sábado, 15 de octubre de 2011

Greenpeace apremia a frenar el cultivo de transgénicos en el país

Luego de que la reforma sobre el derecho a la alimentación fue publicada en el Diario Oficial, la organización advierte que del papel debe traducirse a los hechos

En vísperas de que se conmemore el Día Mundial de la Alimentación, Greenpeace México sostuvo que la publicación en el Diario Oficial de la Federación de la reforma constitucional que reconoce el derecho a la alimentación “no debe quedar en discursos o sólo en el papel, sino traducirse en hechos”, por lo cual una actitud congruente sería terminar con las siembras transgénicas en el territorio nacional.

En entrevista con La Jornada, Aleira Lara, coordinadora de la campaña de agricultura sustentable y transgénicos de Greenpeace México, expresó que el gobierno debe también diseñar una estrategia nacional para la aplicación de dicho derecho, conforme a lo sugerido por el relator especial de la Organización de Naciones Unidas (ONU) sobre el derecho a la alimentación, Olivier de Shutter.

“Este decreto, que se publicó el jueves 13, y que eleva a rango constitucional nuestro derecho a la alimentación, es un logro de la sociedad civil; sin embargo, como ha llamado De Shutter, tiene que hacerse realidad a través de una estrategia que reconfigure la política agroalimentaria. En el Diario Oficial se plantea que la alimentación debe tener tres características: ser nutritiva, suficiente y de calidad. Al considerar estos criterios se hace urgente la prohibición de los cultivos de maíz transgénico en el país, pues éste es el principal alimento de los mexicanos y está en grave riesgo de contaminación por el flujo génico.”

Aparte, el presidente de la Federación Latinoamericana de Mercados de Abastecimiento, Arturo Fernández, llamó a los gobiernos del continente a impulsar la producción y el abasto de alimentos ante el hecho de que 925 millones de personas sufren hambre en el mundo.

Sostuvo que los pequeños agricultores son los principales productores de alimentos en el planeta, “por lo que se debe invertir a favor de este sector clave para garantizar en un futuro inmediato la alimentación de millones de personas y la estabilidad social”.
Recordó que la FAO ha advertido que “la demanda de los consumidores en los países con economías en rápido crecimiento aumentará. La población continúa creciendo, y si prosigue la expansión de los biocombustibles el sistema alimentario se verá sometido a demandas adicionales”.

“Bonita declaratoria”

Lara añadió que el maíz es un cultivo de “polinización cruzada, lo que hace imposible la coexistencia entre las variedades transgénicas y las nativas”, y resaltó que “el gobierno no debe quedarse en esta bonita declaratoria, sino actuar en consecuencia y prohibir de inmediato la experimentación a campo abierto con maíz transgénico, la que lleva 110 autorizaciones desde 2009 a la fecha”.

Resaltó que reconfigurar estas políticas es un “asunto clave para que haya soberanía alimentaria, entendiendo ésta como el derecho a producir nuestros propios alimentos, lo cual es incompatible con el modelo de producción que plantean los transgénicos, que son el máximo exponente de la agricultura industrial intensiva y extensiva y con sobrexplotación de los recursos naturales, que no es sostenible a largo plazo”.

Advirtió que si no se quiere perder la soberanía alimentaria “es urgente que se reconfigure el modelo agrícola y que transitemos a un modelo de agricultura ecológico, con uso eficiente de recursos naturales, uno que no acabe con el suelo y el agua, que son clave para seguir produciendo alimentos a largo plazo”.




Fuente: La Jornada