“Ha creado nuevos paradigmas de protesta social en el país”
A 50 años de su fundación, Amnistía Internacional (AI) ha creado nuevos paradigmas de protesta social en México y el mundo, basados en la participación masiva de la gente, y ha incidido para denunciar los abusos de los gobiernos y las empresas, en una labor conjunta con otros colectivos civiles que se ha vuelto cada vez más necesaria.
Así lo afirmó en entrevista con La Jornada Alberto Herrera, director ejecutivo de la organización de derechos humanos, que ayer celebró sus cinco décadas de existencia, luego de su fundación en 1961 a cargo del abogado británico Peter Benenson.
“Estos 50 años han sido determinantes para las movilizaciones sociales en el mundo, y AI ha creado nuevos paradigmas de activismo, que han ido evolucionando hasta transformarse en mecanismos complejos que no sólo se abocan al tema de los presos de conciencia o la erradicación de la pena de muerte”, afirmó.
En la actualidad, Amnistía Internacional “cubre el espectro completo de los derechos humanos en 150 países”, y se ha unido con otras organizaciones para señalar la pobreza y evidenciar los abusos cometidos por gobiernos, empresas e instituciones financieras internacionales.
A pesar de todos estos cambios, explicó Herrera, el eje principal de AI sigue siendo que las transformaciones sociales más profundas serán hechas por gente común, que de forma integrada puede motivar cambios extraordinarios. “La historia no se cambia sola, no podemos pensar que ya está dada, y que somos seres pasivos frente a ella”.
En el caso particular de México –donde el organismo trabaja desde hace 40 años–, uno de los pendientes de Amnistía es crecer más, de acuerdo con la importancia del país, y de la gran necesidad que tiene éste de contar con grupos defensores de derechos humanos, estimó.
“Aunque tuvimos un crecimiento exponencial en los tres o cuatro años recientes, la situación amerita que lo hagamos con más fuerza, porque el país nos lo grita todo el tiempo. En muchos aspectos no sólo hemos tenido avances reducidos, sino que incluso se empieza a marchar en sentido contrario del que necesitamos”, como en el tema de la ley de seguridad nacional.
En la medida en que AI y otras organizaciones hagan escuchar su voz en el exterior, será posible romper el hermetismo del gobierno mexicano sobre los abusos que cotidianamente ocurren en el país, dijo Herrera, quien puso como ejemplo la visita que la indígena Valentina Rosendo ha emprendido por varios países de Europa, con el apoyo del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan.
La noche de ayer se realizó un acto de celebración en la Casa de Francia por el 50 aniversario de AI, y en él Herrera encomió los éxitos del organismo, entre ellos la abolición de la pena de muerte en decenas de países y la excarcelación de cientos de presos de conciencia, y subrayó que luego de cinco décadas hay más de tres millones de simpatizantes y adherentes de Amnistía en todo el mundo.
En la reunión estuvieron presentes Rosario Ibarra de Piedra, presidenta del Comité Eureka, y Alicia Zama, fundadora de AI Capítulo México, quienes resaltaron la fuerza que puede tener una táctica como enviar miles de cartas a gobiernos represores, ya que gracias a ello se logró sacar de prisión a una gran cantidad de activistas en todo el mundo.
Fuente: La Jornada
A 50 años de su fundación, Amnistía Internacional (AI) ha creado nuevos paradigmas de protesta social en México y el mundo, basados en la participación masiva de la gente, y ha incidido para denunciar los abusos de los gobiernos y las empresas, en una labor conjunta con otros colectivos civiles que se ha vuelto cada vez más necesaria.
Así lo afirmó en entrevista con La Jornada Alberto Herrera, director ejecutivo de la organización de derechos humanos, que ayer celebró sus cinco décadas de existencia, luego de su fundación en 1961 a cargo del abogado británico Peter Benenson.
“Estos 50 años han sido determinantes para las movilizaciones sociales en el mundo, y AI ha creado nuevos paradigmas de activismo, que han ido evolucionando hasta transformarse en mecanismos complejos que no sólo se abocan al tema de los presos de conciencia o la erradicación de la pena de muerte”, afirmó.
En la actualidad, Amnistía Internacional “cubre el espectro completo de los derechos humanos en 150 países”, y se ha unido con otras organizaciones para señalar la pobreza y evidenciar los abusos cometidos por gobiernos, empresas e instituciones financieras internacionales.
A pesar de todos estos cambios, explicó Herrera, el eje principal de AI sigue siendo que las transformaciones sociales más profundas serán hechas por gente común, que de forma integrada puede motivar cambios extraordinarios. “La historia no se cambia sola, no podemos pensar que ya está dada, y que somos seres pasivos frente a ella”.
En el caso particular de México –donde el organismo trabaja desde hace 40 años–, uno de los pendientes de Amnistía es crecer más, de acuerdo con la importancia del país, y de la gran necesidad que tiene éste de contar con grupos defensores de derechos humanos, estimó.
“Aunque tuvimos un crecimiento exponencial en los tres o cuatro años recientes, la situación amerita que lo hagamos con más fuerza, porque el país nos lo grita todo el tiempo. En muchos aspectos no sólo hemos tenido avances reducidos, sino que incluso se empieza a marchar en sentido contrario del que necesitamos”, como en el tema de la ley de seguridad nacional.
En la medida en que AI y otras organizaciones hagan escuchar su voz en el exterior, será posible romper el hermetismo del gobierno mexicano sobre los abusos que cotidianamente ocurren en el país, dijo Herrera, quien puso como ejemplo la visita que la indígena Valentina Rosendo ha emprendido por varios países de Europa, con el apoyo del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan.
La noche de ayer se realizó un acto de celebración en la Casa de Francia por el 50 aniversario de AI, y en él Herrera encomió los éxitos del organismo, entre ellos la abolición de la pena de muerte en decenas de países y la excarcelación de cientos de presos de conciencia, y subrayó que luego de cinco décadas hay más de tres millones de simpatizantes y adherentes de Amnistía en todo el mundo.
En la reunión estuvieron presentes Rosario Ibarra de Piedra, presidenta del Comité Eureka, y Alicia Zama, fundadora de AI Capítulo México, quienes resaltaron la fuerza que puede tener una táctica como enviar miles de cartas a gobiernos represores, ya que gracias a ello se logró sacar de prisión a una gran cantidad de activistas en todo el mundo.
Fuente: La Jornada