Villa de Allende, Méx. Un centenar de integrantes de Frente Mazahua en Defensa de los Recursos Naturales inició un plantón en el exterior de la planta potabilizadora de Berros, del Sistema Cutzamala, el cual ha impedido la entrada de tráilers con cloro utilizado en el saneamiento del líquido que se envía a Toluca, Ciudad de México y a municipios conurbados.
El plantón es por el incumplimiento de las autoridades federales a los compromisos pactados con los mazahuas en 2004, principalmente para el desarrollo de las comunidades aledañas a la planta de Berros que potabiliza 19 metros cúbicos por segundo, enviados a la zona más poblada del país a través de 140 kilómetros de tuberías.
Paradójicamente, la principal demanda de las comunidades mazahuas es tener acceso a agua potable, así como la devolución de una franja de terreno expropiada hace más de 30 años por el gobierno federal para el Sistema Cutzamala y que nunca se ha utilizado. Esta franja de terreno de más de dos kilómetros se ubica en la parte posterior a la planta potabilizadora de Berros.
Además, sigue pendiente el pago por indemnizaciones para subsanar los daños causados a varias hectáreas de tierra de Villa Victoria y Villa de Allende, por la inundación de la presa de Villa Victoria, una de los embalses captadores de agua para enviar el líquido a Toluca y la capital del país.
Manuel Araujo, uno de los líderes del Frente Mazahua, informó que el gobierno federal sólo responde cuando se movilizan las poblaciones cercanas a la planta de Berros; de lo contrario, la Comisión Nacional del Agua no hace nada para finiquitar los compromisos pactados hace 13 años, cuando un grupo de mujeres de esa etnia tomó por completo la planta potabilizadora y cerró las válvulas del Sistema Cutzamala.
Entre las obras pendientes está la construcción de redes de agua potable para más de una docena de comunidades de Villa de Allende que carecen del líquido y cuyos habitantes tienen que caminar varios kilómetros para traer de ríos y arroyos el agua.
Entre las comunidades que carecen todavía del servicio se encuentra Manzana de Zacatonal, la localidad más cercana a la planta potabilizadora de Berros; Taborda, Sección Guadalupe, La Piedra y Dolores Vaquerías, entre las principales.
El compromiso era perforar tres pozos profundos en la zona para dotarles del líquido, pero las obras se realizan por meses y luego paran por largos periodos. “Si no hay presión social, simplemente las obras no se hacen y los recursos no se ejecutan”.
Pendiente está el cumplimiento un plan de desarrollo sustentable para las comunidades. En un principio se dijo que se apoyaría a los pobladores con proyectos productivos, “pero sólo fueron apoyados unos cuantos y a la inmensa mayoría no se le ayudó”.
También se demanda la restitución de tierras expropiadas para la instalación de la planta de Berros, que finalmente no fueron ocupadas para la construcción de este complejo hidráulico.
Araujo advirtió que de no tener respuesta de las autoridades de forma inmediata tomarán por completo la planta de Berros y no dejarán entrar ni salir al personal, además de que existe la posibilidad de cerrar las válvulas de agua como ya se hizo hace 13 años.
Fuente: La Jornada