Uno de los objetivos fundamentales del sistema gubernamental; es la reducción de las obligaciones con la finalidad de ahorrar “gastos”, que por otro lado le son más necesarios para el financiamiento electoral y otras vicisitudes de lujos. Y frente a un sector burgués que busca mayores ganancias a menor costo es que ambos confabulan. Luego entonces; si los servicios públicos y básicos son necesidades primordiales para toda la sociedad, es seguro que al sector privado le serian extremadamente redituables y fructíferos.
Sin embargo; no es fácil tratar de privatizar frente a una sociedad que al simple unísono de ésta palabra, estalla en cólera;por lo que se hace uso del lenguaje y hasta el doble significado de las palabras para poder venderle la idea a la sociedad: concesión; inversiones bilaterales, participación solidaria, correlación comercial; palabras mas, palabras menos pero el punto es transmitir una obligación del Estado a un particular.
Y en la mayoría de los caso; dichas empresas ni siquiera le invierten un solo dólar por mantenimiento, simplemente se dedican a cobrar (con mayor incremento) pero con las mismas instalaciones, infraestructura y pésimo servicio. Caso Telmex y Pemex; de los cuales, una buena parte de la sociedad ni siquiera acepta que se encuentren privatizados, porque no observan los buenos resultados como los de otros países como Brasil donde interviene el capital particular.
Pero lamentablemente es la corrupción ese talón de Aquiles; tan particular en el pueblo mexicano, lo que verdaderamente ha impedido el desarrollo y buen funcionamiento de las instituciones de servicios públicos. Anteriormente habíamos tocado el tema de –“El modernismo como medio de privatización”–; en el que establecíamos que el gobierno estaba invirtiendo en infraestructura sobre las diversas áreas, necesidades e instituciones como salud, educación, deporte, entre otras; pero no en búsqueda de dar un mejor servicio a la sociedad; sino para conseguir el pretexto de privatizarles, declarando a éstas como elefantes blancos.
Ahora bien, aprovechando que los mexicanos tenemos tan inculcada esa cultura de –“El que no tranza, no avanza”–; la cual le debemos al priísmo, éste se a convertido en el argumento más solido para consolidar el pacto privatizador que tiene el gobierno de la republica y los locales para con las empresas transnacionales y particularmente norteamericanas.
Lo peor y vergonzoso es que todos los mexicanos hemos sido cómplices de dicha condición social. Y aun con todo ello; un gran sector de la sociedad, sigue en la ceguera inminente, puesto que no han comprendido el rumbo que todo esto lleva y creen poder engañar al sistema gubernamental parasitario. En lo educativo se esta llevando acabo la certificación de las unidades educativas y las autoridades educativas o directivas creen que con pintar la escuela, uniformar al alumnado y presentar los diez mejores talentos, ya se salvaron de la recesión. Pero error; la próxima evaluación será de improviso y tendrá la finalidad de que el evaluador entre al salón de clases y coteje que efectivamente el docente se rige con forme a los planes de estudio y allí es donde muchas escuelas abran de fracasar.
Lo mismo ocurre con hospitales públicos donde el personal desaparece el material de operaciones, los aparatos y los medicamentos para comercializar con las clínicas particulares, sin impórtales que el servicio sea falto de calidad y poco profesional. Creyendo que se pueden enriquecer sin que existan consecuencias mas grabes; pero le están abonando al modelo privatizador.
Después deberán evitar quejarse cuando les quiten el subsidio con el que cuentan. ¡Acaso no hemos observado el mejor ejemplo del decretazo presidencial en contra del sindicato mexicano de electricistas SME bajo la falacia de ser inoperante y corrupto! Extinguiendo así a Luz y Fuerza del Centro LyFC.
Pero dejándole el negocio de la electricidad a una paraestatal privatista como la comisión federal de electricidad CFE. Esta empresa se convirtió en un monopolio familiar; tan es así que gracias al reciente movimiento de reinstalación de cableado y medidor, los mexicanos estamos siendo victimas del sobre exagerado girado recibo de energía y por si no fuera suficiente, ya prepara un nuevo sistema de prepago fraudulento con tarjetas las cuales distribuirá como las fichas telefónicas, esas en las que los minutos de tiempo aire no son minutos.
