Modificaciones frenaron paso de la reforma constitucional; el PRI busca abrir del nuevo el tema como parte del paquete de cambios pendientes.
Ya pasaron casi cuatro años y la reforma constitucional para acotar el fuero de los servidores públicos sigue en la congeladora del Senado, porque a pesar de que las tres principales fuerzas políticas tienen el interés de legislar, la inamovilidad de sus posiciones hace imposible su avance; así, la reforma tiene interés, pero no ruta legislativa.
El PRI se mantiene en que el Presidente de la República debe contar con fuero constitucional, mientras que el PRD sostiene que ningún funcionario, ni el Presidente de la República, debe poseer la inmunidad procesal; en el PAN las posiciones están divididas, un grupo coincide plenamente con el PRD, pero el otro está de acuerdo en mantener el fuero al Presidente de la República.
Para que una reforma constitucional, como ésta dé la limitación de la inmunidad judicial, conocida coloquialmente como fuero, se necesita del consenso de estas tres fuerzas políticas, porque es preciso contar con el voto de las dos terceras partes del pleno, y estos tres partidos tienen esos votos.
El PRI se mantiene en que el Presidente de la República debe contar con fuero constitucional.
El PRD sostiene que ningún funcionario, ni el Presidente de la República, debe poseer la inmunidad procesal.
En el PAN las posiciones están divididas: un grupo coincide con el PRD, pero el otro está de acuerdo en mantener el fuero al Presidente de la República.
Ya en el pasado reciente bastaron los votos del PRI, su aliado del Partido Verde y el PAN para sacar la reforma constitucional en materia de energía; sin embargo, en esta ocasión no hay unanimidad en el interior de la bancada de los panistas.
En medio de la polémica, el 12 de marzo de 2013 llegó al Senado la minuta devuelta de la Cámara de Diputados en torno a la inmunidad de los servidores públicos, donde fueron pocos los votos que dieron la diferencia, pero con una imprecisión legislativa que llevó al PRI a asegurar que ganaron la votación por mantener el fuero presidencial, pero a la dupla PAN y PRD salió a decir que la votación la habían ganado para retirar el fuero.
Llegó al Senado acompañada de una fe de erratas, consistente en tres puntos suspensivos sobre uno de los párrafos que, de acuerdo con la minuta no fue modificado, pero que según los diputados panistas y perredistas, sí.
Eso propició que el Senado dejara pasar el tiempo en torno al tema y a casi cuatro años de distancia todavía no hay definición.
Gamboa anunció que su fuerza política quiere abrir el tema, como parte del paquete de cambios pendientes.
El problema es que de acuerdo con las reglas del llamado diálogo parlamentario –así se llama al ir y venir de las minutas entre una Cámara y otra, por los cambios que tiene—está en su último paso; es decir, fue propuesta y votada en la Cámara de Diputados; el Senado la modificó y la regresó a San Lázaro y éste la cambió y la mandó al Senado.
La regla establece que si el Senado la rechaza, tendrá que pasar un año para que el tema pueda volverse a presentar; si el Senado acepta los términos de la minuta, entonces sale a su recorrido en los Congresos estatales, que conforman el Constituyente Permanente.
Emilio Gamboa, coordinador de los senadores del PRI, anunció que su fuerza política quiere abrir nuevamente el tema, como parte del paquete de cambios pendientes, derivados de las nuevas reglas anticorrupción, pero insistió en que la posición es la misma: el Presidente de la República debe mantener la inmunidad constitucional.
Fuente: Excelsior