jueves, 7 de abril de 2011

Repudio nacional a Felipe Calderón

Pese a que cada crítica, cada señalamiento sobre la situación que impera en el ramo de la seguridad, van fuertemente soportados con pruebas, con información veraz, sin exageraciones, con el ánimo siempre presente de que se detenga esa “guerra” que ya se ha convertido en toda una masacre al contabilizarse cerca de 40 mil muertos, y que se busque la o las estrategias idóneas para enfrentar a la delincuencia organizada en todas sus ramificaciones, Felipe Calderón permanece sordo y sólo atiende las lisonjas que, paradójicamente, le envían quienes, con el brutal consumo de estupefacientes que se tiene en su país, le brindan. Sin embargo, las grandes marchas de este día realizadas no solo dentro del país sino en el extranjero deben darle una clara señal de las grandes equivocaciones que se han cometido en este renglón.


De Norte a Sur en el país se escucharon los gritos de “no más sangre”, “no más violencia”, “no más impunidad”, que surgieron de miles y miles de gargantas a las que los calderonistas y, particularmente, Genaro García Luna, no pueden acusar de estar en contubernio con las mafias para, a través de la solicitud de que se detengan los asesinatos, frenar la guerra contra la delincuencia.


Esos llamados surgen de quienes han sido víctimas directas no tanto de los delincuentes como de los errores tácticos y hasta humanos de aquellos a quienes se les entrega la encomienda de garantizar la seguridad y para lo cual se les pagan salarios millonarios y lo injustificable: sobreprotegemos sus personas y sus patrimonios cuando las víctimas que estamos inermes seguimos en plena desnudez, nos hemos convertido en el blanco preferido de unos y otros.


Y el llamado para que se termine las violencia y se restablezca la paz social en México ha estado presente ayer en Barcelona, España; en Nueva York, Estados Unidos; en París, Francia y en Buenos Aires, Argentina.


También en esas tierras seguían con gran atención lo que ocurría en México, tanto en las marchas llevadas a cabo en una treintena de ciudades importantes, como en la reunión que por la mañana sostuvieron Felipe Calderón y el poeta Javier Sicilia, quien en días anteriores señaló la diferencia entre su protesta y actuación y la que han tenido y asumido en el pasado reciente quienes también perdieron a sus vástagos pero terminaron devorados por la seducción del poder y la vorágine de la fama que proporcionan los medios electrónicos.


El escritor convirtió a la ciudad de la eterna primavera, a Cuernavaca, Morelos, en el epicentro de la movilización ciudadana en contra de la inseguridad y al respecto aseguró que este tema se ha convertido en una emergencia nacional y en una exigencia para las autoridades y para todos los involucrados, incluyendo a las mafias.


Es tiempo, dijo, de parar esta guerra “muy mal planeada, muy mal hecha, muy mal conducida contra los cárteles del narcotráfico”. El poeta encabezó la marcha contra la violencia y las manifestaciones de protesta por la guerra contra el narcotráfico que fueron replicadas en ciudades de al menos 21 estados de nuestro país.


Con lagrimas en los ojos, consternado, encabezó a al menos 10 mil ciudadanos mexicanos y de otras partes del mundo, con los brazos enlazados con dos de las madres de los siete jóvenes asesinados en Temixco, Morelos. Los marchistas, vestidos de blanco, corearon “Ni un muerto mas”, “No más violencia”, “Justicia, justicia, justicia”, “No están solos”, “No más sangre”, y exigieron el esclarecimiento del homicidio de siete jóvenes en el municipio de Temixco, que el pasado 28 de marzo se sumaron a los más de 35 mil reconocidos oficialmente como homicidios relacionados con el combate al crimen organizado.


El contingente que salió de la Glorieta de la Paloma de la Paz con rumbo al Zócalo de Cuernavaca encabezado por el poeta se nutrió de activistas sociales, defensores de derechos humanos de Juárez y padres de familia de la Guardería ABC de Sonora. Al arribar a la Procuraduría de Morelos, en donde se sumaron artistas como Edgard James Olmos, la bailarina Martha Ketchum y los cineastas Francesco Taboada y Oscar Menéndez, Sicilia pidió al procurador de Morelos que el dolor de las muertes como la de su hijo no debe servir para sembrar el odio. Por la mañana, en la residencia oficial de Los Pinos, Sicilia se reunió por espacio de dos horas con Felipe Calderón, quien según la versión del poeta, le ofreció sus condolencias, le aseguró “estar en la mejor disposición de ayudarlo” y se comprometió a encontrar a los responsables, a lo que Sicilia dijo: “ahora vamos a ver los resultados”.


