martes, 3 de julio de 2012

Elba Esther respira: el triunfo de Peña Nieto le garantiza un sexenio más en la cresta del poder


Aunque fue expulsada del PRI en 2006, Elba Esther Gordillo no se ha ido de esa organización y ha actuado en favor de Enrique Peña Nieto. Pragmática como es, procura estar donde se encuentre el poder, dice en entrevista Dulce María Sauri. Para Artemio Cruz Hurtado, dirigente del Comité Ejecutivo Nacional Democrático del SNTE, quien denunció el operativo de Gordillo para conseguir al mexiquense 5 millones de votos, la maestra pretende mantener la impunidad por el multimillonario negocio que ha hecho con los recursos del sindicato. Como parte de los servicios informativos de SinEmbargo.mx, presentamos este reportaje que se publica a la par en la edición de Proceso que circula desde hoy, sobre una de las figuras políticas más controvertidas en las últimas décadas.


Para la expresidenta nacional del PRI, Dulce María Sauri, la maestra Elba Esther Gordillo nunca se fue del partido y en estas elecciones ha jugado políticamente a favor de Enrique Peña Nieto, porque “es una mujer de poder y, como tal, está donde esté el poder, no importa en última instancia que sea de un partido o de otro”.

Sauri, gobernadora de Yucatán de 1991 a 1994 y dirigente del PRI de 1999 a 2002, señala que Elba Esther siempre mantuvo su red de relaciones con los gobernadores priistas y con personajes importantes, como Enrique Peña Nieto y Carlos Salinas de Gortari, a pesar de que fue expulsada del partido en 2006.

De ahí que, según Sauri, su aparente regreso al partido en esta elección presidencial sea, en realidad, la búsqueda de su sobrevivencia política y de su permanencia en el poder.

Pero también es una garantía de que mantendrá su impunidad, sostiene a su vez el exdirigente nacional de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) Artemio Ortiz, quien el pasado 21 de junio denunció que Elba Esther Gordillo organizó el operativo “Plan Digital de Movilización Ágora” para movilizar a 3.4 millones de personas el 1 de julio, mediante la estructura del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), con el fin de que voten por el candidato del PRI.

Desde 1989, cuando asumió la dirigencia nacional del SNTE con el apoyo del presidente Carlos Salinas –quien ordenó la destitución del hasta entonces líder magisterial Carlos Jonguitud–, Elba Esther Gordillo ha sabido sortear los distintos momentos políticos del país y se ha convertido en la política más poderosa y rica, con más de 70 propiedades en México y el extranjero, de acuerdo con documentos y copias del Registro Público de la Propiedad en poder de Proceso.

Durante la elección del 2000, cuando formalmente era priista, Elba Esther operó subrepticiamente a favor del candidato presidencial del PAN, Vicente Fox, de quien obtuvo durante su gobierno 11 mil millones de pesos para el SNTE a través de dos fideicomisos.

Para 2006, cuando fue expulsada del PRI por crear el Partido Nueva Alianza (Panal), la maestra originaria de Comitán, Chiapas, apoyó abiertamente al candidato del PAN, Felipe Calderón, a quien le levantó la mano como triunfador antes de que fuera declarado presidente electo.

Como pago a sus favores, Elba Esther Gordillo consiguió durante el gobierno calderonista el poder político que nunca había tenido: la Subsecretaría de Educación Básica para su yerno Fernando González, a través del cual influía directamente en la Secretaría de Educación Pública; las direcciones del ISSSTE y de la Lotería Nacional para sus allegados, la permanencia vitalicia en el SNTE y el registro de su partido político.

A pesar de ese apoyo al panismo por parte de Elba Esther, Dulce María Sauri Riancho advierte que la maestra jamás abandonó el PRI.

“Nunca se fue del PRI. Lo que tuvo fue un enfrentamiento directo, agudo, con Roberto Madrazo en su carácter de presidente del Comité Ejecutivo Nacional del partido, y luego como candidato presidencial. Pero su relación con las estructuras partidistas, especialmente con los gobernadores del PRI, siguió siendo una relación de comunicación política muy intensa, al grado de que el papel que jugó en la elección de 2006 mostró con claridad esa vinculación”, explica Sauri en entrevista.

