sábado, 15 de octubre de 2011

Lo de siempre; los de siempre. Empresariocracia e impuestos. Las familias del régimen.

En el cuento de nunca acabar aparecen las empresas de siempre y los empresarios de siempre, que atracan como siempre, con la complacencia gubernamental de siempre. Se trata de lo que alguna vez se definió como el selecto círculo de familias asociadas” al régimen político, grupo que, según transcurrió el tiempo, se convirtió en el dueño del régimen, en el verdadero poder tras el trono, que da cuerpo a la empresariocracia que alegremente saquea a la nación. Son los 30 mayores corporativos que operan en el país, que en 2010, y como ya es tradición, ingresaron a sus bolsillos miles y miles de millones de pesos, pero apenas pagaron unas cuantas migajas por impuestos.

Son las mismas familias y las mismas empresas inventariadas en el negro historial (todo a costillas de la nación, desde luego) de “rescates”, “saneamientos”, subsidios cambiarios, exenciones y créditos fiscales, privatizaciones, especulación financiera, fuga de divisas (“salida de capitales” dirían otros) y tantos otros obsequios del sistema, que mantienen en el hoyo al país y a los mexicanos, y al erario en permanente estado cianótico. Sin embargo, el mayor problema es que los legalmente encargados de evitar esta aberración son los mismos que la han prohijado, porque entre las gracias de dicho círculo se cuenta la de financiar campañas políticas.

Se trata, pues, de lo mismo y de los mismos: “las 30 principales empresas que operan en el país obtuvieron en 2010 ingresos netos totales por 2 billones 379 mil 501 millones de pesos, una utilidad bruta de 835 mil 364 millones, y sólo pagaron 99 mil 797 millones de pesos de impuestos. La información difundida en la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, sustentada en los informes que esas empresas entregaron a la Bolsa Mexicana de Valores, revela que (entre otros) consorcios como Grupo Modelo (que encabeza Carlos Fernández González, y en cuyo consejo de administración participa un ex funcionario del Fobaproa), Televisa (Emilio Azcárraga y demás barones), Liverpool (Max David Michel), Palacio de Hierro (de Alberto Bailleres, uno de los barones de la minería en México), Bimbo (de la siempre pía familia Servitje, que pone el grito en el cielo cuando se habla del condón), Grupo México (de Germán Larrea, el de Pasta de Conchos, golpeador de mineros), Altos Hornos (una empresa del Estado privatizada a favor de las familias Ancira y Autrey) y Grupo Bachoco (de la familia Bours; ¿recuerdan la guardería ABC de Hermosillo? contribuyeron con 10 por ciento de sus utilidades, por debajo de las tasas que pagan las personas físicas. El reporte señala que, además, las empresas en conjunto difirieron impuestos en el pasivo durante el año pasado por 140 mil 23 millones de pesos” (La Jornada, Roberto Garduño y Enrique Méndez).

Los reporteros de La Jornada recuerdan que “desde 2006, la Auditoría Superior de la Federación informó a la Cámara de Diputados que 100 grandes contribuyentes fueron beneficiados por la devolución de impuestos por lo que, aun cuando realizaron contribuciones, ‘en promedio pagaron 74 pesos por impuesto sobre la renta (ISR) y 67 pesos por impuesto al valor agregado (IVA)’, pero se negó a revelar la razón social de las compañías, con el argumento del secreto fiscal”.

Lo mismo sucedió en noviembre de 2009, cuando se reveló (o se reiteró, si se prefiere) que “el sector privado del país adeuda al gobierno federal casi 453 mil millones de pesos por concepto de créditos fiscales, derivados particularmente de la actividad de grandes corporativos empresariales. En momentos en que el gobierno federal busca encontrar fuentes de ingresos que cubran el boquete fiscal de 300 mil millones de pesos calculado para 2010, los créditos fiscales representan 1.5 veces los adeudos que personas morales y físicas tienen con el fisco. Paralelamente, los contribuyentes ganaron en tribunales litigios en contra del Servicio de Administración Tributaria y el Instituto Mexicano del Seguro Social que les permitieron evitar el pago de 31 mil 223.6 millones de pesos”.
Y lo mismo, también, sucedió en 2005, 2001, 2007, o el año que se prefiera de cuando menos los últimos 30. El punto es que quienes, por ley, están obligados a impedir este tipo de atracos (Ejecutivo y Legislativo) son los primeros en palomear este atraco a la nación.

En 2010, Televisa, la fábrica de sueños, obtuvo una utilidad bruta por 27 mil 8 millones y sólo pagó al fisco 3 mil 258 millones. La cadena de tiendas departamentales Liverpool ingresó 21 mil 839 millones de pesos en utilidades y enteró al fisco 2 mil 69 millones; El Palacio de Hierro obtuvo una utilidad de 6 mil 82 millones de pesos y pagó al fisco 436 millones, y la trasnacional Wal Mart ganó 74 mil 59 millones y únicamente contribuyó con 8 mil 65 millones en impuestos. Grupo Posadas, de Gastón Azcárraga (quien destrozó a Mexicana de Aviación, los contratos colectivos de sus trabajadores, echó a la calle a 8 mil de ellos y sigue impunemente tan campante) reportó ventas por 6 mil 531.1 millones de dólares, con una utilidad bruta por 629 millones de pesos, pero sólo enteró 33.2 millones de pesos a Hacienda y difirió el pago de mil 987.2 millones más, precisa la información de Garduño y Méndez.

Lo mismo con Grupo Bimbo –que en días recientes informó de la compra de Sara Lee en España y Portugal, en una operación de 115 millones de euros– reportó ventas totales en ese año por 117 mil 163.2 millones de pesos, con una utilidad bruta de 61 mil 846.4 millones, pagó 2 mil 362.7 millones y difirió mil 604 millones más en contribuciones. El consorcio Femsa –distribuidora de Coca Cola en México– reportó ventas totales por 169 mil 701.8 millones de pesos, con una utilidad bruta de 70 mil 970 millones, el pago de 5 mil 671 millones en impuestos y difirió 10 mil 567 millones. Altos Hornos de México realizó ventas por 33 mil 346.2 millones, con utilidades por 5 mil 39 millones y reportó 501 millones de contribuciones al fisco. Y Grupo Bachoco, con ventas por 24 mil 807.2 millones, utilidades de 5 mil 251 millones, y que a diferencia de años como 2006 y 2008 –cuando no pagó 599 millones y 274 millones, respectivamente–, el año pasado informó del pago de 504 millones de pesos, pero difirió 2 mil 29, puntualizan los reporteros.

¿Y en 2011? Lo mismo.

Las rebanadas del pastel

Por unanimidad, el Premio Neurona Pasmada al inquilino de Los Pinos, por su trascendental descubrimiento: “el gobierno no ha cumplido su función de proteger a la gente” (ayer, en alcázar del Castillo de Chapultepec).




Fuente: La Jornada