Javier Sicilia, en pleno zócalo morelense, anunció un plantón en ese punto que mantendrá hasta el lunes 11 de abril, día que fijó como plazo para que las autoridades que encabeza el gobernador panista Marco Antonio Adame, esclarezcan el crimen de su hijo y de otros seis jóvenes. “Ese es el plazo que les damos… para que frente a nosotros, frente al pueblo de Morelos, que convocamos para este día aquí, presenten ante la justicia a los asesinos de nuestros hijos y a sus cómplices”. Advirtió que si no se presentan a los asesinos exigirá la renuncia del gobernador.


MOVILIZACIÓN NACIONAL


La Marcha por la paz se escenificó en ciudades de al menos 21 Estados de la República. En la capital del país, miles de ciudadanos se lanzaron a las calles al grito de “No más muertos” y “Fuera Calderón” para exigir un cambio en la estrategia de combate al crimen organizado y en repudio a las decenas de muertos, producto de una “guerra mal hecha”•.


Los manifestantes, hartos de sangre, muertos y violencia, se concentraron en la entrada de Bellas Artes y se trasladaron hacia el Zócalo, portando volantes y mantas manchadas de tinta roja que representa el reguero del vital liquido que ha dejado la muerte de las víctimas de la violencia y el crimen organizado en México, y que sostenían que “Estamos hasta la madre. Ni uno más”, “No a la guerra.


Estamos hasta la madre de impunidad, corrupción y sangre. Ya basta de secuestros. Indiferencia es complicidad”, “Violencia contra violencia no es justicia”; “Más poesía, menos policía” o “La indiferencia también es delincuencia”.


También portaron flores blancas e hicieron el signo de “amor y paz” con las manos. A los contingentes entre los que se vio a políticos como el senador perredista Pablo Gómez, o la actriz Daniela Jiménez Cacho, se unieron organizaciones como el Sindicato Mexicano de Electricistas, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y Antorcha Campesina, además de estudiantes de distintas universidades y preparatorias. Alrededor de las 18 horas, ocuparon la plancha de la Plaza de la Constitución y leyeron la carta abierta de Javier Sicilia. Parar los “daños colatelares” de la violencia que registra la región y el país exigieron en Monterrey, Nuevo León, cientos de personas que se manifestaron frente al Palacio de Gobierno estatal para demandar a las autoridades seguridad y justicia para los ciudadanos.


Exigieron justicia por los tres estudiantes de la Universidad Autónoma de Nuevo León, que han caído en eventos relacionados con la delincuencia organizada en los últimos seis meses.


En la entidad gobernada por Rodrigo Medina, en las últimas horas se vivió otra jornada violenta relacionada con el narcotráfico en donde perdieron la vida trece personas, entre ellas una estudiante de octavo semestre de Psicología de la Universidad Autónoma de Nuevo León, quien fue arrollada por un elemento de la policía regia, en su vano intento por escapar de un grupo de sicarios.


Los manifestantes pidieron a la ciudadanía que tomen acciones para recuperar la seguridad en la ciudad y no dejar todo en manos de las autoridades. Uno de los organizadores de la marcha sentenció: “Ya basta, cada vez que haya un muerto saldremos a las calles para pedir que mejor renuncien si no pueden con su función”.


“Estamos hasta la madre” corearon más de 3 mil manifestantes que marcharon por las calles del Centro Histórico de la capital del Estado de Chihuahua. Activistas de por lo menos 50 organizaciones feministas y de derechos humanos cercaron el palacio de gobierno estatal y avanzaron hacia la Plaza de Armas, para gritar su repudio a la violencia y a la guerra detonada por Felipe Calderón, que ha causado miles de “bajas colaterales”.


Fue una manifestación de hartazgo de la ciudadanía que ha visto vulnerada su seguridad durante los últimos tres años. La movilización se caracterizó por los cantos de temas pacifistas. “Torreón no es un cuartel, fuera ejército de él”, y “No más muertes”, gritaron cientos de laguneros que marcharon por la paz vestidos de blanco.


Los coahuilenses se concentraron en la Fuente El Pensador, de la Alameda Zaragoza, dieron una vuelta a la misma y clamaron el cese a la violencia. Una mujer dio lectura a lectura al escrito del poeta Javier Sicilia. “No más sangre”, “No más muertes”, “El Pueblo Unido, sin muertos ni asesinos”, demandaron las pancartas que portaban cientos de personas que marcharon en la capital de San Luis Potosí y que exigieron al gobierno de Felipe Calderón detener las miles de muertes violentas, así como la denominada lucha contra el narcotráfico.


