martes, 21 de junio de 2011

RICARDO RODRÍGUEZ SMEITA: ESTA LUCHA NO ES CUESTION DE PESOS Y CENTAVOS

Hoy sabemos que el decreto de liquidación de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro (CLyF) por el gobierno panista tuvo la finalidad de avanzar en el proceso de privatizar la producción y distribución de la electricidad y al mismo tiempo destruir al Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) una organización con casi un siglo de existencia.

Millones de usuarios se han convencido de que el gobierno de Felipe Calderón les mintió cuando justificó la antipopular medida con la promesa de que mejoraría el servicio. La realidad es que el servicio que ofrece la Comisión Federal de Electricidad (CFE) es mucho más caro y deficiente que el ofrecido por la desaparecida CLyF.

La privatización avanza a pasos agigantados en la industria eléctrica. Según nota publicada en el diario La Jornada (19.06.011) la CFE tiene contratadas con compañías privadas obras por un valor de 37 mil millones de pesos para la construcción de subestaciones, centrales eléctricas y líneas de transmisión que deberán estar terminadas antes de que finalice el año electoral 2012. Esto no es coincidencia.

Mientras Calderón miente sistemáticamente asegurando que la electricidad no será privatizada la realidad es que ya 49.58 por ciento del fluido estratégico lo producen empresas privadas. Así lo asegura el Frente de Trabajadores de la Energía cuyos cálculos dicen que a nivel nacional la capacidad de generación eléctrica concesionada a la IP es de 168 mil 370.2 gigavatios hora.

Las tarifas eléctricas se han elevado por arriba de la inflación que calculada de abril del año pasado al mismo mes de 2011 fue de 3.36 %, en tanto que en las tarifas eléctricas se registró un encarecimiento de 7.2 % para uso doméstico. Además la compañía “de clase mundial” ha comenzado la instalación de medidores de prepago pese al rechazo de amplios sectores de la población que se niega a pagar su costo de hasta 6 mil pesos.

Para organizar la inconformidad con el ineficiente y carísimo servicio de la CFE surgió el Frente en Defensa de los Usurarios de Energía Eléctrica, que hace unos días informó que ha interpuesto más de 66 mil quejas de usurarios ante la Procuraduría Federal del Consumidor y que abundan los casos de recibos locos que han elevado las tarifas en algunos casos de 500 hasta once mil pesos.

En este marco la lucha de casi 17 mil electricistas y el plantón que mantienen en el Zócalo capitalino continúa bajo el ardiente verano, al mismo tiempo que se va acabando el tiempo del régimen panista que busca perpetuarse a toda costa para seguir entregando al país a la potencia del Norte y al gran capital. Empero no todo está perdido, nos dice Ricardo Rodríguez, a quien entrevistamos a principios de marzo pasado para dar a conocer las voces de los electricistas que no se doblegan y resisten al neoliberalismo.

Ricardo Rodríguez laboró hasta el 10 de octubre de 2009 en la Compañía de Luz y Fuerza del Centro (CLyF) como personal de intendencia y tenía 5 años 4 meses de antigüedad con un sueldo mensual de 6 500 pesos.

--¿Cómo ha cambiado su vida en esta larga resistencia?

-- No contar con un ingreso fijo tiene consecuencias en la familia, aunque no era una cantidad muy grande la que devengaba, eso ha influido. Pero hemos ganado en otras cosas. El hecho de que estemos aquí reunidos es una muestra de que aun cuando no coincidimos en algunas cosas, tenemos un objetivo común: detener la política neoliberal del gobierno, poder luchar para por lo menos detenerla y en nuestro ámbito recuperar el empleo, nuestro contrato con el SME.

Agrega: “Yo pertenezco a un grupo que se llama Los Despobladores, es muy antiguo, existe en Europa hace muchos años y hace análisis. En México existe la Sociedad Mexicana de Fusión. Su premisa es que no nos vamos a reproducir mientras las condiciones de vida no sean las adecuadas. En Europa ese grupo es muy extendido.

--¿No tienen hijos?

--No. Esa es una forma de protestar en contra del sistema que estamos viviendo. Este grupo lo conocí a través de la Sociedad Mexicana de Energía de Fusión, cuando estudiaba en el IPN. Yo me quedé con la idea de que las condiciones en México no son adecuadas para la vida. Mucha gente en el sindicato me ha tildado de homosexual, de puto, etc.

Llevo muchos años en la lucha sindical y en otras luchas, desde que estaba en el politécnico, estudiando Ingeniería eléctrica.

--¿Le gusta leer?

--Me gusta mucho la novela y la ficción política.

--¿Cómo ve la situación dentro del SME?

--Hay que ser honesto. El sindicato nunca ha sido una estructura suficientemente democrática, porque la gente que lo forma no tiene suficiente formación política. El sindicato no ha acudido a otra gente para con mayores conocimientos para tomar sus decisiones. Se sigue la línea que tiene y de ahí no se mueve.

--¿Pueden hablar en las asambleas, se les toma en cuenta?

--Sí. Lo que pasa es que en México se tiene la cultura sufragista. La democracia en México es ir a depositar un voto, es nuestra máxima aspiración como democracia en este país.

--¿Sería una democracia acotada?

--Yo trabajé en una empresa privada y el sindicato que había era de la CROC y si la comparamos con el SME, entonces sí hay una democracias muy avanzada (dice riendo). En la CROC se manifiestas una opinión contraria a la del líder, inmediatamente se te aplica la cláusula de exclusión (se le despide).

--¿En el SME hay cláusula de exclusión?

--Sí pero hay mecanismos que pueden anularla. Pero de que existe, existe. Está en la Ley.