Nosotros somos los culpables de que los gobiernos de distintos ámbitos nos estén arrancando nuestras instituciones públicas y las estén entregando al capital privado. Esos sindicatos que deberían de velar por los intereses y las necesidades del obrero; hoy están corrompidos, han perdido el rumbo y la razón para la cual fueron creados; convirtiéndose en solapadóres de holgazanes, parásitos, corruptos y hasta criminales pedófilos tal es el caso de los gremios magisteriales y la actitud de su personal de intendencia. Los transportistas que nunca quisieron acatar las instrucciones de mejoramiento, calidad y reordenamiento vial; y quienes hasta se cooperaban para darle un escarmiento a quien inténsate someterlos, allí tenemos el asesinato de muchos directores de transporte municipal y estatal. Pero hoy están poniendo el grito en el cielo y reclamando su derecho a llevar un sustento al hogar, defendible el postulado. Pero repito, fueron coparticipes de que hoy el gobierno les desconozca y los desplace por los proyectos transportistas de particulares.
En una conferencia magistral realizada el 26 de Junio del presente año 2011 en el puerto de Acapulco bajo la sede del PT Guerrero con su dirigencia estatal y cuya ponencia estuvo a cargo del economista Arturo Huerta González; se pudo observar ese repudio de un amplio sector de los allí presentes sobre la aplicación de la privatización por parte de los gobiernos y expresaban aquella tan famosa frase de Vladimir Ilich Lenin –“¿Qué hacer?–. Pero nadie quería aceptar la propuesta de organizarse, exigir y luchar; pues como sociedad, no queremos aceptar nuestras responsabilidades. Tanto en Francia como en Grecia se lucho contra el incremento al pago escolar; en Estados Unidos contra el incremento a la leche, así como el establecido a los licores y se gano.
Pero aquí en México; queremos que venga algún Francisco Villa, Emiliano Zapata, un Miguel Hidalgo o algún “Che” Guevara que nos resuelva el problema. Nosotros generamos y fomentamos la corrupción, abriéndole la puerta a la privatización y es nuestra responsabilidad darle solución, dejemos de ser cobardes paternalistas y actuemos; pues éste es nuestro talón de Aquiles como sociedad que somos.
Sin embargo; no es fácil tratar de privatizar frente a una sociedad que al simple unísono de ésta palabra, estalla en cólera;por lo que se hace uso del lenguaje y hasta el doble significado de las palabras para poder venderle la idea a la sociedad: concesión; inversiones bilaterales, participación solidaria, correlación comercial; palabras mas, palabras menos pero el punto es transmitir una obligación del Estado a un particular.
Y en la mayoría de los caso; dichas empresas ni siquiera le invierten un solo dólar por mantenimiento, simplemente se dedican a cobrar (con mayor incremento) pero con las mismas instalaciones, infraestructura y pésimo servicio. Caso Telmex y Pemex; de los cuales, una buena parte de la sociedad ni siquiera acepta que se encuentren privatizados, porque no observan los buenos resultados como los de otros países como Brasil donde interviene el capital particular.
Pero lamentablemente es la corrupción ese talón de Aquiles; tan particular en el pueblo mexicano, lo que verdaderamente ha impedido el desarrollo y buen funcionamiento de las instituciones de servicios públicos. Anteriormente habíamos tocado el tema de –“El modernismo como medio de privatización”–; en el que establecíamos que el gobierno estaba invirtiendo en infraestructura sobre las diversas áreas, necesidades e instituciones como salud, educación, deporte, entre otras; pero no en búsqueda de dar un mejor servicio a la sociedad; sino para conseguir el pretexto de privatizarles, declarando a éstas como elefantes blancos.
Ahora bien, aprovechando que los mexicanos tenemos tan inculcada esa cultura de –“El que no tranza, no avanza”–; la cual le debemos al priísmo, éste se a convertido en el argumento más solido para consolidar el pacto privatizador que tiene el gobierno de la republica y los locales para con las empresas transnacionales y particularmente norteamericanas.
