Ha venido ocurriendo desde hace mucho tiempo y el gobierno lo sabe: Espinosa y Sota
El gobierno de México conoce la presencia de agentes de la DEA (agencia antidrogas estadunidense) en territorio nacional. “Este no es un tema nuevo, ha venido ocurriendo desde hace mucho tiempo”. Estas personas participan en varios esquemas de cooperación y su número y ubicación es un tema reservado por causas de seguridad, señaló ayer la secretaria de Relaciones Exteriores (SRE), Patricia Espinosa Cantellano.
La canciller y la vocera del gobierno mexicano, Alejandra Sota Mirafuentes, ofrecieron ayer por la tarde una conferencia de prensa conjunta, donde abordaron lo concerniente a la información publicada por el diario The New York Times respecto de la presencia en México de estos agentes estadunidenses.
Sobre el particular, ambas funcionarias señalaron que la actividad de estos agentes extranjeros en nuestro país se ciñe a una serie de reglas e incluso tienen prohibido realizar actividades reservadas a las autoridades mexicanas.
Responsabilidad compartida
En su turno, Alejandra Sota indicó que todas las acciones de cooperación e intercambio de información entre México y Estados Unidos se han basado siempre en los principios de responsabilidad compartida y el respeto estricto de la jurisdicción de cada país, por lo que “toda esta cooperación es y ha sido plenamente respetuosa del marco jurídico mexicano, incluyendo las llamadas reglas del 92, los acuerdos bilaterales en vigor”.
La embajada de Estados Unidos, dijo la vocera, ha reiterado que no se ha realizado ninguna acción por parte del gobierno de Washington, sin el respeto pleno a la soberanía mexicana y a la legislación de nuestro país.
La canciller Espinosa insistió en que la presencia de agentes de la DEA en México “no es algo nuevo, ha venido ocurriendo desde hace mucho tiempo”, aunque el número y la ubicación de estas personas es un tema reservado por cuestiones de seguridad, “pero por supuesto el gobierno conoce de esa presencia y somos muy estrictos en cuidar que el marco jurídico vigente se aplique”.
Insistió en que la cooperación bilateral es indispensable dada la naturaleza del crimen organizado y los dos países tienen en este sentido marcos fuertes, robustos y maduros de cooperación en este ámbito, dijo.
Las dos funcionarias convocaron ayer a una conferencia de prensa para informar de la próxima reunión del G-20 en Cannes, Francia –donde México asumirá la presidencia de ese foro–, y sobre la participación del presidente Felipe Calderón Hinojosa en la Cumbre Iberoamericana a realizarse en Asunción, Paraguay.
Sobre la reunión del G-20, Sota indicó que México buscará avanzar en acciones para restaurar la estabilidad de los mercados, encontrar soluciones a las deudas soberanas e impulsar una economía internacional “verde” que mitigue las causas del cambio climático, entre otros puntos.
Por su parte, la canciller Espinosa dijo que en ese foro nuestro país planteará que las medidas que adopten las grandes economías de Europa y el propio Estados Unidos ante la actual crisis de inestabilidad financiera, se refieran a la reducción de sus déficits, aseguren la estabilidad en los mercados y sienten las bases para retomar el crecimiento económico. Pero sobre todo, precisó, que estas medidas tomen en cuenta los efectos negativos que podrían tener para los países en desarrollo, como México.
El petróleo
A la secretaria Espinosa se le preguntó también sobre el acuerdo que se está negociando con Estados Unidos sobre yacimientos petroleros transfronterizos, a lo que respondió que hace unos días se terminó la segunda ronda de pláticas y la tercera se llevará a cabo en Washington en unos días más; habrá otra reunión a fines de noviembre a fin de tratar de arribar a acuerdos a fin de año.
“Nos interesa a los dos países este acuerdo, porque las inversiones que se requieren son muy cuantiosas y se precisa dar un régimen jurídico que dé certeza a las empresas y que les garantice que la inversión que van a hacer les va a traer un beneficio y que no se enfrenten a una serie de litigios que obstaculicen la explotación de los yacimientos.”
Fuente: La Jornada