--¿A cuánto asciende la liquidación a que tendrías derecho?

--No lo he checado, pero serían unos 120 mil pesos. Pero no la voy a aceptar. No me parece que sea una cuestión de pesos y centavos. Creo que va mucho más allá. Sí creo que es importante que regresemos -dice tosiendo- . Estoy de acuerdo en que tengamos un empleo digno y bien remunerado, pero creo que es una demanda muy limitada.

--¿Cuál sería una demanda más importante?

--Creo que el sindicato debería articular una serie de negociaciones con otros sindicatos, para lograr que el trabajo en México sea reconocido socialmente, y que a través del salario le dé la dignidad que el trabajo merece.

--¿Pero si actualmente los electricistas del SME no tienen trabajo, cuáles serían sus demandas centrales?

--La reinstalación con un patrón sustituto, con su contrato, etc., pero nuevamente nos quedamos en el gremio. Lo que deberíamos hacer es no que se aumenten los salarios y beneficios al grueso de los trabajadores, sino que a los que tienen mayores salarios e ingresos se les bajen para que haya una involución (¡!). Creo que el SME está reivindicando que se vuelva a tener esos salarios, pero la demanda no debe ser que todo trabajador tenga un salario remunerador. Porque mucha gente se irrita porque sabe que hay quien gana más.

Una vez oí en una empresa donde trabajaba decir a un administrador que cómo era que algunos trabajadores ganaban más que otros, y que había que bajarles a los que ganaban más. El neoliberalismo nos ha inoculado la competencia. Y hay que competir no para que tengamos mejores condiciones, sino para estar al parejo...

--¿En el momento del decreto de liquidación de L y FC el sindicato tomó la decisión correcta? ¿O había otras opciones, por ejemplo retomar las instalaciones?

--Voy a hablar de mi situación personal. Yo estaba aturdido, porque ni siquiera sabía que en el plano jurídico podría haber una alternativa. Y hasta pensé en liquidarme porque mucha gente me dijo que ya no había nada qué hacer, pero alguien me comentó que había alternativas legales, políticas y de otro tipo.
Creo que la lucha con todos los defectos que tenga el sindicato, pues tarda. Yo no creo tener la solución en mis manos. No creo que haya una solución lineal, por eso planteaba que el sindicato tendría que ver con otros actores si hay una solución desde ese punto de vista. Creo que el sindicato se ha encerrado, se ha encriptado y sigue la misma línea de siempre: marchar, plantón, paro escalonado, sacarnos sangre, etc. La única propuesta novedosa fue la huelga de hambre.

--¿Qué tiene de novedoso? Eso se hace cuando los movimientos ya están muy debilitados.

-- Me lo he planteado muchas veces. Creo que el derrotero ese ya lo hemos transitado muchas veces, muchas organizaciones. El gobierno ya tiene los antídotos para ese tipo de acciones. Cuando a Salinas de Gortari un grupo de periodistas le dijo que los perredistas estaban marchando, están gritando en la calle y Salinas les dijo: “Ni los veo, ni los oigo”. Y todavía hay gente que propone la movilización como una forma insuperable de lucha. Cuando Salinas dijo eso expresó lo que pensaba de las marchas, plantones, etc. El antídoto ya estaba. Y nosotros seguimos transitando ese camino...

--¿Cómo crees que se puede triunfar?

--Creo que hay otras alternativas. El sindicato no se ha acercado con otros actores, por ejemplo en la facultad de Psicología o de Ciencias Políticas, donde podrían tener algunos elementos que nos dieran una sugerencia para conjuntar acciones con otras organizaciones. Creo que por ahí podría ser.

-- Cuando el gobierno tomó las instalaciones, les quitó la posibilidad de que ustedes se declararan en huelga y las tomaran -impidiendo su funcionamiento- y de ese modo presionaran al patrón, al gobierno. Ustedes se quedaron en el vacío.

--Si nosotros pudiéramos impedir la generación de energía eléctrica, impedir que los trabajadores que hacen las veces de esquiroles salieran a trabajar, por ahí podríamos hacer las veces de una huelga. Pero entonces el mismo usuario requiere del servicio y el gobierno ya se previno de esa posibilidad con la figura de la requisa. En marzo de 1987 se quiso hacer una huelga y el gobierno requisó argumentando que el servicio de energía eléctrica no se puede detener. Generaríamos un conflicto con la ciudadanía.

El trabajador jubilado Guillermo Padilla, quien además es maestro en Economía y profesor en la UNAM, agrega: “El gobierno desde antes del 10 de octubre de 2009 a las 22 horas, ya tenía el control de la generación. En ese momento el SME no habría podido apelar a la huelga de hecho, que todavía es un recurso contemplada por la LFT. Además nos informa que nuestro entrevistado laboró un tiempo en la secretaría de Gobernación y tuvo oportunidad de observar el comportamiento de algunos funcionarios de primer nivel, egresados de universidades privadas: del ITAM y Universidad Anáhuac.

--Esa gente tiene una ideología perfectamente despreciativa hacia los que no forman parte de su grupo social. Para ellos todo aquél que no le es afín es enemigo. Y lo que tratan de hacer es destruir a todos los que no forman parte de esa elite. Para ellos todos los que no forman parte de su clase son los nacos. Nos ven como unos sirvientes, incluidos los egresados de la UNAM. Para ellos son poco menos que tinterillos que van a hacer el trabajo sucio a Gobernación. Hay un desprecio absoluto hacia las gentes egresadas de las escuelas públicas. Considero fundamental que de alguna manera evitemos que esa gente que siga en el poder.

Fuente: Sintesis de Coyuntura
Tomás Oropeza Berumen