La falta de ahorro en nuestro país se debe a que la prioridad en los hogares es la satisfacción de necesidades inmediatas, como la alimentación, la salud y la educación, indican expertos .
Ana María González es ama de casa y cada mes, ahorra 200 pesos. Una parte, los deja en un cajón de su cuarto; los otros 100 pesos los invierte en una tanda. Para Ana María esa forma de ahorro le permite contar con dinero “extra” cada cuatro meses y eso lo ocupa para comprar lo que necesiten sus hijos para la escuela.
Ella sabe que es peligroso dejar el dinero en su casa, pero “prefiere eso, a pagar una comisión al banco”.
De acuerdo con cifras de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), más de la mitad de los mexicanos guarda su dinero debajo del colchón o ahorra a través de tandas.
Una encuesta de Banamex y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) reveló que en el país predomina el ahorro informal.
En el sondeo, 14% de los mexicanos dijeron tener un ahorro en el sector formal, ya sea en una cuenta bancaria, depósitos a plazo o fondos de inversión.
En el documento se recalcó que en México uno de los métodos más socorridos son las tandas.
Un estudio de la Asociación Mexicana de Administradoras de Fondos para el Retiro (Amafore), en el que se tomó como muestra 2 mil casos de afiliados al IMSS, concluyó que poco más de una tercera parte de las personas —35%— opta por “guardaditos” en su casa, en alcancías o debajo del colchón y 30% por las cuentas de ahorro.
En el sondeo, 25% reveló que guarda sus recursos a través de las cajas de ahorro de su trabajo, 17% en tandas, 9% en cuentas de inversión y 5% en cajas con amigos.
En la encuesta se detalló que las principales razones para ahorrar se relacionan con la compra de una vivienda, imprevistos, la adquisición de un auto, para la educación de los hijos, cuestiones de salud, retiro laboral, vacaciones.
En menor medida, la gente ahorra para poner un negocio, comprar muebles o electrodomésticos y para pagar deudas, principalmente.
Óscar Franco, presidente de la Amafore, reveló que 57% de los entrevistados practica el ahorro, sólo 21% lo hace en el sector financiero formal, “y las alcancías y las tandas” son los medios más relevantes. En el caso de las tandas, éstas representan una forma de interrelación social y apoyo solidario grupal.
¿Por qué no ahorran los mexicanos?
Loreto García Muriel, directora de Educación Financiera de Banamex, dijo que la falta de ahorro de los mexicanos se explica porque las prioridades de los hogares se concentran en la satisfacción de necesidades inmediatas, principalmente en los rubros de alimentación, salud y educación.
“El ahorro no forma parte de los hábitos de las familias, y lo más común son las tandas”, agregó la especialista de Banamex.
Un análisis de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) consideró que cuando se trata de invertir dinero “los bancos no se presentan como una opción prioritaria” y la gente considera que la mejor inversión para la mayoría radica en abrir su propio negocio o comprar bienes raíces.
Alejandro Valenzuela, director general de Banorte, comentó que hay algunas regiones marginadas en donde la forma de ahorro se hace con mercancías, es decir, se compran animales y se venden en caso de necesidad.
El banquero dijo que es indispendable elevar la penetración de la banca entre la población.
Guillermo Babatz, presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), detalló que los bancos deben diseñar productos y servicios para la población de menores recursos.
En México, dijo, el mayor obstáculo que se percibe es que los productos tradicionales que ofrece la banca es que no son útiles a la mayoría de la población. Y para poder acceder a ellos, la gente de zonas rurales se tiene que desplazar en términos geográficos a distancias demasiado largas.
“Para que realmente tengamos una inclusión financiera se tienen que generar una mecánica de servicio distinta y tiene que ser producto a la medida para este nuevo segmento de la población”, agregó el funcionario.
Luis Pazos, presidente de la Condusef, manifestó que prevalece un desconocimiento respecto a los productos y servicios que ofrecen los intermediarios financieros.
Marco Carrera, director de Estudios de Mercado de la Condusef, consideró que el ahorro en tandas o debajo del colchón está más presente en zonas en donde hay una baja o nula penetración de la banca. “La gente prefiere guardar el dinero en su casa porque no percibe una adecuada relación costo-beneficio”, agregó el directivo.
Insistió en que si la gente ahorra en un banco lo hace para obtener buenos rendimientos, debido a que la captación tradicional ofrece una baja rentabilidad. “Y en muchos de los casos la tasa de interés llega a ser de cero”.
El especialista mencionó que hay personas que no perciben las ventajas de hacer uso de los servicios formales. Además, falta que la oferta sea más atractiva para la población. El problema no son las sucursales sino que llegue una oferta atractiva para los clientes.
De acuerdo con la Secretaría de Hacienda, en 2004 sólo 25% de la población tenían acceso a servicios financieros y en 2009, la cifra llegó a 48%.
La dependencia recalcó que se cuenta con las bases de competencia para avanzar en una mayor bancarización.
Los riesgos
Para Marco Carrera, los riesgos de canalizar el ahorro en la casa o a través de tandas con los amigos y familiares son muchos: el primero se relaciona con la seguridad. “Es más fácil que entren a un inmueble y desaparezca el efectivo, que eso ocurra en el banco”. Además, no se genera ningún rendimiento.
Por su parte, Óscar Franco, presidente de la Amafore, mencionó que son más los riesgos que beneficios no ahorrar en el sector formal.
Fuente: El Universal