Los inconformes partieron del monumento a la Caja del Agua, ubicada sobre la Calzada de Guadalupe y recorrieron el pasaje Zaragoza en el Centro Histórico, hasta llegar a Plaza del Carme. Ahí, donde destacó la figura de Concepción Calvillo, viuda del luchador social Salvador Nava, se concentraron organizaciones como Pro San Luis Ecológico, Frente Amplio Opositor a Minera San Javier, Colegio de San Luis, Nueva Luna. “No más muertes”, “No a la guerra de Calderón”, “No más violencia”, exigieron cientos de personas que iniciaron un plantón a favor de la paz en el país en la colonial Guanajuato. Portaban ropa blanca, un clavel rojo y pancartas. Ahí, también Maricela Cano, integrante de la manifestación, leyó un escrito evocando el pronunciamiento de Javier Sicilia: “estamos hasta la madre de tanta violencia, le pedimos a (Felipe) Calderón que acabe con esta guerra que cobra como víctimas a personas inocentes. Pedimos paz, pedimos no más muertes”.


Los guanajuatenses encendieron velas en al plaza de la Paz, en memoria de los inocentes caídos en la lucha contra el narcotráfico. También en la histórica Querétaro, capital del estado del mismo nombre, cientos de personas vestidas igualmente de blanco, se unieron a la Marcha por la Paz y la Justicia, encendieron veladoras como símbolo de su reclamo, llamaron a la población a hacer sentir su palabra y pidieron a los gobernantes hacer su trabajo, como lo señaló con precisión Alfonso Miranda, integrante de la Red por la Paz y la Justicia.


Los marchistas recorrieron las principales calles del Centro Histórico, desde la Plaza de la Independencia para continuar por las calles de Pasteur, 16 de Septiembre y concluir en el Jardín Guerrero. “No más sangre” fue la exigencia de miles de veracruzanos que portando cartulinas blancas manchadas de rojo, salieron de la Facultad de Economía de la Universidad Veracruzana hacia el primer cuadro de la ciudad de Xalapa y ocuparon la Plaza Lerdo de Xalapa tras marchar poco más de dos kilómetros.


Frente al palacio de gobierno estatal exhibieron pancartas que demandaban “no queremos más balas, propuesta cultura y educación”, “justicia para todos” y “Ejército reivindícate con tu patria”, “No más sangre”, “Únete pueblo, únete”, “Ni un muerto más”. “¡Ya basta!” fue la exigencia en la blanca Mérida, capital del Estado de Yucatán, de cientos de personas de ambos sexos, adultos, jóvenes y niños, que se sumaron en una manifestación que partió del inicio de Paseo de Montejo, hacia la Plaza Grande de Mérida.


Portaron pancartas, cartulinas y mantas demandaron ¡No más sangre!.”. Raúl Lugo Rodríguez, líder del equipo Indignación, explicó que “nos convoca la solidaridad con Javier Sicilia y con tantos y tantos…” y señaló que “queremos decirle a todos los ciudadanos del país, a todas las autoridades y a todos los delincuentes que ya estamos hartos; que no queremos ver más hijos, hermanos, tíos, parientes, muriéndose en una guerra que no entendemos”.


Al cierre de estas líneas seguían llegando los reportes de las manifestaciones en otras ciudades de Veracruz, Durango, Chihuahua, Coahuila, Quintana Roo, Puebla, Jalisco, Michoacán, Hidalgo, Tlaxcala, Oaxaca, Colima, Aguascalientes y Sinaloa.


SOLIDARIDAD INTERNACIONAL


En el plano internacional fue manifiesto el apoyo a la causa del pueblo mexicano. En la denominada capital financiera del orbe, Nueva York, Estados Unidos, una docena de personas se manifestaron frente al consulado general para pedir un alto al crimen y la violencia causada por la guerra contra el narcotráfico en México. La marcha en calles neoyorkinas mostraron la indignación por el asesinato de Juan Francisco Sicilia, hijo del poeta mexicano Javier Sicilia, y cuatro de sus amigos.


Exigieron la investigación de los crímenes ocurridos el pasado 28 de marzo y un alto a la impunidad. Tras entregar una carta a funcionarios del consulado general de México, Violeta Vázquez-Rojas Maldonado, estudiante de la Universidad de Nueva York, explicó que “el hecho de que estemos lejos no quiere decir que no estemos preocupados por lo que pasa en nuestro país”.


También en el viejo continente, Europa, unos 150 mexicanos se congregaron en la embajada de México en Barcelona, España. En la Plaza ST. Jaume, se sumaron a las voces que exigen cese de la violencia en el país. Manifestaciones similares se registraron París, Francia y en Copenhague, Dinamarca.


En Sudamérica, en Buenos Aires, Argentina; y Santiago de Chile, Chile. En Norteamérica en Los Ángeles, Estados Unidos; Ottawa y Vancouver, Canadá.



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