En esos comicios, Elba Esther Gordillo fue la encargada de convencer a un grupo de gobernadores del PRI para que le dieran la espalda a Roberto Madrazo y actuaran en favor de Calderón.

Sobre todo si se toma en cuenta que el Panal mantendrá su registro y podría alcanzar hasta ocho diputaciones federales y una senaduría, convirtiéndose en el partido bisagra para que el PRI logre en el Congreso  la deseada mayoría que el PAN no tuvo en los dos sexenios anteriores y que le impidió concretar las reformas estructurales.

CAMALEÓNICA

Una de las razones de la permanencia activa de la maestra Gordillo en el escenario político nacional es que desde la dirigencia del SNTE ha mantenido interlocución y contacto constante con el gobierno federal y con todos los gobernadores, principalmente con los priistas. Por eso, prosigue Dulce María Sauri, es que lo que estamos viendo ahora “es un episodio más de ese instinto de poder que tiene la maestra Elba Esther Gordillo, quien es una mujer muy poderosa”.

–¿En qué grupo la pondría?

–No la ubico dentro de ningún grupo político. Creo más bien que ella es cabeza de un grupo político importante en el que hay simpatizantes y militantes de distintos partidos, porque finalmente ella encabeza el SNTE. Lo que ocurre es que ha tenido la capacidad, con el hilo del poder como conductor, de comunicarse con todos los grupos y partidos.

“Coyunturalmente, creo que tiene una buena relación con el grupo que en este momento encabeza Enrique Peña Nieto.”

Al hablar de la capacidad de adaptación de Elba Esther Gordillo, destaca su pragmatismo a la hora de tomar decisiones.

“Tiene capacidad de relacionarse con quien en un momento determinado ostenta el poder. Eso le ha permitido sobrevivir en la política mexicana. Es eminentemente pragmática desde hace varios años. Por la decisión que tomó en 2006 de apoyar a alguien que tenía posibilidades de llegar a la Presidencia de la República, Felipe Calderón, desde el punto de vista de los juegos del poder, le fue muy bien.”

Aclara Sauri Riancho: “Estoy describiendo una situación, no la estoy calificando. Sabe adaptarse porque tiene instintos de poder, lo cual le ha permitido sobrevivir a todas estas situaciones, como la de 2005, cuando se dio un enfrentamiento muy serio y grave. Recordemos que el PRI de entonces iba en busca de la Presidencia, y ella tomó la decisión de apoyar al PAN, que después le favoreció”.

Desde esta óptica es que la política yucateca aventura una conclusión: “Creo que Elba Esther es una sobreviviente de la transición política de México. Ha mantenido sus redes de poder, y lo vamos a ver en la próxima elección”.

Sin embargo no cree que se repita con Peña Nieto la forma en que Elba Esther operó a favor de Calderón en 2006, pues ahora el candidato del PRI tiene la ventaja que Calderón no tenía en la elección presidencial pasada.

–Conociendo la forma en que lo hizo en los años 2000 y 2006, ¿cómo cree que vaya a operar ahora?

–Creo que lo que pasó en 2006 no es repetible. Ahora de alguna manera Nueva Alianza está jugando su papel de partido político que necesita obtener el número de votos suficiente para mantener su registro. Creo que lo va a lograr. Lo que vaya a pasar con el nuevo gobierno estará en función de lo que pase también con los resultados de las elecciones de diputados y senadores.

Precisa Sauri: “Lo que he observado del comportamiento político de Peña Nieto en los últimos meses es que también es un pragmático. Por ello creo que mantendrá la alianza política con Elba Esther en la medida en que le sea funcional, en la medida en que le dé más de lo que le quita. Esa será una ponderación que tendrá que hacer Peña Nieto en su momento.

–¿Se relacionan por beneficios mutuos?

–Absolutamente. Muchas de las veces pensamos que se manejan en lógicas políticas, en postulados y principios, pero no es así, se manejan en lógicas de poder.

Frente al escenario del regreso del PRI a la Presidencia de la República, Sauri Riancho dice que el papel que podría tener Elba Esther Gordillo en el gobierno peñista sería distinto al que tuvo con Vicente Fox y con Felipe Calderón.

