: “tengo la pretensión de fortalecer Ayotzinapa, no, quiero que sea única, que la podamos presumir”.




Fuente: La Jornada