Pobladores y miembros de grupos de autodefensa indígenas de tres pueblos en el municipio de Aquila, Michoacán, mantienen un bloqueo desde el miércoles pasado a un campamento de la Marina Armada de México, en protesta porque la institución les aseguró armamento que utilizan para contener al crimen organizado en la zona, una de las más peligrosas del país.
Cerca de cien elementos de la Marina no han podido abandonar las instalaciones, dijo el comandante nahua Semeí Verdía en entrevista con medios nacionales. El Alcalde, Juan Hernández, confirmó que los habitantes de Aquila se niegan a negociar en tanto que las fuerzas federales no les entreguen las armas.
“El conflicto es por un desarme que se dio con las autodefensas que hay en [la comunidad de] La Placita. Los pobladores piden que les devuelvan las armas”, dijo el President municipal al diario Reforma. El líder comunitario, Semeí Verdía, dijo a El Universal: “Este desarme significa de qué lado está el gobierno, que no está con el pueblo sino con la delincuencia”. Verdía firmó el acuerdo del 27 de enero entre el gobierno federal y el Consejo General de Autodefensas y Comunitarios. Es decir, es un “comandante legalizado”.
El campamento de la Marina se instaló desde hace dos años. Pretende servir de muro de contención de los grupos criminales que se mueven entre Michoacán y Colima. Los medios locales dicen que se trata de un bloqueo de cerca de mil 500 personas, entre ciudadanos y miembros de las autodefensas civiles. Informes indican que 14 elementos de la Policía Comunitaria de tres pueblos fueron desarmados, justo en una región en la que operan varias fuerzas del crimen organizado: Los Caballeros Templarios y el Cártel Jalisco Nueva Generación.
El comandante nahua Semeí Verdía pertenece a la comunidad de Ostula. Verdía dijo que los policías indígenas residentes de La Placita, ubicada a unos 40 minutos de Ostula, corre peligro, “pues han recibido amenazas de los criminales de que los van a despedazar”.
Fuente: Sin Embargo | La Redacción