Presentan estudio investigadores de la Universidad Veracruzana
El 76 por ciento de las familias de los estudiantes indígenas universitarios viven con ingresos de menos de mil pesos hasta 3 mil pesos mensuales, por lo que las condiciones de estudio de estos alumnos son extremadamente adversas, pues 66 por ciento no cuentan con una enciclopedia o diccionario propio, 82 por ciento carecen de computadora y 93 por ciento no tienen libros especializados.
Pese a estas circunstancias, los universitarios indígenas se distinguen por un desempeño académico alto: 72.03 por ciento han obtenido un promedio de calificaciones entre 8 y 10. Sin embargo, sólo 49.45 por ciento han contado con alguna beca durante su formación profesional, de acuerdo con una muestra aplicada a mil 98 alumnos provenientes de los pueblos originarios, matriculados en la Universidad Veracruzana (UV).
Los resultados de la investigación Trayectoria y experiencia escolar de los estudiantes indígenas de la UV, desarrollada de 2007 a 2011, que fueron presentados por los investigadores Miguel Ángel Casillas Alvarado, Jessica Badillo Guzmán y Verónica Ortiz Méndez en el marco del undécimo Congreso Nacional de Investigación Educativa, organizado por el Consejo Mexicano de Investigación Educativa (Comie), dan cuenta no sólo de la enorme pobreza y vulnerabilidad en la que estos jóvenes asisten a la educación superior, sino de la “lucha y perseverancia” con la que se desenvuelven.
El 64.2 por ciento de las familias de estos alumnos de la UV carecen de drenaje, 46.3 por ciento no cuentan con alumbrado público, 55 por ciento no tienen cuarto propio para dormir, 73 por ciento no poseen teléfono, 46.3 no tienen alumbrado público. En esa medida, el acceso a ciertos bienes educativos o culturales es casi nulo.
Apenas 1.5 por ciento de los hogares tienen una suscripción a una revista o periódico, 5.2 cuentan con Internet y 3.82 por ciento ve televisión por cable, si bien 89.8 de las familias de dichos estudiantes tienen televisor.
En cuanto a los ingresos, 22.68 por ciento de las familias obtienen menos de mil pesos mensuales; 31.6 por ciento cuentan con recursos que van de mil a 2 mil pesos y 21.6 por ciento, de 2 mil a 3 mil pesos al mes. A partir de ahí, el porcentaje de los que ganan un poco más va en picada. Por ejemplo, apenas 3.9 por ciento de los hogares tienen ingresos de 4 mil a 5 mil pesos al mes, 1.5 por ciento, de 6 mil a 7 mil, y 0.5 por ciento, de 12 mil 500 a 15 mil.
Pocos de los alumnos indígenas en el nivel profesional acceden a algunos recursos educativos. Apenas 17.8 por ciento tienen computadora; sin embargo, sólo 6.73 por ciento cuentan con Internet y 53 por ciento disponen de una mesa de trabajo.
En razón de la precariedad económica, los alumnos indígenas de la UV se ven obligados a tener empleo. El 22.7 por ciento trabajan y reciben una remuneración, aunque los investigadores destacan que comúnmente realizan actividades de la vida familiar y comunitaria, como ayudar en la siembra, cuidar a hermanos menores o participar en la organización de un acto comunitario.
Los días que dedican a su empleo “son predominantemente sábado y domingo, aunque de lunes a viernes también hay actividad laboral”, expresan.
Los coordinadores de este estudio concluyen, entre otros puntos, que las instituciones de educación superior deben procurar mecanismos para el conocimiento de sus poblaciones estudiantiles, sobre todo de las más vulnerables, como los indígenas, con el propósito de contar con bases suficientes para desarrollar políticas de atención.
Fuente: La Jornada