A su juicio, eso dependerá en buena medida de los resultados que tenga el Panal en la elección para diputados y senadores, así como de los triunfos que consiga en los estados donde hizo coalición, con lo cual negociaría.

“Todo esto le va a dar elementos para poder negociar políticamente con la próxima administración. Pero no veo un escenario parecido al de 2006, precisamente por las expectativa que han generado las encuestas del triunfo de Peña Nieto, pues no la necesita tanto.”

–Cualquiera que sea el resultado, ella ya ganó manteniendo el registro de su partido…

–Yo creo que sí, pero una cosa es mantener el registro y otra es mantener el poder y la presencia política que ha tenido desde 1989, sobre todo en un escenario de transición política, porque cuando teníamos liderazgos que duraban muchos años había un régimen de partido mayoritario, hegemónico, que hacía posible que esos liderazgos perduraran. Pero en el escenario de la transición que comenzó a gestarse desde 1988, Elba Esther Gordillo ha sobrevivido.

“Es como una hábil surfista que sabe mantenerse arriba de la cresta de olas muy picadas; así ha sabido sortear la vida política del país”, agrega Dulce María Sauri.

No obstante que Elba Esther sigue en el poder desde que llegó al liderazgo del SNTE en 1989, Sauri considera que no se le puede llamar cacique.

“Me parece que es un concepto anacrónico que sirvió para explicar comportamientos en otro contexto político y social del país, pero no ahora. Las redes de poder que se tejen en el siglo XXI no tienen los elementos esenciales de los cacicazgos, ni siquiera de los de mediados del siglo pasado.

“Es una mujer que ha sabido mover los hilos del poder, que ha sabido jugar con la mezcla de la dominación, los consensos construidos con base en una serie de relaciones, las prebendas y las componendas que ha logrado en muchas de las negociaciones a nombre del sindicato más grande del país.”

–¿Entonces cuál sería el término para definirla?

–Yo no le llamaría cacicazgo. Francamente, eso no describe la situación, que es mucho más compleja. Posiblemente es una mujer que ejerce el poder pragmático de la política mexicana; hace lo que se tenga que hacer para conservar y acrecentar el poder.

Estudiosa de la historia –ahora en el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE)–, Dulce María Sauri mira a la maestra Gordillo como un personaje al que se debe analizar en forma objetiva en función de la transición política del país, porque la considera como “un factor y a la vez resultado de esa transición”.

Precisa: “Cuando la calificamos de transición trunca, frustrada, tenemos que empezar a analizar los personajes, y vamos a tener que estudiar, con los criterios de objetividad indispensables de la historia, el papel que ella ha desempeñado. Ni más ni menos. Sólo hay que comparar a Vicente Fox y a Elba Esther de 2000 a 2012. Fox es patético y Elba Esther es poderosa”.

EN BUSCA DE LA IMPUNIDAD

Artemio Ortiz Hurtado, exlíder sindical de la Sección XVIII de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en Michoacán y quien desde finales del año pasado encabeza el Comité Ejecutivo Nacional Democrático del SNTE, con el cual pretenden derrocar a Elba Esther Gordillo Morales, advierte que la política chiapaneca sólo busca dos cosas al apoyar a Peña Nieto: la impunidad y seguir acrecentando su poder político y económico para beneficiar a su familia.

–Como personaje político, ¿qué beneficios busca Elba Esther en esta elección?

–Primero, su existencia como figura política; lo otro es la impunidad con que se ha movido, y sobre todo porque ahora ya tiene un grave riesgo de que si no le va bien electoralmente, tendrá dificultades, por el saqueo que ha hecho de los recursos del SNTE, de los patrimonios sindicales, de los apoyos financieros de los gobiernos desviados hacia ella, y por las denuncias que tiene por el asesinato de compañeros como Misael Núñez Acosta.

“Todo esto es lo que está en juego para la señora: seguir existiendo como vitalicia en el sindicato; la existencia de su negocio familiar, el Partido Nueva Alianza, y que le vaya bien a su familia en las elecciones, con su hija Mónica Arriola como candidata del Panal a senadora por Chiapas, su yerno Fernando González por Sinaloa y su nieto René Fujiwara para diputado en Tlaxcala.”
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Fuente: Sin Embargo