Lo peor y vergonzoso es que todos los mexicanos hemos sido cómplices de dicha condición social. Y aun con todo ello; un gran sector de la sociedad, sigue en la ceguera inminente, puesto que no han comprendido el rumbo que todo esto lleva y creen poder engañar al sistema gubernamental parasitario. En lo educativo se esta llevando acabo la certificación de las unidades educativas y las autoridades educativas o directivas creen que con pintar la escuela, uniformar al alumnado y presentar los diez mejores talentos, ya se salvaron de la recesión. Pero error; la próxima evaluación será de improviso y tendrá la finalidad de que el evaluador entre al salón de clases y coteje que efectivamente el docente se rige con forme a los planes de estudio y allí es donde muchas escuelas abran de fracasar.
Lo mismo ocurre con hospitales públicos donde el personal desaparece el material de operaciones, los aparatos y los medicamentos para comercializar con las clínicas particulares, sin impórtales que el servicio sea falto de calidad y poco profesional. Creyendo que se pueden enriquecer sin que existan consecuencias mas grabes; pero le están abonando al modelo privatizador.
Después deberán evitar quejarse cuando les quiten el subsidio con el que cuentan. ¡Acaso no hemos observado el mejor ejemplo del decretazo presidencial en contra del sindicato mexicano de electricistas SME bajo la falacia de ser inoperante y corrupto! Extinguiendo así a Luz y Fuerza del Centro LyFC.
Pero dejándole el negocio de la electricidad a una paraestatal privatista como la comisión federal de electricidad CFE. Esta empresa se convirtió en un monopolio familiar; tan es así que gracias al reciente movimiento de reinstalación de cableado y medidor, los mexicanos estamos siendo victimas del sobre exagerado girado recibo de energía y por si no fuera suficiente, ya prepara un nuevo sistema de prepago fraudulento con tarjetas las cuales distribuirá como las fichas telefónicas, esas en las que los minutos de tiempo aire no son minutos.
Nosotros somos los culpables de que los gobiernos de distintos ámbitos nos estén arrancando nuestras instituciones públicas y las estén entregando al capital privado. Esos sindicatos que deberían de velar por los intereses y las necesidades del obrero; hoy están corrompidos, han perdido el rumbo y la razón para la cual fueron creados; convirtiéndose en solapadóres de holgazanes, parásitos, corruptos y hasta criminales pedófilos tal es el caso de los gremios magisteriales y la actitud de su personal de intendencia. Los transportistas que nunca quisieron acatar las instrucciones de mejoramiento, calidad y reordenamiento vial; y quienes hasta se cooperaban para darle un escarmiento a quien inténsate someterlos, allí tenemos el asesinato de muchos directores de transporte municipal y estatal. Pero hoy están poniendo el grito en el cielo y reclamando su derecho a llevar un sustento al hogar, defendible el postulado. Pero repito, fueron coparticipes de que hoy el gobierno les desconozca y los desplace por los proyectos transportistas de particulares.
En una conferencia magistral realizada el 26 de Junio del presente año 2011 en el puerto de Acapulco bajo la sede del PT Guerrero con su dirigencia estatal y cuya ponencia estuvo a cargo del economista Arturo Huerta González; se pudo observar ese repudio de un amplio sector de los allí presentes sobre la aplicación de la privatización por parte de los gobiernos y expresaban aquella tan famosa frase de Vladimir Ilich Lenin –“¿Qué hacer?–. Pero nadie quería aceptar la propuesta de organizarse, exigir y luchar; pues como sociedad, no queremos aceptar nuestras responsabilidades. Tanto en Francia como en Grecia se lucho contra el incremento al pago escolar; en Estados Unidos contra el incremento a la leche, así como el establecido a los licores y se gano.
Pero aquí en México; queremos que venga algún Francisco Villa, Emiliano Zapata, un Miguel Hidalgo o algún “Che” Guevara que nos resuelva el problema. Nosotros generamos y fomentamos la corrupción, abriéndole la puerta a la privatización y es nuestra responsabilidad darle solución, dejemos de ser cobardes paternalistas y actuemos; pues éste es nuestro talón de Aquiles como sociedad que somos.
Fuente: Diario ojo pelao